lunes, 30 de abril de 2012

Pío V Papa


San Pío V O.P.
Papa de la Iglesia católica
7 de enero de 1566 - 1 de mayo de 1572
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Ordenación 1528
Consagración episcopal 1556
por Paulo IV
Proclamación cardenalicia 15 de marzo de 1557
por Pablo IV
Predecesor Pío IV
Sucesor Gregorio XIII
Cardenales nombrados Véase categoría
Información personal
Nombre secular Antonio Ghisleri
Nacimiento Bosco, Ducado de Milán
17 de enero de 1504
Fallecimiento Roma, 1 de mayo de 1572
Santidad
Beatificación 1 de mayo de 1672
por Clemente X
Canonización 22 de mayo de 1712
por Clemente XI
Festividad 30 de abril (Novus Ordo)
5 de mayo (Vetus Ordo)
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Escudo de San Pío V O.P.
San Pío PP V O.P., (* Bosco, 17 de enero de 1504 – † Roma, 1 de mayo de 1572). Papa nº 225 de la Iglesia católica de 1566 a 1572.
Nacido Antonio Michele Ghiselieri, fue fraile dominico y comisario General de la Inquisición Romana, y posteriormente Sumo Pontífice. Canonizado por Clemente XI en 1712.

Carrera eclesiástica

Nacido Antonio Michele Ghiselieri en Bosco, Ducado de Milán (hoy Bosco Marengo en la provincia de Alessandria, Piamonte), Italia, a la edad de catorce años entró en la Orden de Predicadores, tomando el nombre de Michele; de allí pasó del monasterio de Voghera al de Vigevano, y después a Bolonia. Fue ordenado sacerdote en Génova en 1528, y radicó en Pavía, donde enseñaría por los próximos dieciséis años.
Pronto dio muestras de sus opiniones cuando expuso en Parma treinta tesis en defensa del papado y contra las herejías de su tiempo. En contraste con la laxitud moral imperante a la sazón en la Iglesia Católica, Ghislieri se mostró severo y estricto, lo cual le granjeó cierta fama entre sus superiores como un enérgico disciplinario y fue nombrado inquisidor en Como. Su celo reformista provocó, sin embargo, tales resentimientos que fue obligado en 1550 a regresar a Roma, donde, después de haber servido en diversas misiones inquisitoriales fue electo al comisariado de la Santa Sede. El papa Paulo IV (1555–59), quien siendo cardenal ya había mostrado favoritismo hacia él, le confirió el cargo de obispo de las diócesis de Sutri y Nepi, el cardenalato con el título de Alejandrino y el honor (único para alguien que no tenía rango pontificio) de ser Gran Inquisidor. Bajo el papa Pío IV (1559–65) se convirtió en obispo de Mondovi en el Piamonte, pero su oposición al pontífice propició su despido del palacio y el fin de su autoridad como inquisidor.

