jueves, 15 de agosto de 2013

LOS COLORES EN NUESTRA CELEBRACIÓN LITURGICA


 En todas las culturas se hace uso del simbolismo de los colores,
tanto para la vida social como para la expresión religiosa. La bandera  nacional o un partido político o un grupo deportivo tienen, por ejemplo,  sus colores propios, que vienen a representar a la entidad. 
En cada cultura puede ser distinto este simbolismo. En el Japón, por  ejemplo, el luto se puede expresar, además de con el negro, también  con el color blanco. Mientras que allí el color más noble es el morado,  porque se encuentra en el escudo imperial. 
En la liturgia cristiana, durante los primeros siglos no parece que
hubiera una norma general en cuanto a los colores. Lo único que se  tenía en cuenta era que para los días más festivos se eligieran colores  más vivos (en Oriente, sobre todo, policromados), y para tiempos  penitenciales, colores más oscuros y austeros. A partir del Concilio  de Trento, en el siglo XVI, se llegó a un cierto código, bastante  parecido al actual, para el uso de los colores litúrgicos. Como dice el  Misal, cada Conferencia Episcopal "puede estudiar y proponer las  adaptaciones que respondan mejor a las necesidades y modos de ser  de los puebios" (n. 308). 
Estos colores se refieren a los vestidos de los ministros -estola,
casulla- y también a los paños que pueden adornar el altar, el ambón  o el sagrario.


SIMBOLISMO Y USO DE LOS COLORES
- El blanco es entre nosotros un color alegre, que de entrada
sugiere la limpieza, la fiesta y la luz. Por eso se ha convertido en
símbolo de la inocencia, de la pureza y de la alegría. El vestido blanco  de la novia es, en nuestra cultura, uno de los símbolos más
significativos.
El ángel que aparece junto al sepulcro para anunciar que Jesús ha
resucitado, va vestido de blanco. Los vencedores del Apocalipsis
están cubiertos de lino blanco y montados en caballos blancos. La
gloria de Cristo se simboliza en la escena de la Transfiguración con
unos vestidos blancos como la luz. 
Por eso los vestidos de los ministros son blancos en la Navidad, en
la Pascua, en las fiestas del Señor (a no ser que se refieran a la Cruz)  y de la Virgen, así como en las de los santos que no sean mártires.
También para la celebración del Bautismo, del Matrimonio y de la
Unción de enfermos, si es con misa. El blanco es, por tanto, el color  privilegiado de la fiesta cristiana, como expresión de la luz, la alegría y  la vida que Dios nos comunica.

- El negro, por el contrario, es la negación del color, a pesar de la
nobleza que puede también comportar y que le hace ser
periódicamente el color de moda. 
El negro recuerda espontáneamente la oscuridad, la noche, la falta
de luz, y por ello simboliza la perdición, la desgracia, el pecado. Es el  color típico del duelo y de la tristeza. 
En la liturgia, el negro había sido durante siglos el color del
Adviento y la Cuaresma. Ahora ha quedado más relegado: queda sólo  como facultativo en las exequias y demás celebraciones de los  difuntos, aunque cada vez se usa más el morado. Para el caso de  niños párvulos, el color más adecuado es el blanco.

- El rojo nos trae a la imaginación el fuego y la sangre. Es un color
"agresivo", que puede simbolizar el sentido de la culpa (tiene las
manos rojas quien derrama sangre ajena), de peligro (el "stop" del
semáforo) y también el amor. 
Los profetas parece que identificaban la situación de pecado con el
color rojo: "así fueren vuestros pecados como la grana, quedarán
blancos cual la nieve, y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana  quedarán" (Isaías 1,18). 
El rojo es ahora el color del Domingo de Ramos y del Viernes
Santo, por su aproximación a la Cruz; de la fiesta de Pentecostés, por  el fuego del Espíritu; la exaltación de la Cruz el 14 de septiembre; las  fiestas de los apóstoles, los evangelistas y todos los mártires, porque  han dado testimonio con sus vidas de su fe en Cristo. La Confirmación  se celebra en blanco, pero también se puede en rojo, subrayando la  donación del Espíritu.

