miércoles, 27 de junio de 2012

San Cirilo de Alejandría


San Atanasio
y San Cirilo (derecha)

San Cirilo de Alejandría
(
376-444)
Etim. del nombre: "Ciris": mandar, quien manda
.
Fiesta: 27 de junio
Patriarca de Alejandría,
Doctor de la Iglesia
De sus obras: Cristo entregó su cuerpo para la vida de todosEfusión del Espíritu Santo sobre toda carne Comentario de Juan
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos Comentario de Juan
A todos alcanzó la misericordia divina Comentario a Romanos 15,7
Dios nos ha reconciliado por medio de Cristo y nos ha confiado el ministerio de esta reconciliación. Comentario a 2 Corintios
Defensor de la maternidad divina de la Virgen María

Alabanzas de la Madre de Dios -Homilía pronunciada en el Concilio de Éfeso


Su autoridad sirvió santamente los designios de Dios. San Cirilo es famoso por su defensa de la ortodoxia contra la herejía, particularmente contra el nestorianismo.
Arzobispo de Alejandría (Egipto). Defensor de la doctrina que proclama a María la Theotokos: Madre de Dios.  Esta doctrina fue proclamada como dogma en el Concilio de Efeso (431) que San Cirilo presidió bajo la autoridad el Papa Celestino.  Su gran oponente era Nestóreo, patriarca de Constantinopla.
Al ponerse en duda que María es madre de Dios se ponía en duda la identidad de Jesucristo quien es una persona divina.  Por eso San Cirilo no solo aportó a la Mariología sino también a la Cristología.
El argumento de San Cirilo:  María es la Theotokos, no porque ella existiese antes de Dios o hubiese creado a Dios.  Dios es eterno y María Santísima es una criatura de Dios.  Pero Dios quiso nacer de mujer. La persona que nace de María es divina por lo tanto ella es madre de Dios.
Su santa defensa de la verdad le ganó la cárcel y muchas luchas pero salió victorioso.
Testimonio de San Cirilo al final del Concilio de Efeso:
"Te saludamos Ho María, Madre de Dios, verdadero tesoro de todo el universo, antorcha que jamás se apagará, templo que nunca será destruido, sitio de refugio para todos los desamparados, por quien ha venido al mundo el que es bendito por los siglos. Por ti la Trinidad ha recibido más gloria en la tierra; por ti la cruz nos ha salvado; por ti los cielos se estremecen de alegría y los demonios son puestos en fuga; el enemigo del alma es lanzado al abismo y nosotros débiles criaturas somos elevados al puesto de honor".
Y sobre la realidad histórica que se vivía:
"No se puede imaginar la alegría de este pueblo fervoroso cuando supo que el Concilio había declarado que María sí es Madre de Dios y que los que no aceptaran esa verdad quedan fuera de la Iglesia. Toda la población permaneció desde el amanecer hasta la noche junto a la Iglesia de la Madre de Dios donde estábamos reunidos los 200 obispos del mundo. Y cuando supieron la declaración del Concilio empezaron a gritar y a cantar, y con antorchas encendidas nos acompañaron a nuestras casas y por el camino iban quemando incienso. Alabemos con nuestros himnos a María Madre de Dios y a su Hijo Jesucristo a quien sea todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos".

San Cirilo de Alejandría
Cyril of Alexandria.jpg
Obispo
Proclamado Doctor de la Iglesia el 28 de julio de 1882 por el papa León XIII
Nacimiento c. 370-373
Alejandría
Fallecimiento c. 444
Venerado en Iglesia copta, Iglesia católica, Iglesia ortodoxa
Festividad 27 de junio Novus Ordo
9 de febrero Vetus Ordo
18 de enero y 9 de junio Bizantino
Atributos vestimentas obispo griego
Patronazgo Alejandría
Cirilo de Alejandría (Alejandría, c. 370/3 - Ibidem, 444) fue un eclesiástico romano natural de Egipto, Patriarca de Alejandría desde 412 hasta su muerte.
Sobrino del poderoso obispo Teófilo, acompañó a su tío al Sínodo de la Encina (403), en el cual fue depuesto Juan Crisóstomo. Más tarde sucedió a su tío como obispo y patriarca de la sede alejandrina (412). Muchos se opusieron a su nombramiento, quizá por su genio impaciente y dominador. Su episcopado se caracterizó por la presión contra judíos, paganos y otras confesiones cristianas, así como por sus roces con las autoridades imperiales y su lucha de poder con el Patriarcado de Constantinopla.
Sus obras atestiguan un conocimiento extenso, además de la Biblia y de los escritores eclesiásticos, de los autores no cristianos de su época. Parece ser que durante un tiempo se retiró al desierto, donde recibió de los monjes educación ascética, según se deduce de las cuatro cartas que le escribió Isidoro de Pelusio. Es considerado santo por las Iglesias Católica, Ortodoxa y Copta.
En 1882 Cirilo fue proclamado doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien al mismo tiempo atribuyó el mismo título a otro importante exponente de la patrística griega, san Cirilo de Jerusalén. Esta proclamación se basó en su firmeza al servicio de la doctrina y en la valentía demostrada en defensa de la verdad católica, en particular contra el supuesto error de Nestorio, patriarca de Constantinopla, por lo que corrió el riesgo de ser desterrado y durante algunos meses vivió la humillación de la cárcel: “Nosotros —escribió— por la fe de Cristo estamos dispuestos a padecerlo todo: Las cadenas, la cárcel, todas las incomodidades de la vida y la misma muerte”.

