viernes, 7 de octubre de 2011

BELÉN, LA CASA DEL PAN.


"Belén significa en hebreo la casa del pan, y es verdaderamente curioso que se llame así el lugar en donde nació Cristo, el Pan vivo que ha bajado del cielo. Yo soy el Pan vivo, dice de sí mismo el Señor, quien come de este pan vivirá para siempre. Cristo es el nuevo maná que Dios nos da como alimento espiritual para nuestra travesía por el desierto de nuestra existencia. Al igual que por medio de Moisés, Dios dio a su pueblo el pan del cielo para su sustento corporal, en Cristo, el verdadero Pan del cielo, nos da el alimento para el sustento espiritual. El que come de este pan vivirá para siempre, al igual que Yo vivo por el Padre, el que me come vivirá por mí, dice el Señor. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y Yo lo resucitaré en el último día. Alimentémonos pues de este pan para tener Vida en nosotros, para recibir el alimento de la Verdad y vivir la vida de Cristo. Así podremos decir como Pablo, ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí. Cristo es el pan y nosotros los granos que una vez molidos formamos parte de ese pan. El se da como alimento, muriendo nos da nueva vida a nosotros, consumiendo su Cuerpo somos asumidos por El y vivificados, de igual manera nosotros debemos ser alimento para nuestros hermanos los hombres. Partirnos como el pan para servir de alimento a los hambrientos de este mundo, necesitados del pan material pero sobre todo del pan espiritual. Cristo se parte y se reparte. Por eso la Eucaristía se denomina también la Fracción del pan. El sacerdote, después de recitar el agnus dei, parte el pan y lo muestra así partido al pueblo, mientras dice, este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo, dichosos los invitados a la cena del Señor. Estamos pues convidados a su banquete, alimentémonos siempre de este Pan de los ángeles para tener Vida en nosotros

No hay comentarios: