martes, 15 de mayo de 2012

María Auxiliadora

Advocación Mariana, Mayo 24
 
María Auxiliadora
María Auxiliadora

Advocación de la Santísima Virgen

Historia de la devoción a María Auxiliadora en la Iglesia Antigua.

Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto". San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo.

El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también "Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al gobernante lo que es del gobernante" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo". San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte".

San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".

La batalla de Lepanto.

En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto. Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios. Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario.

En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.

El Papa y Napoleón.

El siglo pasado sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas. El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.

San Juan Bosco y María Auxiliadora.

El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.
Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.
San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.
 
 
 
 

María Auxilio de los Cristianos


Icono tradicional de María, auxilio de los cristianos
María Auxilio de los Cristianos (en latín: Maria Auxilium Christianorum) es una advocación de María Auxiliadora (en la Iglesia Católica Romana) creada para la Virgen María y que lleva su nombre desde el año 345 con Juan Crisóstomo, tomó fuerza con el Papa Pío V en el siglo XVI y fue definitivamente popularizada con el desarrollo de las obras educativas y apostólicas de Don Bosco en el siglo XIX. Aunque comúnmente se la asocia a la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodoxa conoce también la advocación desde 1030 en Ucrania cuando el país logró defenderse de una invasión bárbara, hecho que la religiosidad de la época atribuyó al auxilio de la Virgen María.
La advocación de María Auxiliadora ha sido fuertemente asociada hasta el siglo XIX a la defensa militar de todos los bastiones católicos y ortodoxos en Europa, el norte de África y Medio Oriente en contra de los pueblos no cristianos, muy especialmente los musulmanes. Precisamente bajo el pontificado de Pío V, los pueblos euro-cristianos reunieron una descomunal fuerza para detener el avance de los turcos que en 1572 dirigían un poderoso ejército con el fin de conquistar definitivamente a Europa. Mientras los ejércitos cristianos reunidos de todas las naciones europeas, lograron derrotar definitivamente a los invasores, el Papa había pedido a toda la cristiandad que rezaran e incluyeran la advocación Sancta Maria Auxilium Christianorum. Con la popularización que los salesianos hicieron de la devoción a María Auxiliadora en todos los países en donde se abrieron casas de Don Bosco, se dio el surgimiento de numerosos santuarios, entre los cuales el más célebre es precisamente el de la Basílica de María Auxiliadora en Turín.

Cosmogonía de la lucha entre el bien y el mal

En esta obra de Guido Reni, el Arcángel Miguel derrota al diablo, icono inspirado en Apocalipsis 12, 7 en el cual se relata una "batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el Dragón", después de que "la Mujer dio a luz a un Hijo varón" (v.5). Escenas que corresponden a la cosmogonía judeo-cristiana de la lucha entre el bien y el mal, de la cual la advocación de la Auxiliadora es un icono correspondiente.
La advocación de María Auxilio de Cristianos ha sido vista por lo general como un aspecto de carácter militar de la Virgen María como defensora de la fe cristiana. Este aspecto puede ser rastreado en los elementos que fundamentan la mariología dentro de la Iglesia Católica y Ortodoxa.
El primer texto que representa a la mujer bíblica como personaje combativo de las fuerzas del mal es el de Eva en los relatos del Génesis. En la condena divina tras el pecado, Dios se dirige a la serpiente en estas palabras:
Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje; él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.1 2
El texto revela una evidente cosmogonía que enfrenta en la escena de la Creación a dos fuerzas en permanente oposición, el bien y el mal. De acuerdo a la mariología, en este texto se ve representada a la Virgen María la cual, al ser la madre del Mesías, es aquella que porta el linaje de salvación.
De igual manera otras mujeres jugarían un papel primordial en la percepción de esa lucha existencial entre las dos fuerzas opuestas: la profetisa Débora,3 Judit, la viuda que sale en defensa del asedio de Betulia y derrota a Holofernes,4 y muchas otras.
Por último, el personaje femenino que juega un papel determinante en dicha lucha viene representado en el libro del Apocalipsis en el siguiente texto:
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con dolores del parto y con el tormento de dar a luz (...)5
A este extraño personaje femenino que después sería relacionado por las primeras comunidades cristianas como símbolo de la maternidad de María y su significado en la historia de la salvación y así mismo con la Iglesia, se le antepone otro personaje, el dragón, el cual en Occidente representa el mal y contra el cual se desata una batalla liderada por el Arcángel Miguel,6 otro personaje de carácter guerrero, al menos desde el punto de vista espiritual. Al final del texto, la mujer y su hijo se enfrentan directamente, según el texto:
Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer (...)7
Al seguir la lectura de un libro que como el Apocalipsis tiene un gran contenido simbólico, se da de manera paulatina una relación entre estas figuras femeninas de carácter militar o guerrrero en favor del bien, entendido este dentro de la historia de la salvación, lo que terminaría por crear con el tiempo una advocación como María Auxilio de los Cristianos.

