martes, 18 de octubre de 2011

SANTA ANA


Siglo I


  • Fiesta: 26 de julio
  • Madre de la Virgen María
  • Fecha de canonización: culto extendido a toda la Iglesia en 1584
  • Nacionalidad: judía
  • Patrona: contra pobreza, carpinteros, personas sin hijos, caseros, amas de casa, abuelas, trabajadores del cordón, artículos perdidos, mineros, madres, pobreza, mujeres embarazadas, Quebec, Santa Ana Pueblo indio, costureras, esterilidad, mujeres trabajadoras.


[Estampa de Santa Ana con la Virgen niña]


ORACIÓN A SANTA ANA
PARA PEDIR POR LOS HIJOS

Gloriosa Santa Ana, Patrona de las familias cristianas, a Ti encomiendo mis hijos. Se que los he recibido de Dios y que a Dios les pertenecen por tanto te ruego me concedas la gracia de aceptar lo que su Divina Providencia disponga para ellos.

Bendíceles oh Misericordiosa Santa Ana, y tómalos bajo tu protección. No te pido para ellos privilegios excepcionales; sólo quiero consagrarte sus almas y sus cuerpos, para que preserves ambos de todo mal. A Ti confío sus necesidades temporales y su salvación eterna.

Imprime a sus corazones, mi buena Santa Ana, horror al pecado; apártales del vicio; presérvales de la corrupción; conserva en su alma la fe, la rectitud y los sentimientos cristianos; y enséñales, como enseñaste a Tu Purísima Hija la Inmaculada Virgen María, a amar a Dios sobre todas las cosas.

Santa Ana, Tu que fuiste Espejo de Paciencia, concédeme la virtud de sufrir con paciencia y amor las dificultades que se me presenten en la educación de mis hijos. Para ellos y para mí, pido Tu bendición, oh Bondadosa Madre Celestial.

Que siempre te honremos, como a Jesús y María; que vivamos conforme a la voluntad de Dios; y que después de esta vida hallemos la bienaventuranza en la otra, reuniéndonos Contigo en la gloria para toda la eternidad.

Así sea.

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ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
(para obtener un favor especial)

¡Oh gloriosa Santa Ana que estas llena de compasión por quienes te invocan y de amor por los que sufren! Agobiado con el peso de mis problemas, me postro a tus pies y humildemente te ruego que tomes a tu especial cuidado esta intención mía... Por favor, recomiéndala a tu hija, Santa María, y deposítala ante el trono de Jesús, de manera que El pueda llevarlo a una feliz resolución. Continúa intercediendo por mí hasta que mi petición sea concedida. Pero por encima de todo, obtenme la gracia de que un día pueda ver a Dios cara a cara para que contigo, la Virgen y todos los santos pueda alabarle y bendecirle por toda la eternidad. Amén.

Jesús, María y Santa Ana, ayudadme ahora y en la hora de mi muerte.

Santa Ana ruega por mi.

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ORACIÓN

Santa Ana, Madre de la Inmaculada, esposa del Espíritu Santo, por los méritos y la santidad de que os llenó el Espíritu Santo, obtened de ese mismo divino Espíritu muchos y muy dignos operarios para la viña del Señor.

Por tanto, pedid para todas las familias cristianas el espíritu de piedad y del santo temor de Dios, y para todos los llamados al servicio del Señor, la verdadera humildad y fidelidad, a fin de que el Espíritu Santo pueda obrar en ellos con la fuerza de su divina gracia, haciéndolos dignos instrumentos en la mano del Eterno y sumo Sacerdote. Amén.

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ORACIÓN

Señor, Dios de nuestros padres, tú concediste a Santa Ana la gracia de ser la Madre de Virgen. ¡Con qué adornos de virtud y santidad preparaste a aquella mujer que iba a ser llamada madre por la Madre de tu Hijo!. Realiza también tus maravillas en nuestras almas. Todos tenemos una misión que cumplir en la vida. Ayúdanos a responder a tus santos designios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.


ROSARIO Y LETANÍAS


MODO DE REZAR

Devoción que los particulares devotos de tan gran santa practican todos los martes y los días veintiséis de cada mes.

Se da principio con el acto de contrición y después la jaculatoria siguiente:

Santa Ana de Dios amada
Y de todos alegría,
Sed siempre nuestra abogada,
Pues sois Madre de María.

En vez del Padrenuestro se dice:

Así como esto es verdad, señora mía, haced que mis penas, se me vuelvan alegrías, particularmente las de última agonía.

En vez de Avemarías, se repite diez veces

Santa Ana Santísima.

Se responde:

Madre de María Sacratísima.

