miércoles, 19 de octubre de 2011

Cuentos sufíes



¿POR QUÉ ESTOY AQUI?

Una noche Mulla Nasrudin caminaba por una calle. La calle estaba solitaria y de repente se dio cuenta de que unos hombres a caballo, una especie de tropa se dirigían hacia él. Su mente comenzó a trabajar. Pensó que podían ser asaltantes, que podían matarle. O que podían ser soldados del rey y que podían llevárselo para que prestara el servicio militar o cualquier otra cosa. Se asustó y cuando los caballos y el ruido que formaban se le acercaron, se puso a correr y entró en un cementerio, y para poder esconderse se tumbó en una fosa abierta.

Al ver a aquel hombre corriendo, los jinetes, que eran simples viajantes, se dieron cuenta de lo que había sucedido. Corrieron tras Mulla Nasrudin y se acercaron a la tumba en que estaba. El yacía con los ojos cerrados como si estuviera muerto.

- « ¿Qué te sucede? ¿Por qué te has asustado tanto de repente? ¿Qué pasa?»

Entonces Mulla Nasrudin se dio cuenta de que se había asustado a sí mismo sin motivo. Abrió sus ojos y dijo,

- «Es algo muy complejo, muy complicado. Si insistís en preguntarme porqué estoy aquí, os lo diré. Estoy aquí por vuestra culpa y vosotros estáis aquí por la mía».

CREO QUE USTED TIENE RAZÓN

El Mullah fue nombrado juez. Durante su primer caso, el demandante expuso con tanta persuasión que le hizo exclamar:

- "¡Creo que usted tiene razón!"

El secretario del tribunal le rogó que demorara su decisión, pues el acusado no había depuesto aún. Nasrudín se sintió tan conmovido por la elocuencia del demandado que al terminar éste su defensa exclamó:

- "¡Creo que usted tiene razón!"

El secretario no podía aceptarlo:

- "Vuestra señoría, ambos no pueden tener razón. "

- ¡Creo que también usted tiene razón!" -dijo Nasrudín.

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