Historia

Entre los padres de la Iglesia

La advocación Auxiliadora no es en realidad nueva y era ya conocida en los primeros siglos de nuestra era por las primeras comunidades cristianas y los Padres de la Iglesia. En numerosas inscripciones cristianas encontradas en los territorios de hegemonía griega se encuentran dos títulos por medio de los cuales se refería a la Virgen María: uno es Θεοτόκος (Teotokos, Madre de Dios) y el otro es Βοήθεια (Boeteia, Auxiliadora).
Entre los Padres de la Iglesia8 que se refirieron directamente a la Virgen María como "Βοήθεια" se encuentran Juan Crisóstomo en una homilía del año 345, Proclo en el 476, Sebas de Cesarea en el 532. Después del tiempo patrístico, entendido este hasta el siglo V, otros personajes hicieron mención de dicho título como Romano Melone en el 518, Sofronio, arzobispo de Jerusalén, Juan Damasceno en el 749 y German de Constantinopla en el 733.

La invasión musulmana

En esta pintura de Paolo Veronese, se representa la Batalla de Lepanto y en la cual se puede ver una de las primeras representaciones de María Auxiliadora al lado de los ejércitos cristianos.
Las luchas centenarias entre naciones cristianas y musulmanas tendría su culmen en el siglo XVI. El Islam había destruido ya el Imperio bizantino con la Caída de Constantinopla el 29 de mayo de 1453 y se preparaba para entrar a Europa. El Papa Pío V fue el principal promotor de una alianza europea con el fin de contrarestar el avance de los otomanos a la cual se denominó la Liga Santa de 1571 (la segunda del siglo XVI) y que quedó conformada por España, Venecia, Génova, Malta y los Estados Pontificios. El 7 de octubre de 1571 se libró una de las batallas más importantes de la historia, la de Lepanto, en la cual fueron vencidas de manera definitiva las huestes otomanas y Europa occidental fue preservada de la invasión. Para el mundo eurocatólico de la época, la detención de dicha invasión fue leída desde una perspectiva religiosa de lucha entre el bien y el mal interpretado esta según los paradigmas medioevales y los enfrentamientos entre las dos religiones monoteistas. En tal caso, se concluyó que el éxito de los ejércitos católicos se debía a la intervención de la Virgen María que había ido en auxilio de los cristianos.
Dicho precedente se reflejaría pocos años después en Baviera, el sur católico de Alemania, en donde se vieron amenazados por el avance del luteranismo durante la Guerra de los Treinta Años. En dicho contexto hicieron una promesa a la Virgen: si Esta los libraba de su invasión, la honorarían con el título de Auxiliadora de los cristianos. De este hecho histórico viene la llamada Asociación de María Auxiliadora.

