martes, 1 de mayo de 2012


¿No es éste el hijo del carpintero?
Mateo 13, 54-58. San José obrero. Todo lo que hizo José, lo hizo "para el Señor", y lo hizo "de corazón".
 
¿No es éste el hijo del carpintero?
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 54-58


En aquel tiempo viniendo Jesús a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?» Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.

Oración introductoria

Padre, hoy que celebramos a San José obrero, te pedimos que agradezcamos nuestro trabajo diario en el hogar, oficina, campo, donde Tu nos llamaste.

Meditación del Papa

San José, "hombre justo", pasó gran parte de su vida trabajando junto al banco de carpintero, en un humilde pueblo de Palestina. Una existencia aparentemente igual que la de muchos otros hombres de su tiempo, comprometidos, como él, en el mismo duro trabajo. Y, sin embargo, una existencia tan singular y digna de admiración, que llevó a la Iglesia a proponerla como modelo ejemplar para todos los trabajadores del mundo.

¿Cuál es la razón de esta distinción? No resulta difícil reconocerla. Está en la orientación a Cristo, que sostuvo toda la fatiga de San José. La presencia en la casa de Nazaret del Verbo Encarnado, Hijo de Dios e Hijo de su esposa María, ofrecía a José el cotidiano por qué de volver a inclinarse sobre el banco de trabajo, a fin de sacar de su fatiga el sustento necesario para la familia. Realmente "todo lo que hizo", José lo hizo "para el Señor", y lo hizo "de corazón".

Todos los trabajadores están invitados hoy a mirar el ejemplo de este "hombre justo". La experiencia singular de San José se refleja, de algún modo, en la vida de cada uno de ellos. Efectivamente, por muy diverso que sea el trabajo a que se dedican, su actividad tiende siempre a satisfacer alguna necesidad humana, está orientada a servir al hombre. Por otra parte, el creyente sabe bien que Cristo ha querido ocultarse en todo ser humano, afirmando explícitamente que "todo lo que se hace por un hermano, incluso pequeño, es como si se le hiciese a Él mismo" (cf. Mt 25, 40). Por lo tanto, en todo trabajo es posible servir a Cristo, cumpliendo la recomendación de San Pablo e imitando el ejemplo de San José, custodio y servidor del Hijo de Dios. Beato Juan Pablo II


Reflexión


Jesús, volviendo a su patria, recordaría a José, su padre terreno, aquél a quien Dios había designado como custodio fiel y silencioso del misterio de la encarnación. Recordaría también los arados y yugos que José había construido para los aldeanos de Nazareth. Y recordaría las tardes que pasaba bajo la dulce mirada del carpintero aprendiendo el oficio. Quizá se acordó también de su muerte... En un instante, Jesús pudo haber revivido la memoria de aquel buen padre, trabajador sincero, que le amó entregándole todos los días el pan y el vestido para vivir.

Por esto, la Iglesia ha querido recordar en este día al hombre santo que enseñó al mismo Dios a trabajar con sus manos. Más tarde, más que Jesús, se acordarían todos sus conocidos de los trabajos que ése buen carpintero, José, realizó en su pueblo. Y cuando Jesús ha marchado a predicar, los nazaretanos no dudan en llamar a Cristo como el hijo de José, dando por supuesta su fama y conocidísima sencillez.

Jesús Nazareno aprendió de José el oficio de carpintero en el taller. Habrán trabajado juntos muchos días uno con la sierra, el otro con el martillo. Con el cabello y la túnica cubiertos de serrín, terminando sus jornadas, cansados, al caer la tarde. Así, el mismo Dios fue pasando su> vida desde sus tiernos 12 hasta la plenitud de su vida humana, a los 30 años. Jesús compartía la vida de tantos y tantos hombres sencillos que, para vivir, tienen que trabajar. Así, nos revela un nuevo rostro del trabajo, el que aprendió de José, lleno de dignidad, porque trabajar, fue una de las mayores ocupaciones del Señor durante su vida terrena.