- El verde es el color de la vegetación, del crecimiento, de la vida.
De ahí le vienen diversos simbolismos: la esperanza, la vida, la pureza  de la naturaleza, la serenidad (el "verde" de los semáforos como paso  libre). 
En la cultura actual el verde es símbolo de los movimientos
ecológicos, de defensa de la naturaleza contra la corrupción y la
manipulación humana. Aunque también decir de algo o alguien que
"está verde" puede indicar la falta de madurez. 
En la liturgia, el verde es el color del Tiempo Ordinario: esas 34
semanas en las que no se celebra un misterio concreto de Cristo, sino  el conjunto de la Historia de la salvación y, sobre todo, la celebración  semanal del domingo como "día del Señor". El verde, color de  crecimiento, de esperanza y de vida, apunta así a los frutos de vida  que a lo largo del año debe producir el misterio de la Navidad o de la  Pascua de Cristo que hemos celebrado en los "tiempos fuertes".

- El morado es un color discreto, serio, aun dentro de su elegancia.
Por eso, su simbolismo apunta a la penitencia, a la tristeza y al dolor.
Según en qué culturas, también a la realeza y nobleza. 
Se utiliza el morado en las celebraciones del Adviento y de la
Cuaresma: dos tiempos en que preparamos con un tono de mayor
austeridad las fiestas de la Navidad y de la Pascua. (Para el Adviento  se podría pensar en el futuro en un color distinto del morado, para  distinguir este tiempo de esperanza del de penitencia que es la  Cuaresma. Los luteranos, desde 1978, han decidido utilizar el color  azul para el Adviento: y se basan, precisamente, en los documentos de  nuestra antigua liturgia hispano mozárabe. También podría ser un  morado más suave o tirando a granate).
Se usa el morado para las celebraciones penitenciales. Y también
para las exequias, para las que antes se utilizaba el negro. Fue el
Concilio el que quiso que en el lenguaje de las exequias cristianas
tuviera un tono de esperanza pascual: esto se ha notado en las
oraciones, en los cantos y también en el cambio de color.

Hay otros colores menos frecuentes. 
- El color rosa distingue los domingos "Gaudete", a mitad del
Adviento, y "Laetare", a mitad de Cuaresma. 
- El color azul se usa desde el siglo XIX en España y algunos países
de América para la fiesta de la Inmaculada. 
- Según una tradición antigua, en Francia se ha utilizado a veces el
color gris para la Cuaresma. 
- El color dorado, por la nobleza de sus materiales, puede expresar
una celebración particularmente festiva y solemne.


¿POR QUÉ LOS COLORES?
La variedad de los colores en nuestra liturgia tiene, según el Misal
(n. 307), dos finalidades. 
a) Ayudan a sintonizar mejor con los misterios que celebramos: "la
diversidad de colores en las vestiduras sagradas tiene como fin
expresar con más eficacia, aún exteriormente, las características de  los misterios que se celebran". 
b) Tienen la pedagogía de la variedad y la dinámica de un Año
Cristiano que nos va conduciendo por misterios y actitudes graduales:  "expresa también el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo  del año litúrgico". 
El que después de una Cuaresma en la que ha predominado el
morado, pasemos a celebrar la Pascua en blanco, y que esta Pascua  concluya con el rojo del Espíritu en Pentecostés, tiene su pedagogía.
Como la tiene el que las fiestas de los mártires se celebren en rojo, y  las de la Virgen en blanco. 
El color, como elemento visual sencillo pero eficaz, uniéndose a
otros más importantes como son las lecturas, las oraciones y los
cantos, quiere ayudarnos a celebrar mejor nuestra fe.
 
 
 
 
LOS COLORES LITÚRGICOS Y SU SIGNIFICADO.

