jueves, 10 de enero de 2013

Parábola de las 10 vírgenes




1.      “ESTAR PREVENIDOS Y PREPARADOS”,

La parábola de las diez jóvenes, cinco necias y otras cinco prudentes, forma parte del “discurso escatológico” de Mateo, donde el evangelista intenta alcanzar un doble propósito, por una parte mantener viva la certeza del retorno del Señor e indicar una sana sugerencia sobre cómo comportarse durante este tiempo de vigilancia. No hay que ser muy ingenuo para comprender que los peligros existen y deben ser superados por el cristiano. Por tanto, un buen consejo es vivir con vigilante impaciencia, esto es indiferente de los problemas del mundo, sería una evasión, así como preocuparse por las cosas del mundo, hasta encogerse de hombros de estar vigilante, sería una actitud de cómplice de las cosas mundanas.
En síntesis, la parábola que nos trae Mateo en este evangelio, nos ofrece una sabia enseñanza: hay que ser previsores y estar preparados ante cualquier eventualidad, sin desanimarse con facilidad o hacer excesivos cálculos. Olvidarse del Señor o no tener paciencia para esperar su vuelta es un riesgo, igual que relajarse y descuidar la actitud vigilante. En realidad, no cuenta si la vuelta de Jesús es inmediata o se demora, sino “estar prevenidos y preparados”, porque todos los momentos son decisivos para la salvación.

2.      LAS BODAS COMENZABAN AL ATARDECER, A LA PUESTA DE SOL Y ERA DE ESTA FORMA

Comento previamente sobre las costumbres de aquel tiempo. Las bodas comenzaban al atardecer, a la puesta de Sol y era de esta forma: La novia esperaba en su casa y siempre rodeada de sus amigas, luego venia el esposo a buscarla y el también se hacía acompañar del grupo de sus amigos, luego, con todo el grupo de familiares y demás amistades la llevaban unidos en dos cortejos, a casa del futuro esposo, que es donde luego vivirían. Todo este séquito se realizaba con lámparas y alegres cantos. La esposa llevaba su cabeza ceñida de una corona y era llevada en andas a casa de su esposo. Este y los suyos rodeaban el anda (litera). Tanto los amigos del esposo, como las amigas de la esposa iban entonando cánticos festivos y alusivos a los mismos de la ceremonia. A la llegada del cortejo se celebraba el banquete de bodas.

3.      UN CORTEJO DE DIEZ VÍRGENES.

San Mateo, nos presenta un cortejo de diez vírgenes. El número es parte de armar la historia, y luego dice que son vírgenes, a fin de se entienda de que no son casadas, como las amigas que habían de acompañar a la novia. En este caso, suponemos que hubo alguna tardanza y el esposo llego cerca de la media noche, por cuanto se habían quedado dormidas. De estas diez vírgenes, cinco de ellas eran descuidadas, necias o imprudentes, en cambio las otras eran previsoras o prudentes. Todas ellas salieron al encuentro del cortejo del esposo, y llevando con ellas, pues, conforme al uso de noche, lámparas para alumbrar el camino del cortejo nupcial.
EL resultado es que las imprevisoras, no tomaron, con sus lámparas una vasija donde llevar el aceite de relleno.

4.      VIGILAD, PORQUE NO SABÉIS EL DÍA NI LA HORA

¿Qué nos quiere decir Jesús con esta Parábola? Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora” de la venida final del Hijo del hombre.
El esposo, es Jesús, su venida será inesperada y su venida es la parusía. Las vírgenes previsoras, las almas preparadas para la parusía. Las vírgenes imprevisoras, las almas no preparadas para esa hora. Las vasijas de aceite de relleno y el prepararlas al despertar indica la solicitud de estas almas y su preparación y su actitud vigilante en orden a la parusía. Del mismo modo, se debe tener una actitud espiritual en orden a esta preparación para el glorioso regreso de Jesucristo. Pero también, no basta con un asistir, sin más, a este cortejo, que en el caso de la parábola es nupcial y en el caso de la enseñanza es la parusía, además, hay que tener esta previsión del relleno para la lámpara, es decir es necesario cooperar directamente en una preparación que es personal. En efecto, cada una de las vírgenes previsoras ha cooperado y se ha preparado, ya que el esposo puede llegar inesperadamente.