Pontificado

Antes de que Ghislieri pudiera retomar su episcopado, Pío IV murió y el 7 de enero de 1566 Ghislieri fue elegido para la silla papal como Pío V; gracias a sus protegidos y amigos se logró que su coronación coincidiera con su cumpleaños, diez días después.
El mismo año de su elección se reunía en Alemania la dieta general del Imperio, celebrada en Augsburgo el 26 de marzo de 1566; Pío V impuso, a través de sus representantes, las nuevas directrices del Concilio de Trento en los estados católicos de Alemania, intentando detener de este modo la influencia de la Reforma Protestante en esos territorios y dando inicio efectivo a la llamada Contrarreforma o Reforma católica.
Tal y como había ejercido el cargo de Gran Inquisidor, Pío V se propuso restaurar la disciplina y moralidad de Roma encauzando la vida espiritual del mundo cristiano, y aun la terrenal también, pues como tantos otros papas teocráticos que le habían precedido, mediante la bula In cœna Domini proclamó la supremacía de la iglesia de Roma y de su cabeza visible sobre todos los poderes civiles y sobre quienes los ostentaban.
Entre sus primeras acciones llevó a cabo una drástica reducción el costo de la corte papal de la misma manera que lo había hecho en la Orden Dominicana a la cual había pertenecido; además, obligó a los obispos a residir en sus diócesis, reguló los hospicios, expulsó a las prostitutas de Roma y reafirmó la importancia de las ceremonias en general y de la liturgia de la misa en particular. Intentó de esta manera poner en práctica los acuerdos del concilio de Trento e impulsar su espíritu contrarreformista con firmeza; incrementó el poder de la Inquisición e hizo que la forma de las misas se uniformara mediante la promulgación de la bula Quo Primum tempore, de 1570. Pío V hizo de la misa llamada tridentina o gregoriana el único modelo para la Iglesia Católica Romana, excepto allí donde la liturgia de la misa fuera anterior a 1370 y aún estuviera en uso. Esta forma de la misa ha permanecido esencialmente intacta hasta hoy; en 1970, a raíz del Concilio Vaticano II, el papa Pablo VI promulgó un nuevo rito, que Benedicto XVI ha llamado rito ordinario, para la Iglesia universal, aunque sin derogar jamás la forma tridentina o tradicional codificada por Pío V y que queda en la actualidad como forma extraordinaria.
En Roma, encargó al pintor Daniele da Volterra que cubriese en parte las figuras trazadas en la Capilla Sixtina por Miguel Ángel, que las había pintado desnudas en su mayoría. Asimismo mereció su desaprobación la pagana costumbre de lidiar toros; la bula De salutis gregis dominici de 1 de noviembre de 1567 prohibía, y aún prohibe estos bárbaros espectáculos bajo pena de excomunión a perpetuidad.
Financió con cargo al erario pontificio la participación de la Iglesia en las guerras santas en Francia contra los hugonotes, o la expulsión de los judíos de los estados de su jurisdicción.
Contra los turcos promovió el papa la Liga Santa que quedó constituida por España, Venecia y los propios Estados Pontificios, con participación genovesa. Al frente de las fuerzas combinadas puso el papa a don Juan de Austria, hermanastro de Felipe II, a quien definió, utilizando la cita evangélica referida a Juan el Bautista, como «un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan». Las capitulaciones de la Liga fijaban detalladamente los recursos militares con que había de contribuir cada uno de los participantes. El papa asumía el compromiso de aportar 12 galeras aparejadas y dispuestas, 3.000 soldados de infantería y 270 jinetes con sus monturas. También se comprometían los coaligados a acudir en socorro de cualquiera de los miembros de la Liga que se viese atacado por los turcos, en especial si los territorios en peligro eran los de la Santa sede. Como cláusula de penalización para quien no atendiese sus obligaciones de confederado, el Papa impuso en las estipulaciones la pena de excomunión latae sententiae y el entredicho con pérdida de sus posesiones y liberación del juramento de fidelidad de sus súbditos.
En 1567, Pío V promulgó una bula papal, en la que ordenaba que fuesen trasladadas parte de las reliquias de los santos Justo y Pastor desde Huesca a Alcalá de Henares, ciudad de su cuna y martirio. En noviembre de ese mismo año, Felipe II y su hijo el príncipe Carlos, enviaron una carta cada uno dirigida al Obispo de Huesca para que cumpliese con lo ordenado por el Papa. Así fue como parte de las reliquias de los santos Justo y Pastor fueron remitidas a la ciudad de Alcalá de Henares de la que son patronos los "Santos Niños".
Pío V murió el 1 de mayo de 1572, unos meses después de que la Liga obtuviese un gran triunfo en la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571).
En contraste con las medidas en ocasiones drásticas y rígidas que promovió, Pío V era, al parecer, una persona de trato bondadoso y afable, y desde luego muy admirado por sus contemporáneos por su intensa vida espiritual, su austeridad y su piedad.1

Curiosidades

  • Las profecías atribuidas a San Malaquías se refieren a este papa como Angelus nemorosus (El ángel de los bosques), cita que hace referencia a que su nombre de pila era el de un ángel y a que su lugar de nacimiento fue Bosco (bosque).
  • Promulgó la bula "De Salute gregis Dominici" (1.er de noviembre de 1567), por medio de la cual prohibió los juegos taurinos, "estos sangrientos y vergonzosos espectáculos dignos de los demonios y no de los hombres", así como cualquier participación activa o pasiva en ellos.
En su decreto, el Papa advertía que "Si alguno llegase a encontrar en estos (juegos) la muerte, que la sepultura eclesiástica le sea negada", precisando además que "prohibimos e impedimos, en virtud de que la presente Constitución estará vigente para siempre, so pena de incurrir ipso facto en la excomunión, permitir que tengan lugar espectáculos de éste tipo, donde se hostigue a toros y otras bestias salvajes (...) Prohibimos igualmente, bajo pena de excomunión y de anatema, a los clérigos así como a los seglares (…) asistir a estos espectáculos. (...) Si alguno llegase a encontrar en éstos la muerte, que la sepultura eclesiástica le sea negada". Pío V termina aclarando que "Ordenamos a todos nuestros hermanos patriarcas, primados, arzobispos y obispos, y a nuestros ordinarios locales en virtud de santa obediencia, apelando al juicio divino y a la amenaza de la maldición eterna, que hagan publicar suficientemente nuestro escrito en las ciudades y diócesis propias y cuiden que se cumpla lo que arriba hemos ordenado (...) Queremos que el presente escrito se haga público en la forma acostumbrada en nuestra Cancillería Apostólica y se cuente entre las constituciones que estarán vigentes perpetuamente."

Referencias

  1. Ver la biografía del Papa en [1]

Enlaces externos





Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.
Historia del RosarioDesde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo hacen los judíos.
Mas tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marias. Los misioneros de Irlanda mas tarde propagaron la costumbre en Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.
Santo Domingo busca las ovejas perdidas
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.
Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.
También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.
Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.
La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmán
La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.
Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.
Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.