BLANCO: Significa pureza, fe, virginidad, santidad, Resurrección. Es el color más adecuado para celebrar:
- La Navidad y la Epifanía
- La Pascua en toda su cincuentena
- Las fiestas de Cristo y de la Virgen a no ser que por su cercanía al misterio de la cruz se indique el uso del rojo.
- Las fiestas de ángeles y Santos que nos sean Mártires.
El blanco es el color preceptivo para los pasos de palio y el más adecuado para iluminar las secciones de la Virgen, aunque para determinadas advocaciones pueda ponerse otro color distintivo de las mismas.

ROJO: El Rojo significa pasión, caridad, amargura, amor divino, Eucaristía, Espíritu Santo, martirio, Apóstoles. Es el color elegido:
- En la Celebración del Domingo de Ramos y el Jueves Santo.
- En Pentecostés.
- Exaltación de la Santa Cruz.
- Fiesta de los Apóstoles, Evangelistas y Mártires.
El color rojo es preceptivo de las hermandades sacramentales.

VERDE: Significa esperanza, iniciación (por eso San Juan lleva el color verde en el manto), triunfo de la vida sobre la muerte (por eso las Hermandades de la Vera Cruz utilizan este color como distintivo) y también Fe (aunque menos que el blanco). Es el color del Tiempo Ordinario. Esas 34 semanas en las que no se celebra un Misterio concreto de Cristo, sino el conjunto de la Historia de la Salvación y sobre todo el Misterio Semanal del Domingo como el día del Señor.
El verde es el color que debe usarse en las secciones y paso de cristo de las hermandades de la Vera Cruz. También suele usarse en las secciones de las titulares marianas con la advocación de Esperanza.

MORADO: Significa devoción, también dolor, severidad, penitencia. Similar al negro. Es el color con que se distingue la Celebración del Adviento y la Cuaresma.
Es el color habitualmente utilizado en las secciones y pasos de misterio de los nazarenos y cautivos, también puede usarse litúrgicamente en Semana Santa, especialmente la Madrugada y el Viernes Santo.

ROSA: No tiene un significado litúrgico definido, significa la ausencia de todo mal, dominio de sí mismo. Para los domingos que marcan el ecuador del Adviento y de la Cuaresma: El Domingo "Gaudéte" (tercero de adviento) y "Laetare" (cuarto de Cuaresma).

AZUL: El Azul es el color del amor, la fidelidad y el afecto. Asociado de siempre a la Virgen María y por lo tanto suele ser el color elegido para muchos de los palios, aunque en su vertiente oscura tiene similares significados al negro. El Celeste es el color privilegiado para celebrar la Solemnidad de la Inmaculada.

NEGRO: Color que simboliza tristeza, separación, penitencia, vigilia y soledad. Su significado es similar al Morado. Es el color litúrgico del Viernes Santo.
Una derivación del color negro es el denominado color tiniebla, el cual se suele usar en las cofradías "serias" para las secciones del Cristo, aunque como vemos se puede usar también litúrgicamente por las Hermandades de la Madrugada y Viernes Santo.

GRIS: Es el color del desconsuelo, no se suele usar ni litúrgicamente ni en las hermandades.

MARRÓN: Este color y, en general, los colores tierra, quieren indicar humildad, fragilidad, anonimato, renuncia al mundo.

AMARILLO: Al igual que el Dorado, quiere significar pureza, ya que pertenece a la familia del color blanco. Simboliza también el color de la luz, luz de Dios, sobretodo en Oriente. Por su color similar al trigo también se le asimila con la institución de la Eucaristía. Se usa el Dorado también para la celebración de fiestas muy solemnes.

 
 
 
 
 
 

Colores litúrgicos

   

Los colores litúrgicos son los colores específicos que se utilizan para la liturgia cristiana. Los colores sirven para subrayar las características de un tiempo determinado del año litúrgico, destacar una fiesta o feria determinada del calendario o una ocasión especial.

