lunes, 19 de diciembre de 2011

La vida dolorosa de la Virgen


dolorosa

Los dolores de Nuestra Señora, no deben reducirse a los que sufrió en el Calvario. “Toda la vida de Cristo fue cruz y martirio” (Tomas Kempis). De una manera semejante podemos afirmar que toda la vida de su Madre fue vida de llanto bienaventurado.

¿Sufrió Maria?

_desde sus tiernos años al ver los pecados del mundo y el olvido a Dios.
_al ver las zozobras de S. José y al abandonar totalmente a Dios la defensa de su causa.
_al ver todas las puertas cerradas al Dios que venía a este mundo hecho hombre.
_al escuchar el anuncio profético de que su Hijo había de ser señal de contradicción y que una espada atravesaría su propio corazón.
_al salir precipitadamente a Egipto para evitar que Herodes asesinara a su Hijo.
_al vivir los tres días interminables de tinieblas al haber perdido a su Hijo en Jerusalén.
_cuando murió S. José, quien era su apoyo, ayuda y compañero. El siervo fiel y prudente.
_cuando ella queda sola pues su Hijo salió de Nazaret y empieza su vida pública.
_cuando sabe de todas las burlas, ataques y persecuciones que tiene Jesús por su enseñanza. Por la incredulidad, la aspereza, la ceguera, la obstinación, el odio, la dureza de los corazones que no aceptaban a Jesús.
_al saber a Jesús apresado, traicionado, abandonado, azotado, coronado de espinas, condenado a muerte.
_al encontrarse con su Hijo, todo destrozado, cargando una cruz y en el camino a la crucifixión.
_al ver a su hijo morir en una cruz.
_cuando lo pusieron en su regazo maternal.
_en la honda y amarga soledad del sábado santo, al quedarse sin el hijo de sus entrañas.
_al ver los primeros golpes que recibió el Cuerpo místico de su Hijo, la Iglesia. Al saber que los apóstoles eran perseguidos, azotados, lapidados, encarcelados y martirizados.
_al ver que su estancia en la tierra se prolongaba y que su ansia de estar con su Hijo no llegaba.

Una característica del amor de María es que es un amor fiel y dispuesto ha llegar hasta el mas grande dolor por ese amor. Y es que Amor que no es fiel en los momentos de dolor, es apariencia, farsa, caricatura del amor. Por el contrario, amor que permanece fiel en la tribulación, en el desamparo, en la ausencia, en el sufrimiento, no solo se demuestra como amor auténtico y real, sino que se depura y purifica como el oro en el crisol, se aumenta y agiganta como llama que prende en leña seca, se consolida y fortalece como piedra que en invierno hunde sus raíces en la tierra.

La Santísima Virgen lloró, y lloró mucho!! María lloró en su vida terrena y lo que es mas admirable todavía, que aunque está ya en el cielo gozando de la promesa de consolación, ella continúa llorando por nosotros y por las ofensas que nosotros los hombres cometemos en contra de su Hijo.
Nosotros podemos, si asi lo deseamos y si amamos lo suficiente a Nuestra Madre Santisima, consolar ese corazon tan adolorido por causa de las ofensas cometidas contra su hijo dia a dia. Seamos ese descanso que ella nesecita, esas almas de amor y agradecimiento permanente con la oracion y la obediencia en cada momento de nuestras vidas; por todo lo que hace por nosotros al interceder dia a dia en favor de nuestro por cada una de nuestras nesecidades.
Asi sea.

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