Vida

El 17 de octubre del año 412 sucede a su tío en el patriarcado alejandrino. Su episcopado continuó su feroz lucha de poder entre las sedes de Alejandría y Constantinopla, pero además se caracterizó por un nuevo aumento de la presión contra paganos, herejes y judíos (tras la calma de los últimos años de Teófilo) y sus roces con el poder imperial. Uno de sus primeros actos fue la persecución de los novacianos (a pesar de la existencia de un edicto imperial de tolerancia hacia ellos): ordenó cerrar por la fuerza sus iglesias, expulsándolos del país, y decomisó el patrimonio tanto eclesiástico como privado del obispo novaciano Teopento.
Cirilo persiguió también a los mesalianos (del sirio msaliyane = orantes), que ya habían sido declarados herejes en el sínodo de Side de Panfilia del año 390. Los mesalianos defendían la creencia que la salvación sólo se puede ganar gracias a la continua oración.
En 414, Cirilo instigó una serie de motines antijudíos y expropió casi todas las sinagogas de la capital egipcia para convertirlas en iglesias cristianas. El Patriarca hizo comparecer ante sí a los principales líderes judíos, lo cual suscitó una revuelta nocturna de protesta ante tales actos. En respuesta a este suceso, una gran muchedumbre, dirigida por Cirilo, asaltó y destruyó la sinagoga principal y saqueó las propiedades de los judíos. Por último, el Patriarca desterró a los judíos de Alejandría involucrados en los disturbios, incluidos mujeres y niños, privados de su hacienda y de alimentación, en un número de, presuntamente, cien mil o incluso de doscientos mil.[cita requerida]
El prefecto Orestes se quejó ante el emperador Teodosio II por estos actos. Inmediatamente una horda de 500 monjes del desierto de Nitria partió hacia Alejandría para proteger al Patriarca, ante su inminente deposición. Al ver que el Prefecto estaba en un carro, los monjes se abalanzaron sobre él y uno de ellos, llamado Amonio, hirió de un golpe en la cabeza a Orestes. Amonio fue apresado, torturado y ejecutado. Cirilo rindió al atacante honores de mártir.1
En 415 ó 416 una turba de cristianos fanáticos asesinó a la célebre filósofa Hipatia, maestra del prefecto Orestes. Debido a ello, durante siglos se ha acusado a Cirilo de ser el principal responsable de la muerte de la filósofa, aunque no hay certeza sobre su papel en la misma. El autor más cercano a los hechos, Sócrates Escolástico, indica que la muerte fue causa de oprobio para Cirilo y la iglesia de Alejandría, lo que sugiere una implicación del patriarca y su entorno en los hechos.2 La acusación aparece formulada con más claridad en la obra de Damascio, filósofo pagano del siglo VI que sufrió la persecución del emperador Justiniano I, y cuyo testimonio sobre Hipatia aparece recogido en la enciclopedia bizantina Suda.3 El obispo copto del siglo VII Juan de Nikiû confirma los hechos y justifica la muerte de Hipatia, a la que presenta como una bruja peligrosa.4 El propio Cirilo reprochó a los alejandrinos su carácter levantisco y pendenciero en su homilía pascual del año 419. En 422 otra turba asesinó al sucesor de Orestes como prefecto imperial, Calisto.
Cirilo fue una figura de relieve por el desarrollo teológico de sus escritos, en especial por su defensa de la unión entre la divinidad y la humanidad de Jesús, frente a las tesis de Nestorio, que en el año 428 ascendió a la sede de Constantinopla. Cirilo aprovechó el error dogmático de Nestorio para deponerlo de su sede. Participó activamente en el Concilio de Éfeso (431), convocado por el emperador Teodosio II, y logró que se proclamara a María la Theotokos: [1]Madre de Dios. Cirilo presidió el Concilio bajo la autoridad el Papa Celestino I.
Cirilo abrió las sesiones con 154 obispos de su partido sin esperar a que llegaran los obispos antioquenos, sirviéndose de cuantiosísimos sobornos durante todo el proceso. Sus regalos fueron tan abrumadores que, de hecho, logró que el emperador Teodosio II, en principio contrario al patriarca alejandrino, cambiara de parecer, y acabara por deponer y desterrar a su rival dogmático.5

Obra

Sus numerosas obras están recopiladas en 10 tomos de la Patrologia Graeca de Migne. Aun cuando no se opuso a las decisiones del Concilio de Nicea, tampoco era proclive al uso de la terminología admitida en ese sínodo debido, según afirmaba, a que se trataba de expresiones que no están contenidas en la Biblia y pertenecen más bien a la filosofía griega.6
Exégesis escriturística:
  • Comentario al Evangelio de San Juan;
  • Glaphyra;
  • Sobre la adoración y el culto en espíritu y en verdad.
Polémicas:
  • Contra las blasfemias de Nestorio;
  • Tesoro de la santa y consustancial Trinidad: frente a los arrianos.

Véase también

Referencias

  1. Sócrates Escolástico, Historia Ecclesiastica 7. 14; tr. inglesa en la Red.
  2. Sócrates Escolástico, Historia Ecclesiastica 7. 15.
  3. Suda s.v. Hipatia (Ypsilon 166).
  4. Juan de Nikiû, Chronica, 84.87-103; tr. inglesa en la Red.
  5. Blázquez Martínez, J.Mª. (2008): El soborno en la Iglesia Antigua, pp. 9-12.
  6. Cf. (Moliné 1995: 480).

Bibliografía

  • Cirilo de Alejandría (1998). L. Leone y S. García-Jalón. ed. ¿Por qué Cristo es uno?. Ciudad Nueva. ISBN 84-89651-39-6.
  • José Antonio Loarte (1998). El tesoro de los padres. Ediciones Rialp. ISBN 9788432132162.Artemi, Eirini «The mystery of the incarnation into dialogues «de incarnatione Unigenitii» and «Quod unus sit Christus» of St. Cyril of Alexandria», Ecclesiastic Faros of Alexandria, ΟΕ (2004), 145-277.
  • Artemi, Eirini, St Cyril of Alexandria and his relations with the ruler Orestes and the philosopher HypatiaΟ , Ecclesiastic Faros of Alexandria, τ. ΟΗ (2007), 7-15.
  • Artemi, Eirini, The one entity of the Word Incarnate. α). Apollinarius' explanation, β)Cyril's explanation,Ecclesiastic Faros of Alexandria,, τ. ΟΔ (2003), 293 – 304.
  • Artemi, Eirini The historical inaccurancies of the film Agora about the murder of Hypatia, Orthodox Press, τεύχ. 1819(2010),7.
  • Artemi, Eirini, The use of the ancient Greek texts in Cyril's works, POREIA MARTYRIAS,(2010), 114-125

