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Dunstan de Canterbury, Santo |
Nació en el año 909 en Baltonsborough, Glastonbury, Inglaterra.
Hijo de
Heorstan, un noble de Wessex. Sobrino de San Athelm, y
con parentesco con San Alphege de Winchester.
Obispo de Canterbury, Inglaterra.
En su infancia y juventud recibió una buena formación literaria y
también en el arte de la pintura, orfebrería y en
el manejo del arpa.
A raíz de una grave enfermedad se
hizo monje.
Restauró la Abadía de Grastobury, donde poseía una
pequeña fragua donde solía fabricar calices y otros objetos necesarios
en la abadía.
Justamente en torno a su fragua existen leyendas
en las que venció al demonio gracias a su agudeza.
Una de ellas cuenta que una vez el diablo
se le apareció como una bellísima mujer que intentó seducirlo,
pero al ver que nuestro santo se mostraba indeferente retomó
su forma real, ante lo que Dunstan optó por agarrarle
la nariz con unas tenazas que estaban en el fuego
hasta que el demonio aceptara su derrota.
Vivió exiliado en Gante
hasta que fue llamado por el rey Edgar y pasó
de la sede episcopal de Worchester a la de Londres
y finalmente a la de Canterbury.
Se le recuerda como
gran renovador de la vida cristiana en Inglaterra.
Murió en el año
988 en Canterbury.
Es el patrono de los herreros, de los
orfebres, de los joyeros, de los cerrajeros y de la
diócesis de Charlottetown en Canadá.
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