lunes, 30 de enero de 2012

El Combate contra los “logismoi” -pensamientos erróneos- en la tradición monástica: propuesta de un método simplificado y actual.



El monacato ha dado mucha importancia al llamado “combate espiritual” o combate contra los “pensamientos erróneos” o “logismoi”, pensamientos que nos deforman la realidad, nos hacen sufrir, nos producen inquietud y no proceden de nuestra naturaleza original imagen y semejanza de Dios.

Los monjes buscan recobrar la armonía interna o Paraíso perdido, uno de los medios para ello es el trabajo con los pensamientos, hasta lograr la pureza del corazón o autenticidad, salir de la duplicidad interna.

Evagrio Póntico (monje del siglo IV) nos proporciona una serie de mapas y una metodología para combatir los logismoi y convertirlos en logoi (pensamientos correctos). Escribe un libro el antirrheticos , en el que elabora un mapa de los ocho logismoi principales: gastrimargía (glotonería, gula), porneía (lujuria), filargyría (avaricia, amor al dinero), lype (tristeza), orgé (cólera), acedía (desabrimiento, pereza), cenodoxía (vanagloria), hyperefanía (soberbia), y un método a base de afirmaciones de la Escritura, útiles para combatir cada tipo de logismoi.

El método que propone Evagrio y el monacato egipcio se basa en la observación de los propios pensamientos, la comunicación de estos pensamientos a otro (que los acoge sin juzgarlos) y la repetición de afirmaciones de la Escritura que los combatieran (antirrhesis).

En la actualidad, en los talleres de espiritualidad cisterciense continuamos esta tradición adaptándola a la antropología y a los conocimientos de la psicología actual.

Proponemos guiarnos por un mapa simplificado del modelo evagriano elaborado a partir de la espiritualidad de San Bernardo, que considera que todos los logismoi tienen su origen en tres: la avaricia, la ambición y la curiositas (superficialidad, dispersión).

Al igual que Evagrio creemos que una buena forma de combatir estos tres logismoi son: por un lado, la introspección y toma de conciencia sin juicio de su actuación en nosotros y por otro lado, empleo de frases contrarias a los mismo para ir generando un patrón mental que exprese mejor nuestra verdadera naturaleza.


Curiosamente es posible encontrar un paralelismo entre el pensamiento de San Bernardo y la experiencia de una de las terapias psicológicas actuales: el rebirthing.

Consideran algunos de los terapeutas de esta corriente que en la práctica hay tres ideas erróneas que todos tenemos y que debemos combatir: Yo no valgo, yo no puedo o yo no sé. Estas afirmaciones pueden ser el modo de expresar el malestar que se oculta detrás de la avaricia (yo non valgo y busco valer mediante el tener cosas), detrás de la ambición (yo no puedo y busco dominar todo) o la curiositas (yo no sé y busco información fuera de mí constantemente).

Valiéndonos de este mapa de san Bernardo y del Rebirthing, que se complementan, podemos valernos para ver cual es el logismoi o idea falsa que nos domina en este momento y cómo combatirla mediante el uso de afirmaciones contrarias.


Así para localizar nuestra idea errónea actual nos podemos preguntar ¿La razón por la que no consigo lo que me propongo es que yo…? Y elijo cuál de los tres logismoi me parece más adecuado para mí o bien pregunto ¿Lo que no me gustaría que los demás supieran de mí es que Yo…? Y elijo de nuevo una de las tres ideas erróneas. Si en ambos se repite la misma idea errónea esa es la que debemos trabajar, si no se repite, nos quedamos con la última.

Determinados los logismoi a trabajar pasamos a combatirlos con afirmaciones contrarias: Por ejemplo, si he elegido “Yo no Puedo” la afirmación que debo hacer es: yo (Mi Nombre) soy un hombre capaz o que puede.


El ejercicio se hace combinado con la respiración, se hacen 20 respiraciones, en 4 ciclos de 5 respiraciones, dentro de cada ciclo las cuatro primeras respiraciones son cortas, se inhala con cierta energía y se espira de manera relajada sin forzar, la quinta respiración de cada ciclo es larga. El ejercicio se hace sentados, las manos en las rodillas, la espalda recta y los ojos cerrados. Se inspira y espira por la nariz. Es importante que no haya intervalos entre respiraciones.


Al inspirar realizamos la afirmación “yo x soy un hombre o mujer capaz” y observo que ideas me viene a la mente (muchas veces contrarias a la afirmación que digo) las observo sin juzgarme, sólo observarlas es purificador. Es una forma de limpieza de ideas erróneas y de imprimación de ideas correctas, además de ser un estupendo ejercicio respiratorio.


Habría que hacerlo una vez al día al menos, pero se puede hacer más veces.

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