miércoles, 12 de octubre de 2011

Dónde está tu luz




Dame Señor, tu mano guiadora.
Dime dónde la luz del sol se esconde.
Donde la vida verdadera.
Dónde la verdadera muerte redentora.
Que estoy ciego, Señor,
que quiero ahora saber.
Anda Señor, anda,
responde de una vez para siempre.
Dime dónde se halla tu luz cegadora.
Dame, Señor, tu mano.
Dame el viento que arrastra a Ti
a los hombres desvalidos.
O dime dónde está, para buscarlo.
Que estoy ciego, Señor.
Que ya no siento la luz sobre mis ojos ateridos
y ya no tengo Dios para adorarlo.

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