En acabando así los cinco dieces, se concluye con las siguientes preces:

Santa Ana abuela de Cristo,
Madre de la Madre de Dios,
Por tu grande dicha
Ten nos compasión.
Vuelve tus miradas
A nuestro dolor;
Enjuga mi llanto,
Calma mi aflicción.
¡Ay mi Señora Santa Ana!
Con tan bello don naciste
Que a quien sus penas te cuenta
Tú siempre lo socorriste.
Aquí postrada a tus plantas
Socorro vengo a pedirte:
Mírame con compasión
Por el gozo que tuviste
Cuando a la Virgen María
Entre tus brazos tuviste.
Eres Abuela de Dios,
Consoladora de tristes;
Consuélame por tus penas,
Que tan grandes las tuvisteis.

LETANÍAS PARA ESTE ROSARIO

-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Jesucristo, óyenos.
-Jesucristo, escúchanos.
Se repite.
-Dios Padre celestial,
-Dios Hijo Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Dios Uno y Trino,
Ten piedad de nosotros.
-Señora Santa Ana,
-Santa Ana, abuela de Cristo,
-Santa Ana, Madre de María Virgen,
-Santa Ana, esposa dignísima de Joaquín,
-Santa Ana, suegra del santo patriarca José,
-Santa Ana, arca de alianza,
-Santa Ana, monte de Horeb,
-Santa Ana, raíz de José,
-Santa Ana, descendiente de estirpe real,
-Santa Ana, alegría de los Angeles,
-Santa Ana, hija de los Patriarcas,
-Santa Ana, oráculo de los Profetas,
-Santa Ana, gloria de los Santos,
-Santa Ana, alegría de los Sacerdotes y Levitas,
-Santa Ana, nube resplandeciente,
-Santa Ana, llena y colmada de gracias,
-Santa Ana, modelo de bendición,
-Santa Ana, modelo de devoción,
-Santa Ana, modelo acabado de paciencia,
-Santa Ana, fortaleza de La Iglesia,
-Santa Ana, refugio de todos los pecadores,
-Santa Ana, protectora de los cristianos,
-Santa Ana, alivio y consuelo de los afligidos,
-Santa Ana, madre ternísima de las viudas,
-Santa Ana, maestra y dechado de Las vírgenes,
-Santa Ana, protectora eficaz de los navegantes,
-Santa Ana, especialísima abogada de sus devotos,
-Santa Ana, luz y refugio de cuantos la invocan,
-Santa Ana, protectora y aliento de todos los fieles,
Ruega por nosotros.
-Cordero de Dios que borras los pecados del mundo, Perdónanos, señor.
-Cordero de Dios que borras los pecados del mundo, Escúchanos, señor.
-Cordero de Dios que borras los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
-Señor, ten piedad de nosotros.
-Cristo, compadécete de nosotros.
Se repite.
V. Amó Dios a Señora Santa Ana.
R. Y tuvo en mucho sus virtudes.
ORACIÓN

Señora, sea eternamente bendita la gloriosa Señora Santa Ana, por haber tenido la dicha de llevar en su seno a La Santísima Virgen María, Madre de Dios. La acompañamos a tan gran Santa con todo nuestro afecto y particular devoción en la alegría que experimentó su bendita alma en el nacimiento de su Hija y la felicitamos por el generoso sacrificio que hizo al Altísimo cuando la presentó en el Templo.

Dignaos vos, gran Santa, presentamos con vuestras manos a Jesús y a María, y sed para con ellos nuestra especial protectora y abogada ternísima.

¡Qué no debemos esperar, amada Santa mía, de vuestro eficaz valimiento y poderoso patrocinio, si tenemos la dicha de hallar gracia en vuestra soberana presencia!

No en vano ponemos en vos toda nuestra confianza. Amén.

ORACIÓN

¡Oh Dios, que te dignaste hacer a la Señora Santa Ana la gracia de que fuera Madre de la Madre de tu Unigénito Hijo! Concédenos por tu bondad y misericordia que los que veneramos a tan gran Santa con particular devoción en la tierra, merezcamos lograr su poderoso patrocinio, para después gozarnos en su compañía en la eterna Bienaventuranza del cielo. Amén.

ÚLTIMA ORACIÓN

Dios te salve, María llena de gracia, el Señor es contigo, bendita tú entre todas las mujeres y bendita Señora Santa Ana, tu Santísima Madre, de la cual naciste sin mancha de pecado, y de ti nació Jesús Hijo de Dios vivo, que vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.



SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA
Siglo I


ORACIÓN I

Bienaventurados sois, oh Santos Joaquín y Ana, por habernos dado aquella niña benditísima, que alcanzó la más alta dignidad que puede tener criatura, pues vino a ser Madre del mismo Dios hecho hombre, y a tener en sus entrañas al que tiene colgado de tres dedos el universo; y vosotros después de ella sois gloriosísimos, pues sois padre de la Madre de Dios porque engendrasteis por gracia y por don sobrenatural a la que nos dio a Jesucristo fuente de gracia y Salvador del mundo. ¡Oh cuan ricamente adornó con todas las virtudes vuestras almas el Señor, para haceros tan señalada merced! Pues por estas mismas gracias que recibisteis, y por aquella soberana Princesa que disteis al mundo, os suplicamos que nos seáis abogados piadosos para con vuestra hija y con su Hijo Jesucristo, y nos alcancéis al amparo de la Madre y la bendición del Hijo, y perseverancia en la virtud y buena muerte, para gozar con ellos y de vos en los siglos de los siglos. Amén.

[La infancia de la Virgen María de Dante Gabriel Rossetti]

La infancia de la Virgen María
Dante Gabriel Rossetti. 1849
Tate Gallery. Londres

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ORACIÓN II

Gloriosísimos padres de María Santísima, amados abogados míos: me alegro con vosotros de aquel consuelo que tuvisteis cuando, después de muchos ruegos y oraciones, os avisó el Ángel que habíais de tener una hija tan santa. Miradme aquí postrado a vuestros pies, os suplico me recibáis por vuestro humildísimo siervo para que como tal os reverencie y ame. Es verdad que no merezco esta gracia, pero confío lo haréis por el amor de María Santísima, vuestra benditísima hija, y por los méritos de Jesús. Acordaos de mi ahora, y sobre todo en la hora de mi agonía; asistidme entonces, junto con Jesús, María y José. Amén.

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ORACIÓN III

Gloriosísimos padres de María Santísima, felicísimos abuelos de Jesús, modelos perfectísimos de casados, y dulces abogados míos, yo me alegro con vosotros de aquel gozo y consuelo que tuvisteis cuando, después de una larga esterilidad y de fervorosas oraciones, os avisó el Ángel que tendrías tan santa Hija. ¡Oh, quién supiera imitar vuestras heroicas virtudes! ¡Quién fuera, como vosotros, frecuente en la oración, compasivo con los pobres, amante de la soledad, sufrido en los trabajos y callado en los improperios! A lo menos por las gracias con que os previno el cielo para tan eminente dignidad, alcanzadme que, haciendo siempre la voluntad divina, y venciendo mis pasiones logre la dicha de gozar de vuestra amable compañía en la gloria. Os lo pido por el amor de vuestra benditísima Hija, y por los méritos de vuestro santísimo Nieto Jesús. Amén.



1. Aunque de los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana, apenas se sabe nada con certeza, la tradición demuestra no obstante que su culto fue temprano en Oriente, desde donde mas tarde se extendió a todo Occidente. Con la reforma del calendario después del Concilio Vaticano II, la festividad de San Joaquín se celebra junto con la de su esposa, es decir el 26 de julio. Esta es la razón por la que se ha preferido añadir a las páginas de devoción a Santa Ana estas otras en las que se incluye a su santo esposo.


SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA
Siglo I
4. NOVENA

Páginas: 1. Oraciones a S. Ana | 2. Rosario y letanías de S. Ana
3.
Oraciones a S. Joaquín y S. Ana | 4. Novena a S. Joaquín y S. Ana


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[Icono de San Joaquín y Santa Ana]
Icono
de S. Joaquín y S. Ana
ORACIÓN INICIAL
PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh dignísimos abuelos de Cristo, Joaquín y Ana! Yo, miserable pecador, tengo grandísima confianza en vuestros méritos y seguro amparo, sabiendo que nada os negarán vuestro nieto e hija, Jesús y María. Y pues al presente me hallo con un singular anhelo y grave necesidad, he propuesto eficazmente implorar vuestro patrocinio, durante esta Novena, ofreciendo cada día alguna devoción a honra vuestra, para que por vuestra intercesión consiga yo el consuelo que deseo de la divina misericordia, siendo mi fin principal y lo que sinceramente pretendo, la mayor gloria de Dios y la salvación de mi alma. Quiera Su Divina Majestad, por vuestros altos merecimientos, escuchar piadosa mis ruegos, permitir que después de esta Novena logre yo lo que en ella fervorosamente le pido. Amén.