Enlaces externos



BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 3 de octubre de 2007

San Cirilo de Alejandría
Queridos hermanos y hermanas:
También hoy, continuando nuestro camino siguiendo las huellas de los Padres de la Iglesia, nos encontramos con una gran figura:  san Cirilo de Alejandría. Vinculado a la controversia cristológica que llevó al concilio de Éfeso del año 431 y último representante de relieve de la tradición alejandrina, san Cirilo fue definido más tarde en el Oriente griego como "custodio de la exactitud" —que quiere decir custodio de la verdadera fe— e incluso como "sello de los Padres". Estas antiguas expresiones manifiestan muy bien un dato que, de hecho, es característico de Cirilo, es decir, la constante referencia del obispo de Alejandría a los autores eclesiásticos precedentes (entre éstos sobre todo a Atanasio) con el objetivo de mostrar la continuidad de la propia teología con la tradición. Se insertó voluntaria y explícitamente en la tradición de la Iglesia, en la que reconocía la garantía de continuidad con los Apóstoles y con Cristo mismo.
Venerado como santo tanto en Oriente como en Occidente, en 1882 san Cirilo fue proclamado doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien al mismo tiempo atribuyó el mismo título a otro importante representante de la patrística griega:  san Cirilo de Jerusalén. Se revelaron así la atención y el amor por las tradiciones cristianas orientales de aquel Papa, que después proclamó también doctor de la Iglesia a san Juan Damasceno, mostrando así que tanto la tradición oriental como la occidental expresan la doctrina de la única Iglesia de Cristo.
Nos han llegado muy pocas noticias sobre la vida de san Cirilo antes de su elección a la importante sede de Alejandría. Cirilo, sobrino de Teófilo, que desde el año 385 rigió como obispo, con mano firme y prestigio, la diócesis de Alejandría, nació probablemente en esa misma metrópoli egipcia entre el año 370 y el 380. Pronto se encaminó hacia la vida eclesiástica y recibió una buena educación, tanto cultural como teológica. En el año 403 se encontraba en Constantinopla siguiendo a su poderoso tío y allí participó en el Sínodo conocido con el nombre de la Encina, que depuso al obispo de la ciudad, Juan (después conocido como Crisóstomo), registrando así el triunfo de la sede de Alejandría sobre su rival tradicional, Constantinopla, donde residía el emperador. Tras la muerte de su tío Teófilo, Cirilo, que aún era joven, fue elegido en el año 412 obispo de la influyente Iglesia de Alejandría, gobernándola con gran firmeza durante treinta y dos años, tratando siempre de afirmar el primado en todo el Oriente, fortalecido asimismo por los vínculos tradicionales con Roma.
Dos o tres años después, en el 417 ó 418, el obispo de Alejandría dio pruebas de realismo al recomponer la ruptura de la comunión con Constantinopla, que persistía ya desde el año 406 tras la deposición de san Juan Crisóstomo. Pero el antiguo contraste con la sede de Constantinopla volvió a encenderse diez años después, cuando en el año 428 fue elegido obispo Nestorio, un prestigioso y severo monje de formación antioquena. El nuevo obispo de Constantinopla suscitó pronto oposiciones, pues en su predicación prefería para María el título de "Madre de Cristo" (Christotokos), en lugar del de "Madre de Dios" (Theotokos), ya entonces muy querido por la devoción popular.
El motivo de esta decisión del obispo Nestorio era su adhesión a la cristología de la tradición antioquena que, para salvaguardar la importancia de la humanidad de Cristo, acababa afirmando su separación de la divinidad. De este modo no era ya verdadera la unión entre Dios y el hombre en Cristo y, por tanto, ya no se podía hablar de "Madre de Dios".
La reacción de Cirilo —entonces máximo exponente de la cristología de Alejandría, que subrayaba con fuerza la unidad de la persona de Cristo— fue casi inmediata y se desplegó con todos los medios ya a partir del año 429, enviando también algunas cartas al mismo Nestorio. En la segunda misiva (PG 77, 44-49) que le envió Cirilo, en febrero del 430, leemos una clara afirmación del deber de los pastores de preservar la fe del pueblo de Dios. Este era su criterio, por lo demás válido también para hoy:  la fe del pueblo de Dios es expresión de la tradición, es garantía de la sana doctrina. Escribe estas líneas a Nestorio:  "Es necesario exponer al pueblo la enseñanza y la interpretación de la fe de la manera más irreprensible y recordar que quien escandaliza aunque sea a uno solo de los pequeños que creen en Cristo padecerá un castigo intolerable".
En la misma carta a Nestorio —misiva que más tarde, en el año 451, sería aprobada por el concilio de Calcedonia, cuarto concilio ecuménico—, Cirilo describe con claridad su fe cristológica:  "Siendo distintas las naturalezas que se unieron en esta unidad verdadera, de ambas resultó un solo Cristo, un solo Hijo:  no en el sentido de que la diversidad de las naturalezas quedara eliminada por esta unión, sino que la divinidad y la humanidad completaron para nosotros al único Señor Jesucristo e Hijo con su inefable e inexpresable conjunción en la unidad".
Y esto es importante:  realmente la verdadera humanidad y la verdadera divinidad se unen en una sola Persona, nuestro Señor Jesucristo. Por ello, sigue diciendo el obispo de Alejandría, "profesamos un solo Cristo y Señor, no en el sentido de que adoramos al hombre junto con el Logos, para no insinuar la idea de la separación diciendo "junto", sino en el sentido de que adoramos a uno solo y al mismo, pues su cuerpo no es algo ajeno al Logos, con el que está sentado a la diestra del Padre. No están sentados a su lado dos hijos, sino uno solo unido con la propia carne".
Muy pronto el obispo de Alejandría, gracias a agudas alianzas, logró que Nestorio fuera condenado repetidamente:  por parte de la sede romana con una serie de doce anatematismos redactados por él mismo y, finalmente, por el concilio de Éfeso, en el año 431, el tercer concilio ecuménico. La asamblea, que se desarrolló con vicisitudes tumultuosas, concluyó con el primer gran triunfo de la devoción a María y con el exilio del obispo de Constantinopla que no quería reconocer a la Virgen el título de "Madre de Dios", a causa de una cristología equivocada, que ponía división en el mismo Cristo. Ahora bien, después de haber prevalecido de este modo sobre el rival y su doctrina, san Cirilo supo alcanzar ya en el año 433 una fórmula teológica de compromiso y de reconciliación con los de Antioquía. Y esto también es significativo:  por una parte se da la claridad de la doctrina de la fe, pero, por otra, la intensa búsqueda de la unidad y de la reconciliación. En los años siguientes se dedicó con todos los medios a defender y aclarar su posición teológica hasta la muerte, acaecida el 27 de junio del año 444.
Los escritos de san Cirilo —verdaderamente muy numerosos y difundidos ampliamente incluso en diferentes traducciones latinas y orientales ya durante su vida, prueba de su éxito inmediato—, son de importancia primaria para la historia del cristianismo. Son importantes sus comentarios a muchos libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, entre los que destaca todo el Pentateuco, Isaías, los Salmos y los evangelios de san Juan y de san Lucas. Son de gran importancia también sus muchas obras doctrinales, en las que aparece continuamente la defensa de la fe trinitaria contra las tesis arrianas y contra las de Nestorio. La base de la enseñanza de san Cirilo es la tradición eclesiástica y, en particular, como he mencionado, los escritos de san Atanasio, su gran predecesor en la sede de Alejandría. Entre los otros escritos de san Cirilo hay que recordar finalmente los libros Contra Juliano, última gran respuesta a las polémicas anticristianas, dictada por el obispo de Alejandría probablemente en los últimos años de su vida para replicar a la obra Contra los galileos, compuesta muchos años antes, en el año 363, por el emperador que fue llamado el Apóstata por haber abandonado el cristianismo en el que había sido educado.
La fe cristiana es ante todo encuentro con Jesús, "una Persona que da un nuevo horizonte a la vida" (Deus caritas est, 1). San Cirilo de Alejandría fue un incansable y firme testigo de Jesucristo, Verbo de Dios encarnado, subrayando sobre todo la unidad, como repite en el año 433, en la primera carta (PG 77, 228-237) al obispo Sucenso:  "Uno solo es el Hijo, uno solo el Señor Jesucristo, ya sea antes de la encarnación ya después de la encarnación. En efecto, no era un Hijo el Logos nacido de Dios Padre, y otro el nacido de la santísima Virgen; sino que creemos que precisamente Aquel que existe antes de los tiempos nació también según la carne de una mujer". Esta afirmación, más allá de su significado doctrinal, muestra que la fe en Jesús Logos nacido del Padre está también muy arraigada en la historia, pues, como afirma san Cirilo, este mismo Jesús entró en el tiempo al nacer de María, la Theotokos, y estará siempre con nosotros, según su promesa. Y esto es importante:  Dios es eterno, nació de una mujer y sigue con nosotros cada día. En esta confianza vivimos, en esta confianza encontramos el camino de nuestra vida.