Pío VII y Napoleón

El Papa Pío VII, quien gobernó la Iglesia Católica entre 1800 y 1823, fue el segundo Pontífice romano que daría una gran importancia a esta advocación mariana. Le correspondió los años de la consolidación del Imperio napoleónico. Firmó con Napoleón Bonaparte un Concordato que parecía garantizar la paz entre la Iglesia y Francia en 1801. En 1804 fue a París para la coronación del nuevo emperador, pero sólo pudo ungirlo porque Napoleón se impuso a sí mismo la Corona. Bien pronto las aspiraciones ambiciosas de Napoleón entrarían en contraste con la influencia de la Iglesia. En 1806 el Papa se negó a sumarse a la exigencia de Napoleón de bloquear a Inglaterra, lo que condujo a una invasión francesa de los Estados Pontificios y puso en prisión al anciano Papa de 77 años de edad, primero en Savona y luego en Fontainebleau en 1809. En su cautiverio, situación ésta que le causó un gran sufrimiento y deterioró bastante su salud, el Papa prometió a la Virgen que si recuperaba su libertad y volvía a Roma, declararía ese día como solemne en honor de María Auxilio de los cristianos. Bien pronto la suerte de Napoleón cambió y Pío VII recuperó su libertad. Llegó a Roma el 24 de mayo de 1814 y cumplió su promesa. De este acontecimiento, viene la tradición de la Solemnidad de María Auxiliadora cada 24 de mayo.

Don Bosco

Pero la persona que más tendría que ver con la popularización de la invocación de María como Auxilio de los cristianos sería el santo educador de Turín, San Juan Bosco, quien veía el florecimiento de sus obras apostólicas y educativas entre los jóvenes como obra de la Virgen María. Don Bosco comienza a referirse a esta con el nombre de María Auxiliadora a partir de 1860, año en el que relata que la Virgen le manifestó su deseo de ser honorada bajo dicho título y su voluntad de que se le construyera un templo. Es posible que este deseo de afidarse a María como "Auxilio de los cristianos" tenga su razón de ser en la difícil época que la Iglesia Católica vivía en Italia con el avance de los movimientos nacionalistas que abogaban por la Unificación de Italia aún en contra de la existencia de los Estados Pontificios y por ende de la autoridad del Papa. Don Bosco estuvo muy cerca del pontificado del Papa Pío IX, el último Papa-Rey de los Estados Pontificios. El recuerdo reciente de la promesa hecha a la Virgen por parte de Pío VII prisionero de Napoleón a principios del siglo pudo inspirar en Don Bosco su devoción a una advocación que había probado éxito en los momentos más difíciles de la Iglesia. Bien pronto la expansión de las obras salesianas en los cinco continentes tendrían como consecuencia la internalización de esta advocación de origen estrictamente europeo. Por otra parte, fundó el Instituto Hijas de María Auxiliadora con el fin de llevar el Sistema Preventivo Salesiano a las muchachas y de honorar a la Virgen bajo dicha advocación.

Imagen de María Auxiliadora

Para adornar la Basílica de María Auxiliadora en Valdocco, Don Bosco mandó pintar una estupenda obra artística del maestro italiano Tomás Lorenzone en la cual aparece la Virgen con el Niño9 como figuras centrales veneradas por los doce Apóstoles, otros santos y los ángeles. Aparte de las innumerables representaciones artísticas de la Auxiliadora, aquella que se considera como el icono principal es el de Lorenzone en Turín. La idea fue de Don Bosco que dijo al artista:
En alto María Santísima entre los coros de los ángeles, después el coro de los profetas, de las vírgenes, de los confesores. Por tierra los emblemas de las grandes victorias de María y los pueblos del mundo en el acto de alzar las manos hacia ella pidiendo su auxilio.10
Lorenzone tardó tres años en terminar la obra, que fue entronizada en la Basílica de María Auxiliadora y, según las palabras de Don Bosco, es una figura del título "María, Madre de la Iglesia".11
La obra corresponde a una pintura barroca que exalta a la Virgen como Reina y lleva en su mano izquierda a Jesús Niño, ante el cual todas las criaturas (los Apóstoles y otros santos representan a la Iglesia y los ángeles al Cielo) rinden tributo por ser el Verbo Encarnado.
Los atuendos siguen la simbología judeo-cristiana que se pretende leer en la advocación. Tanto María como el Niño Jesús llevan los atuendos reales inspirados en las monarquías europeas, especialmente germánicas, en vigor durante la Edad Media como las coronas doradas cuyo color representa el oro y siguen el texto apocalíptico: "...una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza...".12 Con frecuencia la Corona está enmarcada en un aro con las doce estrellas con toda la simbología bíblica que el número 12 representa13 y la estrella com símbolo de David.
La madre lleva en su mano derecha un cetro, símbolo de monarquía y del reinado mesiánico,14 al caso dentro de la cosmogonía cristiana. Algunas representaciones derivadas de María Auxiliadora ponen un segundo cetro al Niño, aspecto este que rompe el sentido bíblico original, porque se trata de un sólo cetro, el mesiánico. De igual forma los atuendos corresponden a los usos sacerdotales,15 bordados en oro y telas preciosas. El niño lleva un vestido entero blanco, otro símbolo mesiánico que recuerda el reparto de los vestidos de Cristo: "La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo".16 De igual manera Jacob, que "amaba a José17 más que a todos los demás hijos por ser para él el hijo de la ancianidad" le había hecho "una túnica de manga larga"18
Tanto la imagen de la Virgen como la del Niño, corresponden a personajes caucásico - nórdicos y rubios que revela la asimilación de la advocación dentro de la historia del catolicismo en Europa especialmente.

