miércoles, 12 de octubre de 2011

La mejor cruz



Cuentan que un hombre un día le dijo a Jesús:

— Señor: ya estoy cansado de llevar la misma cruz en mi hombro, es muy pesada y muy grande para mi estatura.

Jesús amablemente le dijo:

— Si crees que es mucho para ti, entra en ese cuarto y elige la cruz que más se adapte a ti.

El hombre entró y vio una cruz pequeña, pero muy pesada, que se le encajaba en el hombro y le lastimaba, buscó otra, pero era muy grande y muy liviana y le hacía estorbo; tomó otra, pero era de un material que raspaba; buscó otra, y otra, y otra.... hasta que llegó a una que sintió que se adaptaba a él. Salió muy contento y dijo:

— Señor, he encontrado la que más se adapta a mí: muchas gracias por el cambio que me permitiste.

Jesús le mira sonriendo y le dice:

— No tienes nada que agradecer: has tomado exactamente la misma cruz que traías. Tu nombre está inscrito en ella. Mi Padre no permite más de lo que no puedas soportar, porque te ama y tiene un plan perfecto para tu vida.

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