miércoles, 9 de enero de 2013

La Enseñanza Infalible


Definir las verdades significa precisar el sentido de ellas; delimitar bien el sentido. Ya desde el principio del cristianismo hubo malentendidos y falsificaciones de la verdad, del mensaje cristiano. Muchas veces no es fácil comprender la Palabra de Dios. Las consecuencias de algunos anunciados no se ven muy claras y fácilmente podemos interpretar de manera equivocada lo que el Señor nos ha dicho.
Por eso la Iglesia cuida de conservar intacto el contenido de la Revelación y para esto se ve precisada muchas veces a enseñarnos claramente lo que Dios nos dice o lo que está en desacuerdo con su Palabra, lo cual se llama herejía. Hereje es el que sostiene un error contra la fe, y así se aparta de la Iglesia, es rechazado por la comunidad.
Decimos hoy que la Iglesia es infalible al definir las verdades relacionadas con la fe y la moral. La Iglesia, como Pueblo de Dios, no puede equivocarse en la verdad de la fe. Los pastores de la Iglesia, o sea los Obispos, al proponernos de común acuerdo una verdadera fe son infalibles. El Papa, Vicario de Cristo, en la tierra, cuando hace uso de toda su autoridad que el Señor le dio, no puede equivocarse al proponer a todos los fieles cristianos el sentido preciso de una verdad revelada. Es infalible.
Esta terea de definir las verdades de nuestra fe ha sido bien cumplida por la Iglesia desde su comienzo. Los Apóstoles cuidaron del mensaje encomendado por Cristo. San Pedro se queja de que hay algunos en su tiempo que interpretan mal algunas cartas de Pablo, así como otras escrituras. San Pablo advierte a los Gálatas que si alguno les predica un evangelio distinto al predicado por él, sea anatema. Los sucesores de los Apóstoles continuaron una historia constante de precisar la fe cristiana. Vieron la necesidad de formar el CREDO con las verdades fundamentales del cristiano. San Pablo nos dice en 2 Corintios 2,17, “Nosotros no andamos haciendo negocio con el mensaje de Dios, cambiándolo como hacen muchos; al contrario, hablamos con la sinceridad delante de Dios, como enviados que somos de Dios y siervos de Cristo.” Y la misma Iglesia dice: “Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los Apóstoles nombraron como sucesores a los Obispos, dejándoles su cargo en el magisterio. Esta tradición con la Escritura de ambos Testamentos, son el espejo en que la Iglesia peregrina contempla a Dios, de quien lo recibe, hasta el día en que llegue a verlo cara a cara, como EL es”(Concilio Vaticano II, D.V.,n.7)
En conclusión, la Iglesia y el Papa definen las verdades de fe y costumbres. Reflexionamos en la Iglesia como en la continuadora de la obra de Cristo, en donde los hombres van encontrando la salvación en todos los tiempos. Hemos visto un poco cómo es esta Iglesia y la misión que el Señor le ha confiado.

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