Saludos
Saludo cordialmente a los visitantes de lengua española. En particular, a los seminaristas de la diócesis de Jerez de la Frontera, con su obispo, monseñor Juan del Río; a los distintos grupos venidos de España, México, Costa Rica, Argentina, y de otros países latinoamericanos. Os animo a centrar vuestra vida en Cristo, Dios y hombre verdadero, y a dar un testimonio cada vez más alegre de la fe y el amor que alimentan vuestra existencia cotidiana. Muchas gracias. 

(A los peregrinos de lengua portuguesa)
Os bendigo de todo corazón, deseando que vuestras comunidades, comenzando por la propia familia, procuren consolidarse por la fuerza y a imitación de la eucaristía, donde se irradia la caridad de Cristo que se da en alimento a los fieles. Sed sus devotos comensales y asiduos adoradores. 

(En italiano)
Mi pensamiento va, por último, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Que el luminoso ejemplo de san Francisco de Asís, cuya memoria celebraremos mañana, os estimule a vosotros, queridos jóvenes, a vivir siempre en plena fidelidad al Evangelio; a vosotros, queridos enfermos, os ayude a afrontar el sufrimiento con valentía, buscando en Cristo crucificado serenidad y consuelo; y a vosotros, queridos recién casados, os conduzca hacia un amor cada vez más profundo a Dios y entre vosotros, para que podáis experimentar la alegría que brota de vuestra donación recíproca abierta a la vida.


¿SABES QUIÉN ERA SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA?
San CIRILO DE ALEJANDRÍA, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA
Figura clave en la lucha contra la herejía nestoriana
por su ciencia profunda y por su lucha incansable contra la herejía, la figura de Cirilo cobró tales dimensiones que con justicia se le tiene como uno de los primeros Padres de la Iglesia oriental, alcanzando bien merecida e imperecedera fama.    






San Cirilo de Alejandría.
Su fiesta se celebra el 27 de junio.
 





 

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OBRAS
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DOCTRINA
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JUICIO CRÍTICO
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CATEQUESIS DE BENEDICTO XVI SOBRE SAN CIRILO
VIDA
Pocos datos poseemos sobre su infancia y juventud. Probablemente nacido en Alejandría entre el 370 y el 373. Su educación debió de ser muy esmerada: sus obras atestiguan un conocimiento extenso, además de la Biblia y de los escritores eclesiásticos, de los autores paganos. Posteriormente tal vez se retiró al desierto, donde recibió de los monjes la educación ascética, según parece deducirse de las cuatro cartas íntimas que le escribió S. Isidoro de Pelusio.
  San Cirilo de Alejandría  
 
