miércoles, 16 de mayo de 2012

San Nimatullah Al – Hardini

vela
Nimatullah significa "gracia o don de Dios". Es el nombre adoptado por esto santo como religioso. Kassab es el nombre de su familia. Al-Hardini revela su origen, del pueblo Hardine, en las montañas libanesas.
También El es un hijo del Libano de esta región pisada por las plantas de Cristo, salvador del mundo hace más de 2000 años, de este país donde Jesús ha predicado y realizado milagros, de los montes del Libano y del Hermon, donde resuena el eco de las palabras de salvación pronunciadas en Galilea; del Libano bíblico que fue entre los primeros países en recibir la buena nueva.
Al-Hardini ha logrado superar el concepto de una santidad lejana de la gente. La figura de Al-HardiSanto Al-Hardinini es aquella del monje entre sus hermanos y dentro de la sociedad. No es ya el eremita como San Charbel. Es más bien como la Beata Madre Teresa de Calcutta. Entre la gente es el testigo del amor de Cristo por la humanida. Era maestro, confesor e iba a buscar a la gente dentro de sus proprias casas. Es la figura de aquel que se acaba por los demás. Comía un sola comida al día. Ha vivido y ha alcanzado la santidad en la sociedad y entre la gente. Al-Hardini decía siempre: "Cada vez que encuentro a la gente me acerco más a la perfección", y lo decía porque veía a Cristo en los otros.
Símbolo de discreción y de humildad, Nimatullah  al-Hardini ha sabido "crecer come el cedro del Libano" con la sola fuerza del Amore. Sus palabras y sus acciones, sus ideas y su vida, su visión del mundo y sus plegarias continúan siendo una fuente de inspiración evangélica y una base de fidelidad inventiva. Su santidad es pues una gracia y un don. Nos permite entrar en la esfera misteriosa de la pureza, de la bondad, de la gratuidad, de la misericordia y del amor de Jesús. Su santidad es una fuente en la cual bebemos la fe, la esperanza y el amor de Dios. Su vida es una ofrenda que, con serenidad y paciencia, se concretiza día tras día. Nimatullah ha aceptado las pruebas y las alegrías cotidianas en la certeza de que, por Dios, cualquier acto esfin a si mismo, así sean comunes.
Entre sus palabras y consejos, a los estudiantes eran: "El monje en su monasterio es como un rey en su palacio; Su reino es su Orden; Su ejército sus hermanos; su gloria está en su virtud; su corona es el amor de Dios y hacia su Orden; su cetro está constituído por su castidad y pureza; sus armas son su pobreza, su obediencia y sus plegarias; su manto de púrpura está en su humildad y en su abnegación". "No le está permitido al monje di actuar o vivir según su gusto, o según su carácter o sus proprias características o criterios, sino su principal preocupación debe ser, día y noche, el no herir o entristecer a sus hermanos". "El monje, en el camino de su vida y en su comportamiento debe estar atento a no escandalizar a los otros".
Es la immagen resueltamente viva del Santo portador de esperanza, de un monje como fue siempre fiel a su vocación de Cristiano que ha buscado cada día el estar unido a Cristo. El mensaje es claro: la santidad no es lo que hemos realizado, es más bien cuando nuestro amor por Dios se convierte en una reflejo de su amor por nosotros.
La santidad para Al-Hardini era una calificación suprema de las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) y cardinales (prudencia, justicia, fortaleza, y templanza).La santidad para él no era una teoría, sino una práctica de cada día, de cada hora y de cada momento.
Salmo 92,13 - Florecen los justos como palmeras, crecen como los cedros del Líbano.
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San Nimatullah Al – Hardini  

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San Nimatullah Al – Hardini  
El «santo» de Kfifan, sacerdote y monje maronita Nimatullah Al-Hardini («Gracia de Dios «), un hombre de Dios, pastor de almas y profesor de teología, querido también por musulmanes y drusos.
Muy atento al mosaico de la comunidad libanesa, no hacía distinción entre musulmanes, drusos o cristianos en su misión, nació en Hardine (al norte de Líbano) en 1808 en una familia de cristianos maronitas con seis hijos.   De 1816 a 1822 frecuentó en Houb la escuela del monasterio de San Antonio de la Orden maronita libanesa. A los 20 años entró como seminarista en el Monasterio de San Antonio en Qozhaya y eligió llamarse Nimatullah.
Pronunció los votos solemnes el 14 de noviembre de 1830.- Tras concluir sus estudios teológicos, fue ordenado sacerdote en Kfifane el 25 de diciembre de 1833.    Nimatullah Al-Hardini fundó en Kifkan y más tarde en Bhersaf la escuela llamada, según la tradición, «Escuela bajo la encina» para instruir gratuitamente a la juventud.
Sufrió con su pueblo las dos guerras civiles de 1840 y 1845, que prepararon los sangrientos acontecimientos de 1860, cuanto muchos monasterios fueron incendiadas, muchas iglesias fueron devastadas y numerosos cristianos maronitas masacrados.   Aquella etapa fue decisiva en su espiritualidad; la situación civil en Líbano, en general, bajo el régimen Otomano fue tan difícil como la de la Iglesia maronita y la de su Orden.
Su  lema: «El más inteligente es el que puede salvar su alma», que no cesó de repetir a sus hermanos de comunidad.    Pasaba días y noches en adoración eucarística; gran amante de la Virgen, rezaba incesantemente el Rosario.
Tenía especial devoción al misterio de la Inmaculada Concepción –dogma que la Iglesia confirmó en 1854--; fundó 16 altares consagrados a la Madre de Dios, uno de los cuales, en el monasterio de Kfifan, fue llamado tras su muerte «Nuestra Señora de Hardini».   A los 43 años de edad, fue nombrado por la Santa Sede Asistente General de la Orden durante tres años, por su celo en la observancia irreprensible de las reglas monásticas. Dos veces más se le confió esta tarea.
Sin embargo, por su humildad rechazó ser nombrado Abad General.         En el ejercicio de su cargo en la Orden se mantuvo suave en las palabras y en el modo de actuar. Residía con otros asistentes del Padre General en el monasterio de Nuestra Señora de Tamich, la Casa General de la Orden, pero no dejó de acercarse al monasterio de Kfifan para la enseñanza, para su trabajo de encuadernación, realizado en espíritu de pobreza, con especial atención a los manuscritos litúrgicos.
Tras diez días de agonía, murió el 14 de diciembre de 1858 a los 50 años de edad con un icono de la Virgen entre sus manos e invocándola: «Oh, María, os confío el alma mía».       Sus hermanos de comunidad percibieron una luz resplandeciente en su celda y el perfume que la inundó durante varios días. Su causa de beatificación se presentó en Roma en 1926 junto a la del monje Charbel (canonizado en 1977) y la de Santa Rafqa, monja libanesa maronita canonizada en 2001.-Nimatullah Al-Hardini fue beatificado el 10 de mayo de 1998.
El pueblo de Nimatullah es un pueblo que ha vivido siempre en su historia una Semana Santa continua. Y para vencer la desesperación, ha seguido el camino de la esperanza.       La canonización de Nimatullah  (hoy  16 mayo 2004) es una carta abierta dirigida al Líbano, que ha sufrido mucho, y a los libaneses, que tienen necesidad de paz, y a la martirizada tierra de Oriente Medio





