lunes, 29 de julio de 2013

Beatos José María Muro Sanmiguel, Joaquín Prats Baltueña y Zósimo Izquierdo Gil, mártires

fecha: 30 de julio
†: 1936 - país: España
canonización: B: Juan Pablo II 11 mar 2001
hagiografía: Web de la Orden de Predicadores
En el lugar de Castelserás, cerca de Teruel, también en España, beatos mártires José María Muro Sanmiguel, presbítero, Joaquín Prats Baltueña, religioso, ambos de la Orden de Predicadores, y Zósimo Izquierdo Gil, presbítero, que consiguieron la corona de la gloria al morir por Cristo durante la misma persecución.
Zósimo Izquierdo Gil fue natural de Villahermosa (Teruel), nacido en 1895. Trasladada su familia a Zaragoza, ingresa en el Seminario Conciliar y es ordenado sacerdote en 1920. Coadjutor en Ariño; Párroco en Corbalán, en Huesa del Común y desde 1935 Párroco de Castelserás.

Detenido a la puerta de su casa y ante el mal trato recibido en el caminar hacia el Ayuntamiento para ser juzgado por el comité D. Zósimo respondía con su afable y serena sonrisa. Pidió al comité que lo fusilaran a él y dejaran libres a los numerosos apresados.

Una vez en la cárcel confesó a todos los detenidos, les exhortaba y rezaba repetidamente el Rosario con distintos grupos.

A media noche del 30 de julio es conducido a las afueras del pueblo y de rodillas recibió la descarga.

Sus restos, exhumados en 1938, fueron depositados en el cementerio de Castelserás.

José María Muro Sanmiguel, Beato
Mártir Dominico, 30 de julio
 
José María Muro Sanmiguel, Beato
José María Muro Sanmiguel, Beato

Mártir Dominico

Martirologio Romano: En el lugar de Castelserás, cerca de Teruel, en España, beatos mártires José María Muro Sanmiguel, presbítero, Joaquín Prats Baltueña, religioso, ambos de la Orden de Predicadores, y Zósimo Izquierdo Gil, presbítero, que consiguieron la corona de la gloria al morir por Cristo durante la misma persecución (1936).

Cuando en 1935 ingresó en la Orden era un joven sacerdote secular, cuyo ideal se cifraba en «ser misionero y mártir». Consta que el ambiente martirial le acompañaba especialmente durante los últimos años de su joven vida. Cuando llegaron los días de persecución, estaba en Calanda completando estudios. Comprendía la gravedad de la situación, sugiriendo la conveniencia de marchar a Zaragoza, pero siempre en manos de la Divina Providencia.

Al ser asaltado el Convento, tuvo que huir perseguido a tiros, pero la copa de un tupido olivo le ocultó de sus perseguidores. Inició su calvario en busca de refugio y en este menester se encontró con fray Joaquín Prats, que como él buscaba acogida. La acogida que encontraron los dos fue la de Dios en el martirio. Ingenuamente levantaron sos­pechas al preguntar por la dirección hacia Alcañiz. Se les engañó y fueron a parar a un Lóbrego calabozo, en Castelserás. Poco después los sacaron junto con el Párroco del pueblo, P. Zósimo Izquierdo, para fusilarlos en las afueras del mismo.

El P. Muro era una espléndida promesa que Dios tenía reservada para sí a los 31 años de edad.

Es uno de los 233 mártires españoles beatificados por S.S. Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.

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