San Cirilo de Alejandría
El primer dato seguro que tenemos de su vida aparece en el año 403, cuando, acompañando a su tío Teófilo, obispo de Alejandría, asiste al concilio de la Encina, cerca de Calcedonia.
Al morir Teófilo el 15 de octubre del 412 d. C. es elegido Patriarca de Alejandría, no obstante la oposición de muchos, que temían fuese el candidato de naturaleza impaciente y dominadora, fiel trasunto de su tío.
A juzgar por las primeras actuaciones de su pontificado, no carecían de fundamento las aprensiones de los que se oponían a la elevación de Cirilo a la sede alejandrina.
Parece inconsiderado y violento contra los novacianos, riguroso en extremo con los judíos, frío y tirante en sus relaciones con Orestes, gobernador imperial de Alejandría.
Pero, afortunadamente, el sobrino, que comenzó como un nuevo Teófilo, acabó siendo un santo, dominando y educando sus impulsos.
Y no sólo esto: por su ciencia profunda y por su lucha incansable contra la herejía, la figura de Cirilo cobró tales dimensiones que con justicia se le tiene como uno de los primeros Padres de la Iglesia oriental, alcanzando bien merecida e imperecedera fama.
La figura de Cirilo empieza a emerger con auténtico relieve en la grave crisis suscitada por Nestorio en torno a la doctrina cristológica. En efecto, apenas elevado a la sede patriarcal de Constantinopla, el año 428, comenzó Nestorio a predicar las doctrinas peligrosas de Teodoro de Mopsuestia y Diodoro de Tarso, negando la unidad personal de Cristo y la maternidad divina de María, madre de Jesús.
Decía el Patriarca de Constantinopla que era pura fábula pagana la idea de un Dios envuelto en pañales y crucificado. La agitación consiguiente entre los fieles fue enorme; el Patriarca alejandrino Cirilo se hace eco de las protestas populares, y se convierte en el abanderado de la ortodoxia.
  San Atanasio de Alejandría  
  San Atanasio (izqda) y San Cirilo de Alejandría (drcha)
En la carta pastoral que dirige a todos sus fieles, durante la primavera del 429, Cirilo refuta los argumentos de Nestorio; poco después vuelve a defender la doctrina ortodoxa en una extensa carta-encíclica dirigida a todos los monjes de Egipto.
No paró ahí la actividad del patriarca de Alejandría: dirigiéndose a su colega de Constantinopla, le invita a retractarse de sus ideas. Pero todo fue en vano.
Ante la difícil situación creada en Oriente y, después de haber cruzado sin éxito algunas cartas, Nestorio y Cirilo apelan al arbitraje del papa Celestino, quien convocó un concilio en Roma para estudiar la cuestión.
Este sínodo declaró a Nestorio incurso en herejía y le conminó con la deposición si no se retractaba de sus errores diez días después de haber recibido la sentencia sinodal.
Fue Cirilo encargado por Roma para transmitir la comunicación a Nestorio, mediante una carta del Papa, a la que él adjuntó una fórmula de fe aprobada el año 430 en un sínodo de Alejandría y, además, una lista de 12 anatematismos de los errores que debía abjurar.
No quedaba más que una posibilidad para evitar una ruptura violenta en la Iglesia oriental: un concilio general. El emperador Teodosio II convocó en Éfeso a todos los metropolitanos y obispos del Imperio para la fiesta de Pentecostés del 431, con el fin de que asistieran a un sínodo, que se haría famoso en la Historia como el tercer concilio ecuménico.
El concilio, en su primera sesión (22 junio 431), condenó a Nestorio como reo de herejía y lo depuso de su sede. Todavía hubo de vencer Cirilo la obstinación de los obispos de la provincia antioquena, que se habían adherido, más o menos abiertamente, a las tesis de Nestorio.
Al fin, se reconcilió con ellos el año 433, desapareciendo de este modo el cisma antioqueno, aunque no el nestorianismo, que se extendió por Caldea y otras regiones de Asia, donde aún subsisten sus seguidores con el nombre de «cristianos de Santo Tomás». S. Cirilo murió el 27 de junio del 444, sin haber logrado vencer todas las resistencias.

S. AZNAR TELLO
BIBL.: Fuentes: Las obras completas de S. Cirilo fueron editadas por primera vez por el canónigo J. AUBERT, Sancti Cyrilli Alexandrini opera omnia Graece et Latine, París 1638. Nuevos textos fueron publicados por A. MAI, Nova Patrum Bibliotheca, Roma 1844-45. Todas las demás son reproducciones de la de AUBERT, incluido MIGNE, PG 68-77, que a esta edición junta las de MAL Estudios monográficos: J. MANÉ, Cyrille d'Alexandrie, en DTC 111,2476-2527; G. BARDY, Cyrille d'Alexandrie, en Catholicisme, 111, 407-412; C. VONA, Cirillo di Alessandria, en Bibl. Sanct. 3,1308-1315; O. BARDENHEWER, Les Péres de l'Eglise (versión francesa), 11, París 1889, 217-232; A. LARGENT, Études d'histoire ecclesiastique: Saint Cyrille d'Alexandrie, París 1892.-Artículos: J. MANÉ, Les anathématismes, «Rev. d'Histoire Ecclesiastique» 8 (1906) 505-542; F. NAU, Saint Cyrille et Nestorius, «Rev. de FOrient chrétienne» 15 (1910) 365-391; 16 (1911) 1-54; M. JUGIE, La terminologie christologique de saint Cyrille, «Echos d'Orient» 15 (1912) 12-27; P. GALTIER, L'unio secundum hypostasim chez saintCyrille, «Gregorianum» 33 (1952) 351-398; G. JOUASSARD, Saint Cyrille d'Alexandrie et le schéma de 1'incarnation Verbe-chair, «Recherches de Science Religieuse» 44 (1956) 234-242; C. MOLARI, La cristologia di S. Cirillo e l'antropologia neoplatonica, «Euntes Docete» 12 (1959) 223-229; P. GALTIER, Saint Cyrille d'Alexandrie et Saint Léon le Grand á Chalcédoine, en Das Konzil von Chalkedon, 1,1962,345-387.


Cirilo de Alejandría, Santo
Obispo y Doctor de la Iglesia, 27 de junio
 
Cirilo de Alejandría, Santo
Cirilo de Alejandría, Santo

Obispo y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Cirilo, obispo y doctor de la Iglesia, que elegido para ocupar la sede de Alejandría, en Egipto, trabajó con empeño para mantener íntegra la fe católica, y en el Concilio de Éfeso defendió los dogmas de la unidad de persona en Cristo y la divina maternidad de la Virgen María (444).