El trabajo es una invitación a cooperar en la transformación del mundo al servicio del hombre, de todo hombre y de todo el hombre, según el bien y la justicia. Para todos los cristianos, no sólo es hermoso considerar que tenemos un Salvador grande y misericordioso, sino que constatamos también, la presencia de un Dios que redescubre el valor de las cosas pequeñas que llenan nuestra vida, las ilumina con su ejemplo y les da un nuevo significado que se abre al amor de una familia y, la construcción de un mundo más justo y solidario.



martes 01 Mayo 2012
Martes de la cuarta semana de Pascua

San José Obrero


Leer el comentario del Evangelio por
Simeón el Nuevo Teólogo : «El Padre y yo, somos uno»

Lecturas

Hechos 11,19-26.


Mientras tanto, los que se habían dispersado durante la persecución que se desató a causa de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, y anunciaban la Palabra únicamente a los judíos.
Sin embargo, había entre ellos algunos hombres originarios de Chipre y de Cirene que, al llegar a Antioquía, también anunciaron a los paganos la Buena Noticia del Señor Jesús.
La mano del Señor los acompañaba y muchos creyeron y se convirtieron.
Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía.
Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con un corazón firme.
Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del Espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.
Entonces partió hacia Tarso en busca de Saulo,
y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Ambos vivieron todo un año en esa Iglesia y enseñaron a mucha gente. Y fue en Antioquía, donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de "cristianos".


Salmo 87(86),1-3.4-5.6-7.


De los hijos de Coré. Salmo. Canto.
¡Esta es la ciudad que fundó el Señor
sobre las santas Montañas!
El ama las puertas de Sión
más que a todas las moradas de Jacob.

Cosas admirables se dicen de ti, Ciudad de Dios:
"Contaré a Egipto y a Babilonia
entre aquellos que me conocen;
filisteos, tirios y etíopes han nacido en ella".

Así se hablará de Sión:
"Este, y también aquel, han nacido en ella",
y el Altísimo en persona la ha fundado".
Al registrar a los pueblos, el Señor escribirá:
"Este ha nacido en ella".

Y todos cantarán, mientras danzan:
"Todas mis fuentes de vida están en ti".


Juan 10,22-30.


Se celebraba entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno,
y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón.
Los judíos lo rodearon y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si eres el Mesías, dilo abiertamente".
Jesús les respondió: "Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí,
pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen.
Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis manos.
Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre.
El Padre y yo somos una sola cosa".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por

Simeón el Nuevo Teólogo (v. 949-1022), monje griego, santo de la Iglesia Ortodoxa
Himno 21, 468 s; SC 174

«El Padre y yo, somos uno»

Enviado y salido del Padre, el Verbo descendió y habitó por completo en las
entrañas de la Virgen. Estaba plenamente en el Padre, y por entero estaba
en este pecho virginal, y entero en todo, él, que nada puede
contener...Permaneciendo inmutable, tomó la forma de esclavo (Flp. 2,7) y
después de haber sido dado a luz, se hizo un hombre totalmente... ¿Cómo
afirmar lo que es imposible explicar a todos los ángeles, a los arcángeles
y a todo ser creado ? Pensamos en ello de manera verdadera, pero no podemos
en absoluto expresarlo, y nuestro espíritu no puede comprenderlo verdadera
y perfectamente.¿Cómo, pues, Dios y hombre, y hombre - Dios es también el
Hijo del Padre, por entero,de manera que no se separan; cómo llegó a ser
hijo de la Virgen y vino al mundo; y cómo es imposible ser contenido por
todos?...Ahora permanecerás en silencio porque aunque quisieras hablar, tu
espíritu no encontrará palabra, y tu lengua habladora permanecerá
silenciada...Gloria a tí, Padre, Hijo y Espíritu Santodivinidad no indivisa
en su naturaleza.Te adoramos en el Espíritu Santo,nosotros que poseemos tu
espíritu, porque lo hemos recibido de ti.Y, viendo tu gloria, nosotros no
buscamos indiscriminadamente, sino que es en Él, tu Espíritu, en el que te
vemos, Padre no engendrado, y en tu Verbo engendrado que sale de ti. Y
adoramos la Trinidad indivisible y sin mezcla en su única divinidad,
soberanía y potencia.


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Conoce más acerca de la Fiesta de San José Obrero



 

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