  Oremos

Tú, Señor, que concediste a san Nimatullah Al – Hardini el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo. Que vive y reina contigo.


Nemetala Al-Hardini

San Nemetala Kassab Al-Hardini O.L.M.
Nombre Yusuf Kassab
Nacimiento 1808.
Beirut, Líbano.
Fallecimiento 14 de diciembre de 1858.
Kfifane, Líbano.
Venerado en Iglesia Católica
Canonización 16 de mayo del 2004 por Juan Pablo II
Festividad 14 de diciembre.
Ni'matullah o Ni'mat Allah Kassab Al-Hardini (en árabe, نعمة الله كساب الحرديني; Beirut, 1808 - Kfifane, 14 de diciembre de 1858), cuyo nombre real era Yusuf Kassab (يوسف كساب), fue un religioso maronita libanés, inició sus estudios en la escuela católica de los monjes de San Antonio Abad en el pueblo de Houb entre 1816 y 1822. Ingresó al monasterio maronita de San Antonio en su pueblo natal en 1828, tomando el nombre de Padre Nimatullah, allí trabajó como encuadernador de libros religiosos, fue ordenado sacerdote en 1833.
Formó parte del Consejo General de la Orden Maronita en reiteradas ocasiones, y sobre todo, fue director espiritual y maestro de novicios en su monasterio de Kfifane, donde vivió hasta sus últimos días, fue confesor de San Charbel Mahklouf, otro santo libanés.
Nimatullah se destacó por su incansable vida de oración y penitencia, y por su ferviente devoción a Cristo, la Virgen María y la Eucaristía.
Murió en su monasterio de Kfifane en 1858, a la edad de 50 años, fue beatificado en 1998 y canonizado en 2004. Sus restos incorruptos yacen en el monsaterio de Kfifane.


San Nimatullah Kassab Al-Hardini, «enamorado de la Eucaristía»

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 mayo 2004.- Juan Pablo II ha propuesto a la Iglesia universal como motivo de inspiración este domingo la vida de un monje libanés, «enamorado de la Eucaristía», y testigo de la misericordia de Dios.

San Nimatullah Kassab Al-Hardini, (1808-1858), sacerdote, de la Orden Libanesa Maronita es querido y recordado incluso por musulmanes y drusos.

El Papa le recordó durante la homilía de la canonización como «hombre de oración, enamorado de la Eucaristía, a la que le gustaba adorar durante largo tiempo».

Por este motivo, le propuso como «para sus hermanos libaneses y para todos los cristianos del mundo».

«Se entregó totalmente al Señor con una vida de grandes renuncias, mostrando que el amor de Dios es la única fuente de alegría y de felicidad para el hombre. Se dedicó a buscar y a seguir a Cristo, su Maestro y Señor«.

«Al acoger a sus hermanos, alivió y curó muchas de las heridas de los corazones de sus contemporáneos, testimoniándoles la misericordia de Dios», explicó el obispo de Roma.

«¡Que su ejemplo sirva para iluminar nuestro camino, para suscitar entre los jóvenes, en particular, un auténtico deseo de Dios y de la santidad, para anunciar a nuestro mundo a luz del Evangelio!», deseó.

Nimatullah Al-Hardini fundó en Kifkan y más tarde en Bhersaf el centro educativo llamado, según la tradición, «Escuela bajo la encina» para instruir gratuitamente a la juventud.

Sufrió con su pueblo las dos guerras civiles de 1840 y 1845, que prepararon los sangrientos acontecimientos de 1860, cuanto muchos monasterios fueron incendiados, muchas iglesias fueron devastadas y numerosos cristianos maronitas masacrados.

Como profesor de teología en el Seminario Mayor, tuvo entre sus alumnos al santo libanés Charbel Makhlouf, quien asistiría a la muerte de su maestro. Nimatullah Kassab Al-Hardini se ha convertido este domingo en el tercer santo libanés.

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