viernes, 7 de octubre de 2011

EL PESEBRE DÓNDE QUIERE NACER DIOS


"Hace más de dos mil años el Hijo de Dios nació pobremente en un pesebre en la aldea de Belén de Judá en la tierra de Israel. Es lo que celebramos los cristianos cada 25 de diciembre en la fiesta de la Navidad. Dios se hizo hombre para que el hombre llegue a Dios. El nombre que el ángel le dijo a María y José para el Niño-Dios, Enmanuel, significa Dios con nosotros y en nosotros. El Reino de Dios que es Dios mismo, no está fuera de nosotros sino dentro de nosotros, en nuestro corazón, entendido éste como lo más íntimo de nuestro ser. Esta es la puerta a la que debemos llamar y de la que debemos encontrar su llave, este es el tesoro perdido y la perla preciosa. Pedid y se os dará, buscad y hallareis, llamad y se os abrirá, dice el Señor. Allí en lo más secreto del corazón del hombre Dios se encuentra con él, reencontrándose el hombre consigo mismo, pues somos creados a su imagen y semejanza, cuyo modelo es Cristo, el Hombre perfecto. Allí, en el corazón de los hombres y mujeres de este mundo es dónde Dios quiere nacer como en un pesebre, pues pobre y caída es nuestra condición humana. Dios quiere nacer en nuestro corazón para iluminar nuestras tinieblas, para restaurar nuestra ruina, y edificar un templo no hecho por mano humana sino por Dios mismo. Allí, en el corazón reconstruido del hombre, Dios quiere que le adoremos en espíritu y en verdad. Abramos pues las puertas a Cristo, alcemos los antiguos dinteles pues va a entrar el Rey de la Gloria. Feliz Navidad os deseo de corazón en esta noche santa, noche buena, noche de Paz y del Amor con mayúsculas, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. P. Alonso

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