lunes, 21 de mayo de 2012

Eugenio de Mazenod

Eugenio de Mazenod
Św. Eugeniusz de Mazenod.jpg
Nacimiento 1 de agosto de 1782
Aix-en-Provenza
Fallecimiento Marsella, 21 de mayo de 1861
Marsella
Beatificación 1975
Canonización 3 de diciembre de 1995
Eugenio de Mazenod (*Aix-en-Provenza, 1 de agosto de 1782 - + Marsella, 21 de mayo de 1861).
Sacerdote sulpiciano francés, obispo, fundador de la Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI).

Contenido

Infancia y Sacerdocio

Eugenio de Mazenod, sacerdote formado en el seminario de San Sulpicio de París,fundador de la Congregación de Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), cuyo nombre completo era Carlos José Eugenio de Mazenod, nació en Aix-en-Provenza, en la zona sur de Francia, el 1 de agosto de 1782, siendo descendiente de una familia de aristócratas franceses.
De Mazenod inició sus estudios en el Colegio de Nobles de Turín, Italia, y en 1802, siendo un joven de 20 años, vuelve a Francia, para ingresar en el Seminario de San Sulpicio, del Padre Juan Santiago Olier, y ser ordenado sacerdote, pese a la rotunda oposición de su familia, en 1811.

Los Oblatos de María Inmaculada (OMI)

Fundó en el día 25 de enero de 1816 a los Misioneros de Provenza, más tarde llamados los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI), su máxima obra, que fue aprobada con ese nombre por decreto papal del Papa León XII en el día 17 de febrero de 1826, y de la cual, el Padre De Mazenod fue su primer Superior General.
Actualmente, los Oblatos de De Mazenod, suman más de cuatro mil en todo el mundo (con presencia en casi 70 países), dedicados a la evangelización por medio de retiros, misiones populares, parroquias, centros de misión, etc., consagrándose especialmente a los más pobres y abandonados.

Sus Últimos Días

En 1832, fue designado Obispo de Marsella, su principal misión como prelado, fue amparar a los más pobres y desamparados y a difundir el santo evangelio por toda Francia, a través de los Oblatos de María Inmaculada.
Murió en Marsella, el 21 de mayo de 1861, a la edad de 79 años, fue beatificado por el Papa Pablo VI en 1975 y canonizado por el Papa Juan Pablo II, el 3 de diciembre de 1995.

Véase también

Enlaces externos

 Eugenio de Mazenod (1782-1861)
Obispo de Marsella, fundador de la Congregación
de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada  



