viernes, 30 de agosto de 2013

Arroja en el Señor tus ansiedades y Él te sustentará. El abandono en santa Teresita del Niño Jesús

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"Permanecer pequeño es reconocer su nada, esperar todo de Dios, como un niño espera todo de su Padre, es no inquietarse por nada, es no ganar un capital. Aún entre los pobres se da al niño lo que necesita, pero apenas crece, su padre no quiere seguir alimentándolo y le dice: ahora trabaja, puedes bastarte a tí mismo. Para no oír esto yo no he querido crecer, sintiéndome incapaz de ganarme la vida, ¡la vida eterna del Cielo! Me he quedado pues siempre pequeña, no teniendo más ocupación que la de coger flores, las flores del amor y del sacrificio, y ofrecérselas a Dios para su agrado. Ser pequeño, es no atribuirse a sí mismo aun las virtudes que se practican, creyéndose capaz de algo, sino que reconocer que Dios pone este tesoro en la virtud en la mano de su hijo pequeño, para que él lo use cuando él lo necesite; siendo siempre el tesoro de Dios. En fin, es no descorazonarse por sus faltas, porque los niños se caen a menudo, pero son demasiado pequeños para hacerse un gran daño".
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"Quiero dejarle que negocie con mis intereses, que juegue por mi a la banca del amor, sin meterme para nada en el juego". (Carta a Celina)
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"En aquella época, me había ofrecido al Niño Jesús para ser su juguetito. Habíale rogado que no se sirviera de mí como de un juguete de valor, al que los niños se contentan con mirar, sin atreverse a tocarlo, sino como de una pelotita sin valor alguno, que Él podía tirar al suelo, empujar con el pie, taladrar, abandonar en un rincón, o bien estrechar contra su corazón, si en ello hallaba placer. En una palabra, quería divertir al Niño Jesús y entregarme a sus caprichos infantiles". (Historia de un alma, cap. VI).
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"No, la santidad no está en tal o cual práctica: consiste en una disposición del corazón que nos hace pequeños y humildes en las manos de Dios, conscientes de nuestra debilidad y confiados hasta la audacia en su bondad de Padre…"(Rec. inéd.).
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"El Señor se complace en mostrarme el único camino que lleva a esa hoguera divina, y ese camino es el abandono propio de la criatura que sin temor se duerme en brazos de su Padre..." (Historia de un alma, cap. XI).
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"El abandono, «fruto delicioso del amor» está íntimamente ligado con la confianza y la humildad. Porque soy pequeña y débil, se inclina hacia mí y me instruye suavemente en los secretos de su amor" (Historia de un alma, cap. V).
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"Sí, el abandono es mi único guía, ya no tengo otra brújula. Ya no sé pedir con ardor cosa ninguna, como no sea el cumplimiento perfecto de la voluntad de Dios en mi alma". (Historia de un alma, cap. VIII)
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"¡Ahora no tengo ningún deseo sino el de amar a Jesús con locura! Sí, es el amor sólo el que me atrae. Ya no deseo ni el sufrimiento ni la muerte… Hoy día es solamente el abandono lo que me guía…Ya no sé pedir nada más con ardor, excepto el cumplimiento perfecto de la voluntad de Dios".


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