sábado, 4 de febrero de 2012

La santidad particular de acuerdo al Beato Juan XXIII




Hermanos, Paz y Bien a todos en Cristo Jesús nuestro Señor.

El Beato Juan XXIII escribió esta resolución en su diario en 1903, y la quiero compartir y discutir brevemente con Uds:
De los santos tengo que tomar la sustancia, no los accidentes de sus virtudes. No soy ni San Luis ni debo de buscar la santidad en su manera particular, mas de acuerdo a los requisitos de mi propia naturaleza, carácter y las condiciones diferentes de mi vida. No debo ser una copia seca y sin sangre en las venas de un modelo, no importa qué tan perfecto. Dios desea que sigamos los ejemplos de los santos absorbiendo la savia de sus virtudes y conviertiéndola en nuestra propia vida, adaptándo sus ejemplos a nuestras capacidades individuales y circunstancias particulares. Si San Luis hubiese sido como yo, él se habría hecho santo de modo distinto.~ Diario de un alma
Esta fue una lección que mis maestros redentoristas, franciscanos, diocesanos y laicos me enseñaron desde joven, que uno está llamado a ser santo de acuerdo a nuestra propia personalidad y carácter, que no somos llamados a ser réplicas de otros santos. Que estamos llamados a emularles, no a ser reproducciones vacantes de ellos. Estamos llamados a "ser Jesús para otros" de acuerdo a nuestro modo particular.

Dios nos pensó y nos amó a cada uno de nosotros, de modo exclusivo y particular, desde toda la eternidad, antes de nuestro existir en el tiempo. Ese amor Dios no lo repite en otros del mismo modo. En cada cristiano, Cristo se encarna otra vez para la redención del mundo.

Entonces, la santidad consiste en esto: en realizar el plan y amor de Dios en nosotros. La santidad nos hace plenamente humanos; nos realiza e integra como personas. La santidad nos hace fuertes como Jesús lo es, hombres y mujeres plenos de acuerdo a su medida. La santidad es la norma de la vida cristiana, no la excepción.

Para ser santos, el primer paso es quere serlo. ¡Atrévete a ser santo!

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