Etimológicamente: Cirilo = Aquel que es un gran Rey, es de origen griego.
San Cirilo nació en el año 370, y desde el 412 al 444, año de su muerte, tuvo firmemente en mano las riendas de la Iglesia de Egipto, dedicándose al mismo tiempo en una de las épocas más difíciles en la historia de la Iglesia de Oriente a la lucha por la ortodoxia, en nombre del Papa san Celestino. En esta firmeza al servicio de la doctrina y en la valentía demostrada en defensa de la verdad católica está la santidad del luchador obispo de Alejandría, aunque reconocida tardíamente, por lo menos en Occidente.

En efecto, solamente bajo el pontificado de León XIII su culto se extendió a toda la Iglesia latina, y tuvo el título de “doctor”.

Por la defensa de la ortodoxia, contra el error de Nestorio, obispo de Constantinopla, corrió el riesgo de ser desterrado y durante algunos meses vivió la humillación de la cárcel: “Nosotros—escribió—por la fe de Cristo estamos listos a padecerlo todo: Las cadenas, la cárcel, todas las incomodidades de la vida y la misma muerte”.

En el concilio de Éfeso, del que Cirilo fue protagonista, quedó derrotado su adversario Nestorio, que había suscitado una verdadera tempestad en el seno de la Iglesia, pues negaba la maternidad divina de María.

Título de gloria para el obispo de Alejandría fue el haber elaborado en esta ocasión una auténtica y límpida teología de la Encarnación. “El Emanuel tiene con seguridad dos naturalezas: la divina y la humana. Pero el Señor Jesús es uno, único verdadero hijo natural de Dios, al mismo tiempo Dios y hombre; no un hombre deificado, semejante a los que por gracia se hacen partícipes de la divina naturaleza, sino Dios verdadero que por nuestra salvación apareció en la forma humana”. De particular interés es la cuarta de las siete homilías que pronunció durante el concilio de Efeso, el célebre Sermo in laudem Deiparæ. En este importante ejemplo de predicación mariana, que da comienzo a un rico florecimiento de literatura en honor de la Virgen, Cirilo celebra las grandezas divinas de la misión de María, que es verdaderamente Madre de Dios, por la parte que tuvo en la concepción y en el parto de la humanidad del Verbo hecho carne.

Controversista maravilloso, Cirilo volcaba los ríos de su fecunda oratoria. Teólogo de mirada aguda, fue al mismo tiempo celoso pastor de almas. En efecto, además de sus tratados exclusivamente doctrinales, tenemos de él 156 Homilías sobre san Lucas de carácter pastoral y práctico, y las más conocidas Cartas pastorales, que se encuentran en 29 homilías pascuales.

Hipatia y Cirilo de Alejandría, errores en una leyenda negra

El uso, y abuso, de leyendas negras con el único fin de querer desprestigiar a la Iglesia. no es una novedad, es algo que históricamente se repite cíclicamente pese a que ya una y otra vez la verdad siempre brilla.

La relación entre Hipatia y San Cirilo, actualizada en nuestros días por una película que no vamos a nombrar, no fue tan truculenta como nos quieren hacer creer. Veamos algunos de los tantos errores históricos en que caen los enemigos de la Iglesia, ahora disfrazados de productores cinematográficos:

1) Hipatia, protagonista de la misma, no fue asesinada siendo joven y hermosa, sino que murió en el año 415, a los 61 años de edad (una anciana en aquella época) Claro, que sabiendo que el espectador se suele identificar con el protagonista -y por tanto también con la ideología que pretende transmitir-, no se ha dudado en recurrir a la guapa actriz Rachel Weisz, de 38 años. Es más fácil que el espectador se identifique con alguien atractivo, joven y bello (el caso de esta actriz), que con un personaje histórico feo o viejo (la verdadera Hipatia a la edad en que murió)

2) Hipatia no destacó por ser astrónoma, ni se adelantó a Kepler en más de mil años, sino que simplemente fue una filósofa de la escuela platónica. Esta es la única referencia histórica que existe sobre ella, y se debe al obispo cristiano Sinesio de Cirene, quien, al contrario de como le pinta la película, hablaba bien de ella.

3) Dicho obispo, a quien la película muestra como traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, murió dos años antes que ella, por lo que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte.

4) Hipatia también tenía buenas relaciones con otros cristianos, como es el caso del curial Amonio o del Patriarca Teófilo, así como de muchos cristianos fervientes que, contemporáneos con los sucesos, no dudaron en defender su personalidad. Como por ejemplo, Timoteo, en su Historia Eclesiástica. También fue un cristiano, Sócrates Escolástico, quien en su Historia Eclesiástica (VII,15), escrita con posterioridad a la muerte de la alejandrina, la encomió como "modelo de virtud".

5) Hipatia no fue virgen "para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación", como ha declarado la protagonista de la película, quien se considera "feminista radical", sino porque, coherente con su filosofía platónica, ejercía la "Sofrosine" (el dominio de uno mismo a través de las virtudes, entendidas como el control de los instintos y las pasiones).

6) La mujer no fue libre en Grecia y Roma hasta que llegó el cristianismo y la sometió la sujeción del hombre, como quiere transmitir la película, sino que en Grecia la mujer era considerada como un objeto más de la casa, y en Roma no era una «sui iuris», es decir, titular de derechos, sino que era considerada "capiti diminutio", como un niño o un incapacitado y, por tanto, estaba sometida a la tutela o la "manus" del padre o del marido. Por el contrario, fue el cristianismo el que consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza, pues ambos son hijos de Dios y hermanos en Cristo; y prueba de ello es que las primeras manifestaciones de mujeres libres autodeterminándose, pese a la voluntad de sus padres o del estado, fueron las primeras mártires cristianas víctimas de las persecuciones romanas, tales como Santa Inés, Santa Ágata o Santa Cecilia.

