lunes, 5 de agosto de 2013

Hormisda Papa, Santo


LII Papa, 6 de agosto
 
Hormisda, Santo
Hormisda, Santo

LII Papa

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Hormisda, Papa. Abanderado de la paz, consiguió acabar con el cisma de Acacio en Oriente, y en Occidente hizo que se respetaran religiosamente por los nuevos pueblos los derechos de la Iglesia (523).

Originario de la Campania, era un diácono de Roma, viudo, cuyo hijo San Silverio había de ceñir también la tiara pontificia.

En el año 514, Hormisdas fue elegido Papa. Tuvo que consagrar toda su actividad al problema delicado y complejo de la situación que había producido en el oriente el cisma provocado por Acacio de Constantinopla, con el fin de aplacar a los monofisitas.

A San Hormisdas pertenece el honor de haber acabado con el cisma mediante la confesión de fe que lleva su nombre: "La Fórmula de Hormisdas". Este documento, citado todavía por el Concilio Vaticano I, es una de las pruebas más fehacientes de la autoridad que se atribuía al Papa en los seis primeros siglos.

Sabemos que San Hormisdas fue un hombre inteligente, hábil y amante de la paz . En sus últimos años tuvo el consuelo de ver cesar en Africa la persecución de los vándalos.



San Hormisda, papa
fecha: 6 de agosto
†: 523 - país: Italia
otras formas del nombre: Hormisdas
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Roma, en la basílica de San Pedro, sepultura de san Hormisda, papa, que, abanderado de la paz, consiguió acabar con el cisma de Acacio en Oriente, y en Occidente hizo respetar por las nuevas poblaciones los derechos de la Iglesia.

Hormisdas, originario de la Campania, era un diácono de Roma, viudo, cuyo hijo san Silverio había de ceñir también la tiara pontificia. Su conducta le ganó la estima de san Enodio, obispo de Pavía, quien profetizó que un día sería papa. La profecía se cumplió dos años después de la muerte de san Símaco, el año 514. Prácticamente, el nuevo papa tuvo que consagrar toda su actividad al problema delicado y complejo de la situación que había producido en el Oriente el cisma provocado por Acacio de Constantinopla, con el fin de aplacar a los monofisitas. A san Hormisdas pertenece el honor de haber acabado con el cisma mediante la confesión de fe que lleva su nombre: la «Fórmula de Hormisdas». Este documento, citado todavía por el Concilio Vaticano I, es una de las pruebas más fehacientes de la autoridad que se atribuía al papa en los seis primeros siglos.

Nada sabemos acerca de la vida privada de san Hormisdas, pero ciertamente fue un hombre inteligente y hábil, muy amante de la paz. Por ejemplo, reprendió severamente a unos monjes africanos revoltosos. En sus últimos años tuvo el consuelo de ver cesar en África la persecución de los vándalos.

Fuera del sucinto artículo del Líber Pontificalis, no hay ninguna biografía de san Hormisdas. En Acta Sanctorum, agosto, vol. II, se discute muy a fondo el aspecto de sus actividades públicas. Ver también las notas de Duchesne al Líber Pontificalis, vol. I, pp. 272-274; y H. Grisar, Geschichte Roms und der Papste, vol. I, pp. 478-481, y passim.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

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