***

Con humilde y devoto corazón llego hoy por la primera (segunda, tercera etc.) vez a vuestra presencia, ¡oh gloriosísimos abuelos de Jesucristo, Joaquín y Ana: confiado os suplico seáis mis fieles intercesores para con Dios, a fin de que por vuestras heroicas virtudes me conceda lo que tanto deseo y vos no ignoráis. ¡Oh dichosísimo par, Joaquín y Ana, grandísima es la confianza que en vos tengo, creyendo que el clementísimo Dios no podrá negarse a mis instancias si os dignáis de patrocinarlas y recomendarlas con una sola palabra, pues a medida de la soberana honra con que el eterno Padre os ha ensalzado entre todos los demás santos para dignísimos abuelos de su Unigénito, será en el trono de su misericordia poderoso vuestro amparo, y dichosos vuestros devotos! Si el Hijo os aventajó, hasta admitiros por gloriosos padres de su Madre Santísima no puede dejar de escucharos ahora en el cielo, cumpliendo vuestras intercesiones; y si el Espíritu Santo os ha reconocido por tan rectos, que entre todos los justos de la ley antigua os escogió por manantiales de la gracia, ¿cómo os rehusará la que ahora pidiereis para mí, pobre pecador? Y finalmente, si la Santísima Trinidad os ha honrado en la tierra, más que a otros santos, sin duda ahora en el cielo querrá complaceros y acceder a vuestra súplica. Por esto vivo seguro, ¡oh santos protectores míos, Joaquín y Ana! de que rogando vos por mí infaliblemente, seré consolado en mi trabajo. Oidme, piadosos abogados míos, y rogad a Dios por mí. Llegad confiados al trono de la Santísima Trinidad, representando mi aflicción con palabras lastimosas, y lo que merecisteis en la tierra, y pedidle por su infinita bondad que tenga misericordia de mí. ¡Oh amantísimos, benignísimos y clementísimos patronos míos, Joaquín y Ana, oid mi oración, alcanzándome lo que pido; proponed mí necesidad! Os la encomiendo de lo más profundo de mi corazón y ruego que os acordéis piadosísimamente de ella. Hablad a vuestro dulcísimo Nieto una sola palabra cariñosa por mí, diciendo:
Amantísimo Jesús, en nuestra contemplación apiadáos de ese humilde pecador, y concededle lo que tan fielmente solicita. Escuchadle por la mucha confianza que en nosotros tiene puesta, sin permitir que se vaya desconsolado.

Comenzar con la oración inicial para todos los días. Después se meditará cada día uno de los nueve gozos que tuvieron San Joaquín y Santa Ana, diciendo:


DÍA PRIMERO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. ¡Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, el jubilo que sentisteis cuando el arcángel Gabriel os reveló la cercanía del deseado Mesías y de vuestro casamiento; por esto os suplico me alcancéis de Dios lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA SEGUNDO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, el sumo gozo que tuvisteis cuando se cumplió vuestro santo casamiento; y por él os suplico me alcancéis de Dios paciencia en mis aflicciones y sosiego espiritual del alma, con lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA TERCERO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, el consuelo con que oísteis del arcángel Gabriel el término de vuestra esterilidad y la elección para ser padres de María Santísima; por él os suplico alentéis mi triste corazón y me alcancéis piedad de vuestro dulcísimo nieto Jesús, con lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

__________

DÍA CUARTO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana! el regocijo que os causó la Concepción Purísima de María; y por él os suplico me alcancéis de Dios gracias para servirle, según la obligación, de mi estado, y lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA QUINTO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, el contento con que visteis nacida a María Santísima, hija vuestra, y por él os suplico me alcancéis de Dios una perfecta resignación a su divina Providencia, y lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA SEXTO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, el alivio que recibisteis teniendo en vuestros brazos a, María Santísima; y por él os suplico me alcancéis de Dios un verdadero dolor de todas mis culpas, y lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA SÉPTIMO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana, el gusto con que ofrecisteis a vuestra hija en el Templo al servicio de Dios, y por él os suplico me alcancéis de su Divina. Majestad un sincero amor suyo, y lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA OCTAVO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, la gloria que os colmó cuando el arcángel Gabriel os reveló que de vuestra Hija Santísima nacería el deseado Mesías; por ella os suplico me alcancéis de él una ardiente caridad del prójimo y lo que pido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.

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DÍA NOVENO

Comenzar con la oración de todos los días.

Oración. Os recuerdo, ¡ oh dichosísimo par, Joaquín y Ana!, el júbilo, gozo, consuelo, regocijo, contento, alivio, gusto y gloria inefable con que al presente estáis viendo para siempre a sus dulcísimos nieto e hija, Jesús y María; por esta dicha os suplico me alcancéis una muerte feliz en gracia suya, y lo que he pedido en esta Novena.

Petición. Tres Padrenuestros y Avemarías.




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