jueves, 22 de diciembre de 2011

Sábado. Cuarta Semana de Adviento




Laudes
LAUDES

Oración de la mañana


SALUDO INICIAL

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.


Salmo 94

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañama veréis su gloria.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las cimas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañama veréis su gloria.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañama veréis su gloria.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto:
cuando vuestros padres me pusieron a prueba,
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras."

Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañama veréis su gloria.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
"Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso."

Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañama veréis su gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañama veréis su gloria.


HIMNO

La pena que la tierra soportaba,
a causa del pecado, se ha troncado
en canto que brota jubiloso
en labios de María pronunciado.

El sí de las promesas ha llegado,
la alianza se cumpre poderosa,
el Verbo eterno de los cielos
con nuestra débil carne se desposa.

Misterio que sólo la fe alcanza,
María es nuevo templo de la gloria,
rocío matinal, nube que pasa,
luz nueva en presencia misteriosa.

A Dios sea la gloria eternamente,
al Hijo suyo amado Jesucristo,
que quiso nacer para nosotros
y darnos su Espíritu divino. Amén.


SALMODIA

Ant. 1. Tú Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor, porque de ti saldrá un jefe, que gobernará mi pueblo Israel.


Salmo 91

Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh altísimo,
proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad,
con arpas de diez cuerdas y laúdes sobre arpegios de cítaras.

Tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué magníficas son tus obras, Señor, qué profundos tus designios!.
El ignorante no los entiende ni el necio se da cuenta.

Aunque germinen como hierba los malvados y florezcan los malhechores,
serán destruidos para siempre.
Tú, en cambio, Señor, eres excelso por los siglos.

Porque tus enemigos, Señor, perecerán, los malhechores serán dispersados;
pero a mí me das la fuerza de un búfalo y me unges con aceite nuevo.
Mis ojos no temerán a mis enemigos, mis oídos escucharán su derrota.

El justo crecerá como una palmera y se alzará como un cedro del Líbano:
plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios;

En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso,
para proclamar que el Señor es justo, que en mi roca no existe la maldad.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. 1. Tú Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor, porque de ti saldrá un jefe, que gobernará mi pueblo Israel.

Ant. 2. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.


Cántico

Ez. 36, 24-28

Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países y os llevaré a vuestra tierra.

Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.

Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.

Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Ant. 2. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.

Ant. 3. "Mañana será el día de vuestra salvación", dice el Señor de los ejercitos.



Salmo 8

Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho has sacado
una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él?
¿el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre, Señor, en toda la tierra!

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.


Ant. 3. "Mañana será el día de vuestra salvación", dice el Señor de los ejercitos.


LECTURA BREVE

Is 11, 1-3a

Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz brotará un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu
de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor de Dios.


RESPONSORIO BREVE

V. Mañana quedará borrada la iniquidad de la tierra.
R. Mañana quedará borrada la iniquidad de la tierra.

V. Y sobre nosotros reinará el Salvador de la tierra.
R. Quedará borrada la iniquidad de la tierra.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Mañana quedará borrada la iniquidad de la tierra.


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. A María le llegó el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito.

Cántico a Zacarías


Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo,
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas.

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que libres de temor,
arrancados de la mano de nuestros enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamaran Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas,
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.




PRECES

Hermanos, oremos con todo nuestro espíritu a Cristo redentor, que vendrá con gran poder y gloria, y digámosle:

Ven, Señor Jesús.

  • Señor Jesucristo, que vendrás con poder desde el cielo, mira nuestra pequeñez y haz que seamos dignos de tus dones.
    Ven, Señor Jesús.

  • Tú que viniste a anunciar la Buena Nueva a los hombres, danos fuerza para que también nosotros anunciemos el Evangelio a nuestros hermanos.
    Ven, Señor Jesús.

  • Tú que desde el trono del Padre todo lo gobiernas, haz que aguardemos con alegría la dicha que esperamos, tu aparición gloriosa.
    Ven, Señor Jesús.

  • Consuélanos, Señor, con los dones de tu divinidad, a los que anhelamos la gracia de tu venida.
    Ven, Señor Jesús.

    Se pueden añadir algunas intenciones libres.

    Pidamos que el reino de Dios llegue a todos los hombres: Padre nuestro...



    ORACION

    Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardes más, para que se reanimen con tu venida los que confían en tu amor. Tú que vives y reinas.


    CONCLUSIÓN

    V. EL Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
    R. Amén.
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