miércoles, 12 de octubre de 2011

Decir siempre la verdad



El Dr. Arun Gandhi, nieto de Mahatma Gandhi y el fundador del instituto M.K. Gandhi para la Vida Sin Violencia en su discurso del 9 de Junio en la Universidad de Puerto Rico, Compartió la siguiente historia como un ejemplo de la vida sin violencia en el arte de sus padres:
"Yo tenia 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado en las afueras de la ciudad de Durban, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar.
Estábamos en medio del campo y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mi siempre nos entusiasmaba el poder ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine.
Un día mi padre me pidió que le llevara a la ciudad para asistir a una conferencia que duraba todo el día y yo aproveché la oportunidad.
Como iba a la ciudad mi madre me dio una lista de cosas que necesitaba del supermercado y como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes como llevar el coche al taller. Cuando me despedí de mi padre él me dijo:
- Nos vemos aquí a las 5 de la tarde y volvemos a la casa juntos.
Después de completar rápidamente todos los encargos, me fui hasta el cine más cercano. Me enfrasqué tanto con el cine, una película doble de John Wayne que me olvidé del tiempo. Eran las 5:30 p. m. cuando me acordé. Corrí al taller, recogí el auto y corrí hasta donde mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6 p. m. El me preguntó con ansiedad:
- ¿Por qué llegas tarde?
Me sentía mal por eso no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne. Entonces le dije que el coche no estaba listo y tuve que esperar... esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller.
Cuando se dio cuenta que había mentido, me dijo:
- Algo no he hecho bien en la manera que te he criado que no has tenido la confianza de decirme la verdad. Voy a reflexionar qué es lo que hice mal contigo. Voy a caminar los 18 kilómetros hasta casa y pensar sobre esto.

Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta casa por caminos que ni estaban asfaltados ni iluminados. No lo podía dejar solo... así que yo conduje 5 horas y media detrás de él... viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho.

Decidí entonces que nunca más iba a mentir.

Muchas veces me acuerdo de este episodio y pienso... ¿si me hubiese castigado de la manera que nosotros castigamos a nuestros hijos... hubiese aprendido la lección?... No lo creo... Hubiese sufrido el castigo y hubiese seguido haciendo lo mismo... Pero esta acción fue tan fuerte que la tengo impresa en la memoria como si fuera ayer... Esto es el poder de la vida sin violencia."

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