jueves, 10 de enero de 2013

Rayos de Fe

 

La fe sin obras está muerta. 
 
Dice el apóstol: “Muéstrame tu fe sin obras, que yo por mis obras te mostraré mi fe”. Y es una gran verdad que siempre debemos tener presente.
¿Y cuáles son esas obras por las que demostramos a todos, y a Dios mismo, nuestra fe? En primer lugar es la obra de cumplir los Diez Mandamientos y todas las enseñanzas de Jesús en el Evangelio y lo que nos enseña la Iglesia Católica. Porque muchos a veces dicen que tienen mucha fe en Dios, en Jesús, pero no cumplen sus palabras, no cumplen los Mandamientos. ¿Tienen fe éstos? ¡No! Su fe es una parodia y están engañados por el espíritu del mal, que les hace creer que poseen lo que no poseen, es decir, la fe.
Y las obras que además tenemos que realizar, si nuestra fe es viva y operante, son las obras de misericordia, de piedad, de apostolado y oración, puesto que la fe no es sólo conocimiento intelectual, sino principalmente forma de vida, obrar de acuerdo a lo que se cree.
Hoy hay muchos ateos teóricos. Pero hay más ateos prácticos, es decir, que creen con la cabeza, pero su obrar en la práctica no condice con lo que dicen creer. Éste es el ateísmo práctico, del que son víctimas millones de católicos, que están bautizados pero no viven de acuerdo a los Mandamientos.
Ya el Señor nos ha dicho que si no construimos la casa sobre roca, es decir, que si no ponemos por obra lo que escuchamos de Dios, lo que creemos, entonces nuestra construcción se desmoronará cuando vengan las pruebas que sobrevienen a todos los hombres en su vida.
El ejemplo claro de ello lo tenemos en los fariseos del tiempo de Jesús, que aparentaban cumplir muchas cosas, pero no las cumplían, eran falsos, y así es falsa la fe de quien no practica su catolicismo.
Es el error protestante de que uno se puede salvar sólo con la fe, sin hacer buenas obras, sin cumplir los Mandamientos.
Estemos atentos a ver cómo estamos creyendo, y sobre todo, cómo estamos actuando, porque Dios pagará a cada uno según sus obras.

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