Rito Romano

  • Blanco: Color que representa a Dios. Simboliza la alegría y la paz. Se usa durante el tiempo de Pascua y el tiempo de Navidad. Se emplea también en las fiestas y solemnidades del Señor no relativas a la Pasión (Sagrado Corazón de Jesús, Ascensión, Cristo Rey...), en los cultos eucarísticos incluida la misa de la cena del Señor del Jueves Santo, en las fiestas de la Stma. Virgen María, de los santos que no murieron mártires (San José, San Juan Bautista entre otros) y en las de los santos ángeles y arcángeles.
  • Morado: este color simboliza preparación espiritual. Se usa en, a excepción de las solemnidades que se celebran en éstos tiempos, en Adviento y en Cuaresma, tiempos de preparación para la Navidad y la Pascua respectivamente. También se usa en la administración del sacramento de la penitencia y en general en todo tipo de actos penitenciales. Desde la reforma litúrgica se dispone su uso para los sufragios por los difuntos. Según el calendario litúrgico tradicional también se usa en las temporadas de petición. Cabe mencionar que tanto el Lunes, Martes y Miércoles Santo se usa el morado porque sigue siendo tiempo de Cuaresma. A su vez, también se usa el Sábado Santo en señal de luto. En ocasiones suele haber alguna diferencia en cuanto a la tonalidad del color morado de Adviento y de Cuaresma. El morado de Adviento suele ser más oscuro ya que se mezcla con un poco de azul mientras que el morado de Cuaresma suele ser más rojizo.
  • Verde: este color simboliza la virtud de la esperanza. Es usado durante el Tiempo Ordinario, después de Navidad hasta Cuaresma, y después de la Pascua hasta el Adviento, en los domingos y en aquellos días que no exigen otro color. Es tiempo de esperanza por la venida del Mesías y por la Resurrección salvadora respectivamente.
  • Rojo: este color simboliza la sangre y la fuerza del Espíritu Santo. Se refiere a la virtud de la caridad. Es usado principalmente en las fiestas de la Pasión del Señor como el Domingo de Ramos y el Viernes Santo. También en fiestas del Espíritu Santo como el Domingo de Pentecostés y en las fiestas de los santos mártires. También en la administración del sacramento de la Confirmación y en las liturgias dedicadas a los instrumentos de la Pasión. En la Santa Sede, se usa como Color de Luto, para los Funerales de un Cardenal o del Sumo Pontífice.
  • Rosa: este color simboliza una relajación del rigor penitencial y se utiliza potestativamente en la misa del domingo Gaudete (el tercero de Adviento) para indicar la cercanía de Navidad y el domingo Laetare (el cuarto de Cuaresma) por la misma cercanía de la Pascua.
  • Negro: este color simboliza el luto y el sufragio por los difuntos, por lo que se usa en las celebraciones exequiales y en los entierros, aunque tras la reforma litúrgica su uso es potestativo en lugar del morado. En el rito romano tradicional se usa el Viernes Santo, el Miércoles de Ceniza, así como en las representaciones del entierro de Cristo. Actualmente este color sólo está en desuso tras la refoma litúrgica de Pablo VI.


Otros colores

 

  • Azul: España tiene el privilegio de usar el color azul que simboliza la pureza y la virginidad, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, patrona de este país, y en sus celebraciones votivas, aunque por extensión se utiliza en otras fiestas de la Virgen. También puede usarse este color en aquellos países que antiguamente fueron colonias españolas.
  • Dorado: Los ornamentos de fondo dorado pueden sustituir a ornamentos de cualquier color en ocasiones de especial solemnidad, excepto al morado y al negro. Normalmente se usan únicamente en las celebraciones más importantes del año que son la Misa del Gallo de la Natividad del Señor y sobre todo en la Vigilia Pascual del Domingo de Resurrección.
  • Plateado: Los ornamentos de fondo plateado pueden sustituir exclusivamente a los de color blanco.

No hay comentarios: