miércoles, 9 de enero de 2013

El Salterio (Los Salmos)

 



Todo el proceso de la revelación bíblica aparece rodeado de poesía, de música, de dramas y danzas, de imágenes cargadas de realismo carnal y espiritual. El pueblo de Israel, al igual que los orientales de las culturas antiguas, acudió desde siempre a las canciones poéticas para expresar sus sentimientos más profundos y sus vivencias, acompañado de instrumentos. Los relatos históricos se interrumpen con cánticos de acción de gracias y elegías (frecuentemente son los documentos más antiguos y más contemporáneos del hecho relatado). Los relatos proféticos aparecen jalonados de composiciones poéticas. Es en la literatura sapiencial donde más se utilizan las imágenes y metáforas poéticas. Pero por encima de todos los Libros, destacan por su mayor contenido poético e Cantas de los Cantares y el Salterio.
El Salterio es el tesoro de la lírica religiosa de Israel. Es el diálogo ininterrumpido con la divinidad para que siga guiando a la comunidad de Israel hasta instaurar el reino mesiánico. Oraciones hechas canción. Expresión de las distintas situaciones vivenciales de una comunidad viva, cuyo afán se cifra en conectar con su Dios. Los Salmos son 150. Al libro de los Salmos se le domina “Salterio” por el nombre griego dado al instrumento de cuerda con que se acompañaban los cantos (“Psalterion”). En hebreo se llama “Tehil-Lim” = himnos, aunque este nombre no sea apropiado más qu e un cierto número de salmos. Es erróneo pensar que el Salterio es obra del rey poeta David, como lo creía la tradición. El conjunto refleja el sentir de muchos autores anónimos a lo largo de casi un milenio, que quedará recopilado definitivamente en el periodo helenista. La comunidad fue asumiendo estas composiciones, las fue haciendo suyas: su grito de dolor o de esperanza.
La tradición judía clasificó el conjunto de salmos en cinco bloques o libros (a imitación del Pentateuco), separados por doxologías (41,14; 72,18-20; 89,52; 106,18 y 150 como larga doxología final. El 1 hace las veces de prólogo). Esta clasificación se realizó con criterios totalmente subjetivos. Mejor clasificación se obtiene con el estudio de las formas literarias y desde este criterio estilista, se distinguen tres grandes géneros (que se complementan con otros bloques, utilizando no su forma sino su contenido o función):

Los Himnos- que exhortan a la alabanza- Salmos 8,19,29,33,46-48,76,84,87,93,96-100,103-106,114,117,122,135,136,145-150.
Las Súplicas o Salmos de sufrimiento o lamentaciones las cuales se dividen en Súplicas individuales- Salmos 5,6,7,9,10,13,17,22,25,26,28,31,35,36,38,39,42,43,51,54-57,59,61,63,64,69-71,86,88,102,109,120,130,140-143.
Súplicas colectivas- Salmos 12,44,58,60,74,77,79,80,82,83,90,106,108,123,126.

Las Acciones de Gracia- El agradecimiento se convierte en lo esencial del poema. Rara vez son colectivos. Motivos variados: por la liberación de un peligro, por las buenas cosechas…etc. Salmos 18,21,30,33,34,40,65-68,92,116,118,124,129,138,144.

Salmos Reales- Giran en torno a la figura del rey que ejerció funciones sagradas. El rey era el representante del pueblo e intermediario entre Dios y el pueblo suplicante. Salmos 2,18,20,21,45,72,89,110,132,144.

Salmos Cúlticos- Aunque todos los Salmos tienen relación con el culto y por lo tanto carácter litúrgico, algunos están más relacionados con el Santuario, el Arca y el Templo. Salmos 15,24,14,65,68,81,84,87,95,96,100,118,120,121,134,136. (Algunos de estos se han citado entre los Himnos.)

Salmos Sapienciales- Tienen una perspectiva didáctica en temas tan preocupantes como: pecado, dolor, retribución divina…etc. Salmos 1,14,15,19,32,34,37,49,50,52,73,92,94,101,105,106,110,112,113,119,127,133,135136,138.

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