jueves, 13 de octubre de 2011

El tic-tac del reloj



Una vez, a un reloj, colgado de una pared, se le ocurrió pensar en los segundos que tenía que recorrer para hacer un minuto; en los minutos para una hora; en las horas para un día; en los días para una semana; en las semanas para un mes y en los meses para un año.
- ¡Pobre de mí! -exclamó-, un total de más de treinta millones de segundos para hacer un año-.
Aquello le parecía una montaña demasiado elevada para escalarla.
Pero entonces escuchó la voz del péndulo que le dijo con acento firme y decidido:
- Tic, tac, tic, tac. Tú estás muy equivocado. Jamás llegaremos a ninguna parte, a menos que demos un paso ahora y otro después-
El reloj recapacitó y continuó, despreocupado, marcando segundos, minutos y horas y así acumulando días, semanas, meses y, al fin, el año.
Al terminar, en el silencio de la noche volvió a escuchar la voz del péndulo que le dijo:
- Paso a paso, con paciencia y perseverancia se puede ascender la más elevada montaña.

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