martes, 25 de octubre de 2011

L A S U B A S T A

.Un hombre muy rico y su hijo gozaban coleccionando obras de arte. En su colección había de todo, desde Picasos a Rafael. Con frecuencia se sentaban a admirar las magníficas obras maestras. Cuando estalló la guerra de Viet Nam, el hijo fue a la guerra. Era muy valiente y murió en el campo de batalla mientras rescataba a un soldado. El padre fue notificado y lloró profundamente la muerte de su único hijo.

Un mes más tarde, justo antes de Navidad, alguien llamó a su puerta. Era un joven que llevaba un gran bulto en las manos.

Este dijo: "Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. Salvó muchas vidas aquel día , me estaba poniendo a salvo cuando una bala le dio en el corazón y murió en el acto. Con frecuencia su hijo hablaba de usted y de su amor por el arte.

El joven le tendió el paquete."Yo sé que esto no es gran cosa. No soy un gran artista pero creo que su hijo habría querido que usted recibiera esto.

El padre abrió el paquete. Era el retrato de su hijo, pintado por este joven. Miró con asombro la manera cómo el soldado había captado la personalidad de su hijo. El padre fue tan atraído a los ojos que los suyos se llenaron de lágrimas.

Le dio las gracias al joven y le quiso pagar el cuadro."O, no, Señor, nunca podría pagar lo que su hijo hizo por mí. Es un regalo." El padre colgó el cuadro en la repisa del salón.

Cada vez que alguien le visitaba le enseñaba primero el cuadro de su hijo y luego las obras maestras que había coleccionado.

El padre murió unos meses más tarde. Y sus cuadros fueron subastados en una gran subasta. Gente influyente y rica acudió a la subasta. En el escenario estaba colocado el cuadro de su hijo.

"Empezaremos por la subasta del cuadro del hijo. ¿Quién ofrece algo?

Silencio. Alguien gritó: "Queremos ver los cuadros famosos. Quite ése".

El subastador persistió: "¿Alguien ofrece algo? ¿ $100, $ 200? Otro gritó: "No hemos venido a ver este cuadro. Queremos ver los Van Goghs, los Rembrandts. Vamos a la verdadera subasta. El subastador dijo, "El hijo. ¿Quién puja por el hijo?

Finalmente, una voz que venía del fondo de la sala, el jardinero del hombre y de su hijo, gritó: "Yo doy 10 dólares por el cuadro" . Era pobre y no podía ofrecer más.

"Déselo por 10 dólares. Veamos los maestros."¿Alguien ofrece más? La gente se impacientaba. No querían el cuadro del hijo El subastador dijo: 10 dólares a la una, 10 a las dos, vendido por 10 dólares.

Lo siento, pero la subasta ha terminado. En el testamento hay una cláusula que no podía revelar hasta este momento. Y ésta dice: el que compre el cuadro del hijo, lo compra todo, incluso todas las obras maestras. El hombre que acepte al hijo, lo hereda todo.

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