miércoles, 19 de octubre de 2011

Quiero ser, Señor



Quiero ser, Señor, tus manos, tus ojos, tu corazón.

Mirar al otro como Tú le miras:
con una mirada rebosante de amor y de ternura.

Mirarme a mí, también, desde esa plenitud
con que Tú me amas, me llamas y me envías.

Lo quiero hacer desde la experiencia del don recibido
y con la gratuidad de la donación sencilla y cotidiana
al servicio de todos, en especial de los más pobres.

Envíame, Señor, y dame constancia, apertura y cercanía.

Enséñame a caminar en los pies
del que acompaño y me acompaña.

Ayúdame a multiplicar el pan y curar las heridas,
a no dejar de sonreír y de compartir la esperanza.

Quiero servir configurado contigo en tu diaconía.

Gracias por las huellas de ternura y compasión
que has dejado en mi vida.

En tu Palabra encuentro la Luz que me ilumina.

En la Oración, el Agua que me fecunda y purifica.

En la Eucaristía el Pan que fortalece mi entrega y me da Vida.

Y en mi debilidad, Señor, encuentro tu fortaleza cada día. Amén.

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