sábado, 23 de febrero de 2013

El amor a los enemigos

Mateo 5, 43-48. Cuaresma. Dios es verdadero amor porque me ama siempre y porque ama a quien me ha hecho mal.
 
El amor a los enemigos

Del santo Evangelio según san Mateo 5, 43-48

Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial.

Oración introductoria

Señor, la meta de la perfección aparece como una utopía, una ilusión, porque racionalmente amar siempre, y a todos, es imposible. Hacer el bien sin descanso se antoja contrario a la felicidad. Ayúdame, Padre mío, a tener un encuentro contigo en esta oración, para que tu gracia cambie esta ilusión en una realidad.

Petición

Jesús, ayúdame a crecer en la fe, la esperanza y la caridad para perseverar en mi esfuerzo por alcanzar la santidad.

Meditación del Papa

"Sed perfectos" había dicho el Maestro a sus discípulos; y ahora el Apóstol exhorta a vivir según esta alta medida de la vida cristiana que es la santidad. Puede hacerlo porque los hermanos a los que se dirige son "elegidos de Dios, santos y amados". También aquí, en la base de todo está la gracia de Dios, está el don de la llamada, el misterio del encuentro con Jesús vivo. Pero esta gracia exige la respuesta de los bautizados: requiere el compromiso de revestirse de los sentimientos de Cristo: compasión entrañable, bondad, humildad, mansedumbre, magnanimidad, perdón recíproco y, sobre todo, como síntesis y coronamiento, el ágape, el amor que Dios nos ha donado mediante Jesús y que el Espíritu Santo ha derramado en nuestro corazón. Y para revestirse de Cristo es necesario que su Palabra habite entre nosotros y en nosotros con toda su riqueza, y en abundancia. En un clima de constante acción de gracias, la comunidad cristiana se alimenta de la Palabra y eleva hacia Dios, como canto de alabanza, la Palabra que él mismo nos ha donado. (Benedicto XVI, 10 de marzo de 2012).

Reflexión

Odia a tu enemigo. Este "precepto" perdió todo su sentido con la venida y el mensaje de Cristo. Él nos dijo: amad a vuestros enemigos, porque el verdadero amor no pide nada a cambio, el verdadero amor se da aunque sea pisoteado. El sol, la lluvia y el viento que tocan a nuestra puerta son los mismos que tocan la puerta de mi enemigo. Dios es verdadero amor porque me ama siempre y porque ama a quien me ha hecho mal. Ese es el verdadero amor, el que no tiene límites.

Los hombres somos criaturas finitas, pequeñas cosas comparadas con el universo o con el creador, pero en algo podemos asemejarnos a Dios: en que tenemos la capacidad de amar infinitamente.

Es una nueva vía la que nos presenta Cristo: sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto. ¿Qué es lo más perfecto que podríamos hacer si no es amar? En esto nos podemos parecer a Dios: en que sabemos amar, sin distinciones ni preferencias.

Dos llaves abren el corazón de Dios: el amor y el perdón. Dos llaves abren el corazón del hombre: el amor y el perdón. Lleva las llaves al cuello y abre las puertas que parecen cerradas, así abrirás las puertas del corazón de Dios.

Propósito

Ser ecuánime en mis estados de ánimo. Mi familia y los demás se merecen lo mejor de mí.

Diálogo con Cristo

¡Quédate conmigo, Jesús! Convénceme de que la gran tarea de mi vida es la búsqueda de la santidad y que ésta no puede desligarse nunca de la gracia. Sólo Tú, Señor, puedes hacer posible mi transformación en el amor. Me pongo en tus manos, moldéame a tu antojo, te amo y confío plenamente en tu misericordia, porque soy débil, egoísta y soberbio, pero te amo y libremente te entrego todo mi ser.
sábado 23 Febrero 2013
Sábado de la primera semana de Cuaresma
San Policarpo Esmirna
 
 
Leer el comentario del Evangelio por
San Policarpo : “Amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen”
Lecturas
Deuteronomio 26,16-19.

Hoy el Señor, tu Dios, te ordena practicar estos preceptos y estas leyes. Obsérvalas y practícalas con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy tú le has hecho declarar al Señor que él será tu Dios, y que tú, por tu parte, seguirás sus caminos, observarás sus preceptos, sus mandamientos y sus leyes, y escucharás su voz.
Y el Señor hoy te ha hecho declarar que tu serás el pueblo de su propiedad exclusiva, como él te lo ha prometido, y que tú observarás todos sus mandamientos;
que te hará superior - en estima, en renombre y en gloria - a todas las naciones que hizo; y que serás un pueblo consagrado al Señor, como él te lo ha prometido.

Salmo 119(118),1-2.4-5.7-8.

Felices los que van por un camino intachable,
los que siguen la ley del Señor,
Felices los que cumplen sus prescripciones
y lo buscan de todo corazón.
Tú promulgaste tus mandamientos
para que se cumplieran íntegramente.
¡Ojalá yo me mantenga firme
en la observancia de tus preceptos!
Te alabaré con un corazón recto,
cuando aprenda tus justas decisiones.
Quiero cumplir fielmente tus preceptos:
no me abandones del todo.
 
Mateo 5,43-48.

Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo.
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores;
así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
 
Leer el comentario del Evangelio por
San Policarpo (69-155), obispo, mártir
Carta a los filipenses 8-12
“Amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen”
Quedemos firmemente unidos a nuestra esperanza y nuestro premio: Cristo
Jesús. Sobre el madero ha llevado nuestras culpas en su cuerpo. No obstante
“él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca” (1P 2,22) Pero para
que nosotros vivamos en él ha soportado todo esto. Imitemos su paciencia y
si padecemos a causa de su nombre, démosle gloria. Este es el ejemplo que
él mismo nos dio y que anima nuestra fe... ¡Perseverad en estos
sentimientos y seguid el ejemplo del Señor, firmes e inquebrantables en la
fe, amando a los hermanos, llenos de afecto mutuo, unidos en la verdad,
acompañándoos unos a otros con dulzura, como el Señor, no despreciando a
nadie...
Estoy convencido de que estáis muy instruidos por los libros sagrados y
que no ignoráis ninguno de sus misterios. Yo no soy tan erudito. Pero esta
cita de las Sagradas Escrituras me basta: “si os dejáis llevar de la ira,
que no sea hasta el punto de pecar.” (Ef 4,26) ¡Dichoso el que se acuerda
de esta palabra! Creo que vosotros sois de éstos.
Que Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, y él mismo, el Sumo
Pontífice eterno (He 2,17), Jesucristo, el Hijo de Dios, os fortalezca en
la fe y en la verdad, con toda dulzura, sin cólera, en la paciencia, la
longanimidad, la valentía y la castidad. Que él os haga partícipes en la
heredad de los santos, igual que a nosotros y a todos los que viven bajo el
cielo y creen en Nuestro Señor Jesucristo y en su Padre que lo resucitó de
entre los muertos. ¡Orad por todos los santos! ¡Orad también por los reyes,
los príncipes, los magistrados, por todos aquellos que os persiguen y os
odian, por los enemigos de la cruz, y así, todos puedan contemplar el fruto
de vuestras vidas.
 
 
 
 
 

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