viernes, 14 de octubre de 2011

Regalos de Dios



Anoche tuve un sueño raro. En la plaza mayor de la ciudad habían abierto una nueva tienda. El rótulo decía: REGALOS DE DIOS.

Un ángel atendía a los clientes.

¿Qué es lo que vendes, ángel del Señor? le pregunté.

Vendo todos los dones de Dios.

¿Cobras muy caro?

No, los dones de Dios son todos gratis.

Miré las estanterías, estaban llenas de ánforas de amor, frascos de fe, cajas de salvación y muchas cosas más.

Yo tenía gran necesidad de todas esas cosas.

Cobré valor y le dije al ángel: Dame, por favor, bastante amor de Dios, dame perdón de Dios, una bolsa de esperanza, un frasco de fe y una caja de salvación.

Todo lo que había pedido me fue servido en una cajita diminuta.

Sorprendido, le pregunté: ¿Está todo ahí?

El ángel me explicó: Ahí está todo. Dios no da nunca frutos maduros. Él sólo da pequeñas semillas que cada cual tiene la obligación de cultivar y hacerla crecer.

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