miércoles, 30 de noviembre de 2011

El vals...


Hoyte vi esposa
despuesde da varios mesesy mis hormanas
todavia por ti esposa mía

Mi vals...

Tú eres mi vals,

Mis margaritas,

Mis violetas,

Mis rosas,

Mis amapolas,

Mi música de Beethoven,

Tú mi atardecer,

Mi anochecida,

La alborada,

Tú eres mi propio amor.

Y... mi ópera.

Suenan violines

Trompetas y arpas

Al son de esa melodía cadenciosa

Bailando en dulce sinfonía

Como acordes al compás

De esas nuestras caricias.

Mezclándose miradas

Ellas se van aposentando

Como cuerdas de violín

Son todas ellas tocadas

Recorriendo nuestros cuerpos

Para hallarse en explosión

De pasiones y alborozos.

Un perfume embriagador

Salpica toda la estancia

¡Es el delirio!

Pasión contenida

Que sale flotando

A nuestro ansiado encuentro.

Me miras

Te miro

Ambos enardecidos

Suspiramos al unísono

Se aunan nuestros alientos.

El Danubio no puede contenerse

Es tan inmensa su crecida...

Que nos inunda en su desvarío

Me nombras... Te acercas

Me susurras cánticos

De amor y dulzura.

Fundiéndose nuestras manos

Ya no me dices nada

Sin darme cuenta

Tú me vas atrayendo

Como danzante sigiloso

Colándose en mi alcoba

Lleno de algarabía

Regalándome tu fragancia

A lo largo y ancho de una noche

Largo y ancho como toda una vida.

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