viernes, 7 de octubre de 2011

IN HOC SIGNO VINCES


"En este signo vences, son las palabras que escuchó el emperador Constantino al contemplar en el cielo el signo de la cruz. Nosotros nos gloriamos en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en la cual está la salud, la vida y nuestra resurrección, dice el Apóstol. La cruz es el signo, la señal de los cristianos porque en ella murió y venció Cristo. Para muchos la cruz es un signo de muerte, el patíbulo de un condenado, la imposición de un credo religioso, algo odioso que debe ser combatido. Muchos han hecho de su retirada un icono de su particular cruzada laicista. Nosotros lejos de polémicas baldías, nos gloriamos en la cruz de Cristo. Muchos siguen gritando: fuera ese, no queremos que reine sobre nosotros, no tenemos más rey que el César. Muchos siguen creyendo que en la cruz Cristo fue vencido, que el mundo, el demonio, la muerte, el pecado, las tinieblas, ..., vencieron a la luz, al espíritu, a la vida, a la gracia, ..., pero los que creyeron vencer en la cruz, fueron en ella vencidos. Muriendo Cristo venció a la muerte. La cruz es el árbol de la vida, pues aquel que venció en un árbol, la serpiente original, fue en un árbol vencida. Si en el Paraíso el árbol de la ciencia del bien y del mal tenía como fruto el ser como Dios en su conocimiento, en la cruz está prendido el fruto de la sabiduría divina, su Palabra hecha carne, Cristo. Te doy gracias Padre porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla, dice el Señor. La cruz es necedad para los gentiles, escándalo para los judíos. Desde hace dos mil años la cruz es incomprendida y rechazada por los que se dejan seducir por el príncipe de este mundo, sin embargo para los discípulos de Cristo es signo del amor de Dios y de su Redención. Por eso nos gloriamos en este signo. La cruz se ha convertido por la victoria de Cristo en el signo de la salvación, en el signo luminoso de nuestra definitiva victoria.

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