5.      SON CONSIDERADAS NECIAS POR IMPRUDENTES

Del mismo modo, no basta con lamentarse como las jóvenes imprevisoras, ya que se requiere las obras de toda una vida. Recordemos además las Palabras de Jesús, No todo el que dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ¡Señor, Señor! Yo entonces les diré: Nunca os conocí” (Mt 7:21-23).
En esta enseñanza de Jesús, como vemos algunas son consideradas necias por imprudentes y faltas de razón, y otras prudentes, porque actúan con moderación y cautela, aunque a todas les entró sueño y se quedaron dormidas su preparación era distinta.

6.      “DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR LOS VIVOS Y A LOS MUERTOS”

Estas son las dos opciones que tenemos en nuestra forma de esperar el regreso glorioso de Jesucristo. Rezamos en el credo, “desde allí ha de venir a juzgar los vivos y a los muertos”, esperamos pasivamente y sin preocuparnos o lo hacemos activamente y con responsabilidad y bien preparados.

7.      “¿PODRÍAN DARNOS UN POCO DE ACEITE, PORQUE NUESTRAS LÁMPARAS SE APAGAN?”

En efecto, las cinco vírgenes necias, actuaron con irresponsabilidad y no estaban preparadas, y luego cuando ellas necesitaron la fuente de su luz, acudieron a las prudentes, “¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?” y quienes mostrando su buen juicio y su reflexión antes de actuar les respondieron: “No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado”. La negativa a facilitar el aceite, o el no conseguirlo, nos dice que no se puede improvisar esto en el último momento ni se puede prestar ni transferir de unos a otros, en otras palabras, es como decir, yo he realizados buenas obras de esas que agradan al Señor, he rezado, le he sido fiel, le he amado a El y a mi hermanos, tu no lo hicisteis, te presto un poco de mi vida, para que parezcas preparada.

1.      “LES ASEGURO QUE NO LAS CONOZCO”

Así fue, como cuando el esposo es finalmente anunciado a media noche, las muchachas necias no están preparadas, y no tienen luz para ofrecerle, y no fueron consideradas para entrar al fiesta nupcial, Y luego cuando ellas pensaron que porque a última hora se consiguieron el relleno, y apuradas llegan tarde, se les consideraría, por mucho que gritaron Señor, Señor, ábrenos”, no fueron admitidas y, el esposo respondió: “Les aseguro que no las conozco”

2.      ¿A QUIEN REPRESENTAN HOY?

Así estas muchas necias e imprevisoras, están representando a aquella comunidad de los fieles que carecen de auténtica entrega, y por tanto no están preparados, como del mismo modo a aquellos que escuchan el mensaje, pero no lo han llevado a la práctica. Las otras cinco, las prudentes, simbolizan a las personas pertenecientes a la comunidad, que viven su vida de tal manera que dan luz a los demás, y que el mensaje de Cristo lo han hecho parte de su vida, con prudencia y sensatez, es por esos cuando llegó el esposo, estando preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
El esposo representa al Hijo Jesucristo, como en la parábola de Mateo 22,1-14. La fiesta nupcial, el banquete que esta preparado, la alegría y felicidad del Reino.

3.      “YA VIENE EL ESPOSO, SALGAN A SU ENCUENTRO”

Este Evangelio es una voz de alerta para todos nosotros, “Ya viene el esposo, salgan a su encuentro”, esto es ¡Que viene el Señor!, esto debe resonar en nuestros oídos y en nuestro corazón, nos debe poner en estado de alerta y acción, es un despertador para que no nos quedemos dormidos y para que tengamos suficiente luz, con lámparas donde abunde el aceite de la fe, esa luz que nos ayuda a ver y a descubrir a Dios. El aceite, representa nuestra conducta, nuestras buenas obras, el quedarse dormido, la tibieza espiritual.
Ciertamente, nos llegara el día y la hora en el que deberemos presentarnos delante del Señor, no sabemos cuando, pero si sabemos que ocurrirá, no nos olvidemos de Dios, el no se olvida de nosotros, estemos preparados, que no nos sorprenda, esperémoslo con una vida pensada en El, viviendo y haciendo cosas por El, para que cuando llegue ese día no nos desconozca, lo que no se hace por el Señor, queda desconocido por El.
Hagamos de nuestra vida una lámpara encendida que brille con la luz de la fe.

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