Las promesas de la Virgen a los que recen el rosario
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.
El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.
Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!
La batalla de Lepanto >>>
En la época del Papa Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.
En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen  había otorgado la victoria. Semanas mas tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don Juan, quién. desde un principio, le atribuyó el triunfo de su flota a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del Rosario.
Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez mas, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad toda Europa se hacia muy vulnerable. El emperador puso su esperanza en Nuestra Señora del Rosario.  Hubo gran lucha y derramamiento de sangre y la ciudad parecía perdida. El alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, conduciendo un ejército de rescate, derrotó a los turcos.
La batalla de Temesvar
El Príncipe Eugenio de Saboya derrotó en Temesvar (en la Rumania moderna) a un ejercito turco dos veces mas grande que el suyo, el 5 de agosto de 1716, que en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.

Excelencia del Rosario
A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.
Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.
El Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de propagar el santo rosario.  Muchos Papas han sido grandes devotos del rosario y lo han propagado con profunda convicción y confianza.
Su Santidad León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario.  Insistió en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de "Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el título de "El Papa del Rosario"
Todos los Papas del siglo XX han sido muy devotos del Santo Rosario.
Su Santidad Juan Pablo II nos insiste en el rezo del Santo Rosario. Recen en familia, en grupos. Recen en privado. Inviten a todos a rezar. No tengan miedo de compartir la fe. Nada mas importante. El mundo está en crisis. Nuestras fuerzas humanas no son suficientes. La victoria vendrá una vez mas por la Virgen María. Es la victoria de su Hijo, el Señor Rey del Universo: Jesucristo.
Un gran apóstol del rosario en familia es el Padre Patrick Peyton, quién llevó a cabo los primeros planes para que se hiciera una cruzada a nivel mundial del rosario en familia en el Holy Cross College, Washington D.C., en enero de 1942. Hizo esta cruzada en acción de gracias a María Santísima por la restauración de su salud. De una forma maravillosa la cruzada se propagó por todo el mundo con el lema: "La familia que reza unida, permanece unida".
Recomendado por la Virgen en diversas apariciones
A la Virgen María le encanta el rosario. Es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple, que está al alcance de todos; se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora. El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. La Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Bernardita en Lourdes. Cuando se les apareció a los tres pastorcitos en Fátima, también tenía un rosario. Fue en Fátima donde ella misma se identificó con el título de "La Señora del Rosario".


Pío V, Santo
CCXXV Papa, Abril 30


CCXXV Papa

Martirologio Romano: San Pío V, papa, de la Orden de Predicadores, que, elevado a la sede de Pedro, se esforzó con gran piedad y tesón apostólico en poner en práctica los decretos del Concilio de Trento acerca del culto divino, la doctrina cristiana y la disciplina eclesiástica, promoviendo también la propagación de la fe. Se durmió en el Señor en Roma, el día primero del mes de mayo (1572).

Etimológicamente: Pío = Aquel que es piadoso, es de origen latino.
Se le recuerda principalmente como “el Papa de la victoria de Lepanto”, no porque fuera un hombre belicoso, sino porque con su autoridad y con su prestigio personal logró imponer una tregua en las discordias caseras de los Estados europeos y llevarlos a una “santa alianza” para detener la amenazadora avanzada de los turcos. El 7 de octubre la armada Cristiana obtuvo en las aguas de Lepanto una definitiva victoria contra la flota turca. Ese mismo día Pío V, que no disponía de los rápidos medios de comunicación de hoy, ordenó que tocaran todas las campanas de Roma, invitando a los fieles a darle gracias a Dios por la victoria obtenida.

Michele Ghisleri elegido Papa en 1566 con el nombre de Pío V, nació en Bosco Marengo, Provincia de Alessandria (Italia) en 1504. A los 14 años entró a la Orden de los dominicos. Una vez ordenado sacerdote, atravesó todas las etapas de una carrera excepcional: profesor, prior del convento, superior provincial, inquisidor en Como y en Bérgamo, obispo de Sutri y Nepi, cardenal, grande inquisidor, obispo de Mondoví, y Papa.

Pío V fue sobre todo un gran reformador. Entre las reformas que promovió, siguiendo el concilio de Trento, recordamos la obligación de residencia para los obispos, la clausura de los religiosos, el celibato y la santidad de vida de los sacerdotes, las visitas pastorales de los obispos, el impulso a las misiones, la corrección de los libros litúrgicos, la censura de las publicaciones. La rígida disciplina que el santo Pontífice impuso a la Iglesia fue también norma constante de su vida. Vivía el ideal ascético del fraile mendicante.

Condescendiente con los humildes, paterno con la gente sencilla, pero sumamente severo con cuantos comprometían la unidad de la Iglesia, no dudó en excomulgar y decretar la destitución de la reina de Inglaterra, Isabel I, a sabiendas de las consecuencias trágicas que esto acarrearía a los católicos ingleses.

Pío V murió el 1 de mayo de 1572, a los 68 años de edad. Fue canonizado 22 de mayo de 1712 por el Papa Clemente XI.

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