Por que María AUXILIADORA

Se llama "Auxiliadora" porque nos trae un importante "auxilio" de Dios. El título de "María Auxilio de los Cristianos", expresa la mediación de María respecto de la humanidad. Como Madre del Redentor, por fuerza y mérito de la corredención, Ella es la ayuda de la humanidad necesitada de redención; lo es también de cada individuo, porque es la Madre espiritual de todos.

Devoción

El Ayuntamiento de Morón de la Frontera (Sevilla) nombró alcaldesa honoraria de la localidad a María Auxiliadora en acto oficial el 24 de mayo de 2008. Un pleno extraordinario aprobó por mayoría el nombramiento el mismo día de su festividad. El alcalde colocó el bastón de mando de la ciudad en el altar de la Virgen en el curso de una procesión pública.19

Referencias

Notas

  1. Génesis 3, 15.
  2. El texto griego utiliza el pronombre masculino él que es interpretado por los biblistas como el triunfo de la humanidad entera sobre el mal, cf nota No.15 al versículo 15, capítulo 3 del Génesis, Biblia de Jerusalén, Desclee de Brouwer, Bilbao, edición de 1975.
  3. Jueces 4, 4 - 23; 5.
  4. Judit, pp.549 - 564 de la edición Biblia de Jerusalén de 1975.
  5. Apocalipsis 12, 1-2
  6. Idem, versículos siguientes.
  7. Idem, versículos 15-16.
  8. El título "Padres de la Iglesia" en teología católica y ortodoxa se refiere a los primeros teólogos cristianos que vivieron entre los siglos I y V de nuestra era y quienes sentaron los principales dogmas cristianos compartidos tanto por la Iglesia de Occidente como por la de Oriente. La mayoría de ellos escribieron en griego que era la lengua franca de la época.
  9. Según Apocalipsis 12, 13: "Cuando el Dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer que había dado a luz a un Hijo varón" e Isaías 7, 14: "Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel".
  10. De la guía breve en italiano al Santuatio de María Auxiliadora en Turín, edición del Centro Mariano Salesiano, Turín.
  11. Idem, "Guida Breve, Itinerario di una visita".
  12. Apocalipsis 12, 1.
  13. A modo general dos figuras en particular: las doce tribus de Israel y el grupo de los apóstoles.
  14. En realidad María sostiene el cetro que corresponde al Mesías según el anuncio del ángel en Lucas 1, 32: "El será grande y será llamado Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin"
  15. Según la Biblia de Jerusalén, edición 1975, nota 19 23, p.1538, se trata de una posible alusión al sacerdocio de Cristo.
  16. Juan 19, 23b.
  17. La teología cristiana ve en la historia de José, que causa la envidia de sus hermanos y lo venden como esclavo en Egipto, una prefiguración de Cristo.
  18. Génesis 37, 3.
  19. Expertos analizan el reciente nombramiento de la Virgen María Auxiliadora. La alcaldesa honoraria de Morón. El País (edición andaluza), 1 de junio de 2008, pág. 7

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