Eugenio de Mazenod (1782-1861)
Eugènio de Mazenod (1782-1861)
Vescovo di Marsiglia, fondatore della Congregazione
dei Missionari Oblati di Maria Immacolata  
 Basilica Vaticana, 3 dicembre 1995
CARLOS JOSÉ EUGENIO DE MAZENOD llegó a un mundo que estaba llamado a cambiar muy rápidamente. Nacido en Aix de Provenza al sur de Francia, el 1 de agosto de 1782, parecía tener asegurada una buena posición y riqueza en su familia, que era de la nobleza menor. Sin embargo, los disturbios de la Revolución francesa cambiaron todo esto para siempre. Cuando Eugerio tenía 8 años su familia huyó de Francia, dejando sus propiedades tras sí, y comenzó un largo y cada vez más difícil destierro de 11 años de duración.
Los años pasados en Italia
La familia de Mazenod, como refugiados políticos, pasaron por varias ciudades de Italia. Su padre, que había sido Presidente del Tribunal de Cuentas, Ayuda y Finanzas de Aix, se vio forzado a dedicarse al comercio para mantener su familia. Intentó ser un pequeño hombre de negocios, y a medida que los años iban pasando la familia cayó casi en la miseria. Eugenio estudió, durante un corto período, en el Colegio de Nobles de Turín, pero al tener que partir para Venecia, abandonó la escuela formal. Don Bartolo Zinelli, un sacerdote simpático que vivía al lado, se preocupó por la educación del joven emigrante francés. Don Bartolo dio a Eugenio una educación fundamental, con un sentido de Dios duradero y un régimen de piedad que iba a acompañarle para siempre, a pesar de los altos y bajos de su vida. El cambio posterior a Nápoles, a causa de problemas económicos, le llevó a una etapa de aburrimiento y abandono. La familia se trasladó de nuevo, esta vez hacia Palermo, donde gracias a la bondad del Duque y la Duquesa de Cannizzaro, Eugenio tuvo su primera experiencia de vivir a lo noble, y le agradó mucho. Tomó el título de "Conde" de Mazenod, siguió la vida cortesana y soñó con tener futuro.
Vuelta a Francia: el Sacerdocio
En 1802, a la edad de 20 años, Eugenio pudo volver a su tierra natal y todos sus sueños e ilusiones se vinieron abajo rápidamente. Era simplemente el "Ciudadano" de Mazenod, Francia había cambiado; sus padres estaban separados, su madre luchaba por recuperar las propiedades de la familia. También había planeado el matrimonio de Eugenio con una posible heredera rica. Él cayó en la depresión, viendo poco futuro real para sí. Pero sus cualidades naturales de dedicación a los demás, junto con la fe cultivada en Venecia, comenzaron a afirmarse en él. Se vio profundamente afectado por la situación desastrosa de la Iglesia de Francia, que había sido ridiculizada, atacada y diezmada por la Revolución.
Él llamado al sacerdocio comenzó a manifestársele y Eugenio respondió a este llamado. A pesar de la oposición de su madre, entró en el seminario San Sulpicio de París, y el 21 de diciembre de 1811 era ordenado sacerdote en Amiens.
Esfuerzos apostólicos: los Oblatos de María Inmaculada
Al volver a Aix de Provenza, no aceptó un nombramiento normal en una parroquia, sino que comenzó a ejercer su sacerdocio atendiendo a los que tenían verdadera necesidad espiritual: los prisioneros, los jóvenes, las domésticas y los campesinos. Eugenio prosiguió su marcha, a pesar de la oposición frecuente del clero local. Buscó pronto otros sacerdotes igualmente celosos que se prepararían para marchar fuera de las estructuras acostumbradas y aún poco habituales. Eugenio y sus hombres predicaban en Provenzal, la lengua de la gente sencilla, y no el francés de los "cultos". Iban de aldea en aldea, instruyendo a nivel popular y pasando muchas horas en el confesonario. Entre unas misiones y otras, el grupo se reunía en una vida comunitaria intensa de oración, estudio y amistad. Se llamaban a sí mismos "Misioneros de Provenza".
Sin embargo, para asegurar la continuidad en el trabajo, Eugenio tomó la intrépida decisión de ir directamente al Papa para pedirle el reconocimiento oficial de su grupo como una Congregación religiosa de derecho pontificio. Su fe y su perseverancia no cejaron y, el 17 de febrero de 1826, el Papa Gregorio XII aprobaba la nueva Congregación de los "Misioneros Oblatos de María Inmaculada". Eugenio fue elegido Superior General, y continuó inspirando y guiando a sus hombres durante 35 años, hasta su muerte. Eugenio insitió en una formación espiritual profunda y en una vida comunitaria cercana, al mismo tiempo que en el desarrollo de los esfuerzos apostólicos: predicación, trabajo con jóvenes, atención de los santuarios, capellanías de prisiones, confesiones, dirección de seminarios, parroquias. Él era un hombre apasionado por Cristo y nunca se opuso a aceptar un nuevo apostolado, si lo veía como una respuesta a las necesidades de la Iglesia. La "gloria de Dios, el bien de la Iglesia y la santificación de las almas" fueron siempre fuerzas que lo impulsaron.

Obispo de Marsella
La diócesis de Marsella había sido suprimida durante la Revolución francesa, y la Iglesia local estaba en un estado lamentable. Cuando fue restablecida, el anciano tío de Eugenio, Fortunato de Mazenod, fue nombrado Obispo. Él nombró a Eugenio inmediatamente como Vicario General, y la mayor parte del trabajo de reconstruir la diócesis cayó sobre él. En pocos años, en 1832, Eugenio mismo fue nombrado Obispo auxiliar. Su ordenación episcopal tuvo lugar en Roma, desafiando la pretensión del gobierno francés que se consideraba con derecho a intervenir en tales nombramientos. Esto causó una amarga lucha diplomática y Eugenio cayó en medio de ella con acusaciones, incomprensiones, amenazas y recriminaciones sobre él. A pesar de los golpes, Eugenio siguió adelante resueltamente y finalmente la crisis llegó a su fin. Cinco años más tarde, al morir el Obispo Fortunato, fue nombrado él mismo como Obispo de Marsella.
Un corazón grande como el mundo
Al fundar los Oblatos de María Inmaculada para servir ante todo a los necesitados espiritualmente, a los abandonados y a los campesinos de Francia, el celo de Eugenio por el Reino de Dios y su devoción a la Iglesia movieron a los Oblatos a un apostolado de avanzada. Sus hombres se aventuraron en Suiza, Inglaterra, Irlanda. A causa de este celo, Eugenio fue llamado "un segundo Pablo", y los Obispos de las misiones vinieron a él pidiendo Oblatos para sus extensos campos de misión. Eugenio respondió gustosamente a pesar del pequeño número inicial de misioneros y envió sus hombres a Canadá, Estados Unidos, Ceylan (Sri Lanka), Sud-Africa, Basutolandia (Lesotho). Como misioneros de su tiempo, se dedicaron a predicar, bautizar, atender a la gente. Abrieron frecuentemente áreas antes no tocadas, establecieron y atendieron muchas diócesis nuevas y de muchas maneras "lo intentaron todo para dilatar el Reino de Cristo". En los años siguientes, el espíritu misionero de los Oblatos ha continuado, de tal modo que el impulso dado por Eugenio de Mazenod sigue vivo en sus hombres que trabajan en 68 países.
Pastor de su diócesis
Al mismo tiempo que se desarrollaba este fermento de actividad misionera, Eugenio se destacó como un excelente pastor de la Iglesia de Marsella, buscando una buena formación para sus sacerdotes, estableciendo nuevas parroquias, construyendo la Catedral de la ciudad y el espectacular santuario de Nuestra Señora de la Guardia en lo alto de la ciudad, animando a sus sacerdotes a vivir la santidad, introduciendo muchas Congregaciones Religiosas nuevas para trabajar en su diócesis, liderando a sus colegas Obispos en el apoyo a los derechos del Papa. Su figura descolló en la Iglesia de Francia. En 1856, Napoleón III lo nombró Senador, y a su muerte, era decano de los Obispos de Francia.

Legado de un santo

El 21 de mayo de 1861 vio a Eugenio de Mazenod volviendo hacia Dios, a la edad de 79 años, después de una vida coronada de frutos, muchos de los cuales nacieron del sufrimiento. Para su familia religiosa y para su diócesis ha sido fundador y fuente de vida: para Dios y para la Iglesia ha sido un hijo fiel y generoso. Al morir dejó a sus Oblatos este testamento final: "Entre vosotros, la caridad, la caridad, la caridad; y fuera el celo por la salvación de las almas".
Al declararlo santo la Iglesia, el 3 de diciembre de 1995, corona estos dos ejes de su vida: amor y celo. Y este es el mayor regalo que Eugenio de Mazenod, Oblato de María Inmaculada, nos ofrece hoy.




SAN CARLOS JOSE EUGENIO DE MAZENOD1782-1861
Obispo, fundador
-Nacido en Aix-en-Provenza, Francia, el 1ro de agosto de 1782. Descendiente de una familia de aristócratas franceses.
-Carlos Eugenio se vio obligado a huir a Italia durante la Revolución Francesa.
-Formado en el seminario de San Sulpicio de París.
-Fue ordenado sacerdote en 1811 en Amiens donde sirvió al Señor hasta que se sintió llamado a las misiones.
-En 1816 fundó el instituto que en 1826 fue aprobado por el Papa León XII como la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada (OMI) y del que fue superior general hasta su muerte.
-En 1832 fue nombrado obispo titular de Icosium y en 1837 obispo de Marsella (Francia), donde restauró la disciplina eclesiástica y se destacó por su defensa al papado contra los ataques de las autoridades civiles y de los Galos. Amparó a los pobres.

San Carlos favoreció el dogma de la Inmaculada Concepción en las disputas comunes en su época.
Murió en Marsella el 21 de mayo de 1861, a la edad de 79 años
Fue beatificado en 1975 y canonizado por el Papa Juan Pablo II, el 3 de diciembre de 1995.

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