Presentar a la mujer en el ámbito de lo que fue la sociedad pagana, en unas condiciones de emancipación como las que caracterizan a Hipatia, resultaría absolutamente incomprensible si no se advierte al mismo tiempo que es el creciente desarrollo del cristianismo y su concepción de igual dignidad de hombre y mujer que lo hacen posible. El paganismo, los clásicos griegos y romanos, confieren a la mujer un papel subalterno y esencialmente doméstico y para nada vinculado a las instituciones públicas, excepto en determinados y específicos cultos religiosos. Es decir, Hipatia es el resultado de la evolución de una sociedad influenciada de manera creciente por el cristianismo. Esto Amenábar lo oculta.

De la misma manera que Amenábar presenta a Hipatia, es necesario recordar otras figuras de mujeres filósofas o escritoras, como Eudocia, nacida en una familia pagana como Atenais y convertida luego al cristianismo. La presencia pública de mujeres en una sociedad que se estaba cristianizando sólo se explica por este último hecho, lo cual contradice frontalmente lo que Amenábar nos relata.

7) Fue precisamente San Cirilo de Alejandría -personaje que en el fondo persigue la leyenda de Hipatia- el que más ha exaltado en la historia de la humanidad la condición femenina, pues a él se debe la expresión "Theotokos", palabra griega que significa "Madre de Dios". Él fue quien derrotó a la herejía nestoriana en el Concilio de Éfeso del año 431. En esencia, la disputa consistía en si María era madre de Cristo o madre de Dios. San Cirilo consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, lugar donde vivió sus últimos años la Virgen María, y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios. Hasta aquel momento nadie en la historia había conseguido colocar a un ser humano mujer por encima de cualquier hombre.

8) Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los cristianos, sino que fue incendiada por Julio César, saqueada como el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. En el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios.

9) El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Concretamente, el neoplatonismo siguió floreciendo allí hasta varios siglos después de la muerte de Hipatia: la escuela platónica de Alejandría continuó funcionando con normalidad durante más de 200 años, hasta que lo recuperó el Renacimiento cristiano. Además, su más brillante exponente fue San Agustín, coetáneo de Hipatia.

La historia de Hipatia ha sido objeto de una recurrente manipulación, fundamentalmente con el fin de atacar a la Iglesia: desde la Ilustración hasta el feminismo radical actual. Amenábar, pues, no es original ni siquiera en eso. Según el "iluminado" Voltaire, "desde la muerte de Hipatia hasta la Ilustración, Europa está sumida en la oscuridad; la Ilustración, al rebelarse contra la autoridad de la Iglesia, la revelación y los dogmas, vuelve a abrir la iluminación de la razón". En cuanto al segundo ejemplo de manipulación -el del feminismo radical-, podemos observar el que hace Úrsula Molinaro, según el cual Hipatia fue la campeona del amor libre, pese a que en realidad era virgen.

La verdadera historia de Hipatia se ha transformado artificialmente en la leyenda del "Crimen de Alejandría", cuyo protagonista principal es el obispo San Cirilo. La atribución directa a este último del asesinato de Hipatia se debe al escritor pagano Damascio, último escolarca de la Academia de Atenas y autor de la "Vida de Isidoro" (una apología del paganismo de finales del s.V y principios del s.VI), quien exiliado en Persia tras su cierre por orden de Justiniano, y dispuesto a azuzar las maledicencias contra San Cirilo, a quien tuvo por rival -en un tiempo de rivalidades religiosas fortísimas y extremas-, le atribuyó el homicidio sin más fundamento que sus propias conjeturas. Porque esto y no otra cosa es lo que, desde entonces y hasta hoy, siguen haciendo cuantos rivalizan endemoniadamente contra la Fe católica. Han pasado siglos desde el lamentable episodio y nadie ha podido aportar otro cargo contra el gran santo de Alejandría que no fuera la sospecha, el rumor, la hipótesis trasnochada o la presunción prejuiciosa.

Pero la leyenda en sí misma surge en 1720, con la obra de John Toland (irlandés, hijo ilegítimo de un sacerdote católico, que se hizo protestante y posteriormente activo militante del ateísmo en la Gran Logia de Londres) Después vino Voltaire; después, el historiador Edward Gibbon, quien, para argumentar su tesis acerca de que el cristianismo es la causa interna de la decadencia del Imperio Romano, utiliza la leyenda de Hipatia y declara a Cirilo responsable de todos los conflictos que estallaron en Alejandría en el siglo V. Más tarde llegarán las versiones románticas de Leconte de Lisle y otros, y finalmente el feminismo radical, para el que Hipatia fue la primera mártir de la misoginia propia del cristianismo. Todos los autores citados, y alguno más, tienen una cosa en común: son masones reconocidos. De nuevo, la Masonería aparece de fondo, entre bambalinas, cada vez que surgen ataques mediáticos contra la religión, y concretamente contra el cristianismo (enemigo secular de su ideología y por tanto de su imposición a todo el mundo) como ha hecho siempre, empleando para ello diferentes medios adaptados a cada momento histórico)

El maltrato y la muerte de Hipatia no es imputable a los cristianos, como tampoco lo es a San Cirilo de Alejandría. El origen de tal acusación se debe, como se ha señalado antes, al pagano Damascio, enemigo acérrimo de San Cirilo, y simplemente ha sido repetida desde entonces por todos los enemigos de la Iglesia para atacarla. No hay mentira mayor que la que sostiene que "los historiadores coinciden en responsabilizar a Cirilo de Alejandría por el asesinato de Hipatia". Coinciden los enemigos frenéticos de la Iglesia Católica, no los historiadores o los genuinos estudiosos del caso:

