Señor, tú despiertas en nosotros lo mejor:
Mientras nosotros queremos dárnoslas
de entendidos, de expertos y de importantes...
Tú nos hablas al corazón, nos susurras la verdad de la vida,
la forma fácil de entender en todas las situaciones.
Mientras nosotros nos impacientamos,
nos comprometemos en causas que nos ponen violentos...
Tú nos recuerdas que la eficacia
la conseguiremos tratándonos
con mansedumbre y humildad de corazón.
envueltos en tensiones, compromisos y chantajes...
Tú no nos impones nada; sólo invitas, sugieres, propones...
Y nos susurras: SI QUIERES...
Aquí me tienes, Señor, para hacer tu voluntad.
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