No coinciden (y discrepan con la leyenda negra oficial impuesta finalmente por el Iluminismo) el arriano Filostorgio, el sirio Juan de Éfeso, los jansenistas Le Nain de Tillemont y Claude Pierre Goujet, o el erudito Christopher Haas en su "Alexandria in Late Antiquity: Topography and Social Conflict", publicado en 2006. No coincide tampoco Thomas Lewis, quien redactara ya en 1721 la célebre impugnación de la mentira a la que tituló sugestivamente "La Historia de Hypatia, la imprudentísima maestra de Alejandría: asesinada y despedazada por el populacho, en defensa de San Cirilo y el clero alejandrino. De las calumnias del señor Toland". No coincide Miguel Ángel García Olmo, quien advierte en la maniobra acusadora un "afán de mancillar la ejecutoría de un pastor teólogo de vida esforzada y ejemplar como fue Cirilo de Alejandría, venerado en Oriente y en Occidente"; y ni siquiera se atreve a coincidir Gonzalo Fernández, quien en su obra "La muerte de Hypatia", del año 1985, a pesar de la ninguna simpatía que manifiesta hacia el santo, llamando tiránico a su ministerio, concluye en que "ninguna de las fuentes sobre el linchamiento de Hipatia alude a la presencia de parabolani entre sus asesinos". Los parabolani eran los miembros de una hermandad de monjes alistados voluntariamente para el servicio, principalmente entre los enfermos, y que en su momento respondieron incondicionalmente a San Cirilo, recibiendo la acusación de consumar el linchamiento de Hipatia. Recuérdese que también Aguinis menciona a "un grupo de monjes", como causa instrumental del delito. No coinciden los hechos. Porque el mismo San Cirilo, que lamentó y reprobó el crimen de Hipatia, amonestó enérgicamente en su Homilía Pascual del 419 a la plebe alejandrina, dada a participar en turbamultas feroces y sanguinarias como la que puso desdichado fin a la vida de la filósofa. Si no se le cree al santo, las novelas de Lawrence Durrel -concretamente las de su Cuarteto de Alejandría- resultan una buena fuente para conocer el carácter sangriento y cruel de esas tropelías feroces del populacho alejandrino. Sin olvidarnos de que fueron esas mismas hordas las que dieron muerte a dos obispos cristianos, Jorge y Proterio, en el 361 y 457 respectivamente.

El anticristianismo de la película es, pues, más que obvio, y nada disimulado; el mensaje de fondo se puede resumir en tres puntos:

1) Los cristianos son violentos, machistas y contrarios al progreso, la cultura y la razón.

2) Jesús podría haber sido magnífico, pero no sus seguidores.

3) Según el propio Amenábar, la civilización antigua era un prodigio de ilustración "de no haberse dado ese traspiés que fue la Edad media y la caída del Imperio Romano, y de no haberse paralizado el mundo durante 500 años".

Con estos prejuicios ideológicos, totalmente ajenos a la verdad histórica, es lógico que Amenábar denuncie el inventado fanatismo de la intolerancia religiosa. Lo curioso es que para ello tenga que mirar al pasado, manipulándolo además -¿más desmemoria histórica?- y no refleje uno de los mayores integrismos actuales, que justamente va en la dirección opuesta: la actual intolerancia antirreligiosa, de la que él es, de nuevo hay que decirlo, simple punta de lanza. La Hipatia que retrata el director no es la real, pero a los espectadores no se les va a advertir esa ausencia de base histórica, sino que se les pretende hacer creer justo lo contrario.

Parece que Amenábar ha ´olvidado´ un pequeño detalle en su película: los que persiguieron masivamente, reprimieron, torturaron y mataron fueron los paganos a los cristianos en nombre del paganismo y de razones que hoy nos parecen brutalmente irracionales, como lo constatan las propias actas de los juicios romanos. Amenábar engaña y miente con las imágenes y el argumento, que hace de la película más cara rodada en España un simple panfleto político anticristiano. Al final va a tener razón: la situación de entonces se parece a la actual (los paganos persiguiendo a los cristianos, y no como él nos lo quiere vender).

Si quieres saber más de San Cirilo de Alejandría consulta corazones.org

San Cirilo de Alejandría, Doctor de la Iglesia (376-444)
san cirilo_alejandriaSu fiesta se celebra el 27 de junio y se reconoce por ser Patriarca de Alejandría y Doctor de la Iglesia.
Cirilo de Alejandría cumplió santamente los designios de Dios. Es considerado una figura de relieve por el desarrollo teológico de sus escritos, en especial, su defensa de la divinidad de Jesús, frente a Nestorio, quien difundía la herejía que negaba que Jesús fuera Dios y hombre y señalaba que había dos hijos que se encontraron unidos en Cristo de una forma sólo moral.
Sus numerosas obras están recopiladas en 10 tomos de la Patrología Graeca de Migne. En 1882 fue proclamado Doctor de la Iglesia por el Papa León XIII, quien también atribuyó este título a otro reconocido exponente de la patrística griega, san Cirilo de Jerusalén.
En el año 2007 el Papa Benedicto XVI se refirió a este santo y señaló que: “Ligado a la controversia cristológica que llevó al Concilio de Éfeso del año 431, último representante de importancia de la tradición alejandrina, Cirilo fue definido más tarde en Oriente como «custodio de la exactitud» --que quiere decir custodio de la verdadera fe-- e incluso como «sello de los Padres». Estas antiguas expresiones manifiestan un dato de hecho que es característico de Cirilo, es decir, la constante referencia del obispo de Alejandría a los autores eclesiásticos precedentes (entre éstos sobre todo a Atanasio) con el objetivo de mostrar la continuidad de la propia teología con la tradición. Quiso integrarse explícitamente en la tradición de la Iglesia, en la que reconoce la garantía de continuidad con los apóstoles y con el mismo Cristo”.
Este santo fue defensor de la doctrina que proclama a María la “Theotokosen” (en griego Θεοτόκος), Madre de Dios. Se le conoce con los títulos de “Defensor de la fe católica” y “custodio de la fe”.
Cirilo fue Arzobispo de la ciudad de Alejandría, ubicada actualmente en Egipto, y conocida por albergar a la conocida Biblioteca de Alejandría, creada a principios del siglo III a.C por Ptolomeo I Sóter y en la cual se albergaron hasta 700 mil libros.
También en Alejandría se comenzó a utilizar la CRUZ como símbolo del cristianismo; para el cual el santo también usaba el Pez, ψάρι.

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