jueves, 22 de agosto de 2013

Movimiento cenobítico

 

 
 
Icono copto de San Pacomio, fundador del monasticismo cenobítico cristiano.
El movimiento cenobítico es una tradición monástica iniciada desde los tiempos más remotos del cristianismo, que enfatiza la vida en común. Se caracterizaba por el comunitarismo monacal, que preservaba el aislamiento de los monjes del común de la sociedad. En Occidente, cada comunidad pertenecía a alguna orden religiosa, y la vida del monje cenobítico estaba regulada por una regla (una colección de preceptos).
El movimiento cenobítico se aseguraba de poner un orden a la vida en común de los monjes, en lo que respecta a la administración de los bienes y productos, así como la formación en la fe, la disciplina y los intereses filosóficos del cristianismo naciente. Se realizaban actividades de meditación y recogimiento, propias de las comunidades religiosas.

 

Etimología

Las palabras españolas cenobita y cenobítico derivan (por vía del latín coenobĭum) del griego κοινός (koinós: común) y βίος (bíos: vida’), que significan ‘vida comunitaria’. El adjetivo griego es κοινοβιακόν (koinobiakón). Un grupo de monjes viviendo en comunidad se llamaba cenobio; en latín cenobium (monasterio).

Orígenes

Es comúnmente aceptado que la versión organizada del monacato cenobítico cristiano comenzó en Egipto durante el siglo IV. Los monjes cristianos en los siglos anteriores eran usualmente eremitas, especialmente en Oriente Medio. Esto fue lo común hasta el declive de la Cristiandad en Siria a finales de la Edad Media. Sin embargo, esta forma de vida en solitario no satisfacía a todos y la soledad y las dificultades, si no se estaba espiritualmente preparado podía llevar a desarreglos mentales.[1]
Por esta razón, comenzaron a crearse comunidades monásticas organizadas para que los monjes pudieran tener soporte en su lucha espiritual. Mientras que los monjes eremitas tenían un elemento de socialización al encontrarse una vez a la semana para orar conjuntamente, los cenobitas se juntaban para rezar conjuntamente de forma más regular.[2] Los cenobitas también socializaban más porque los monasterios donde vivían estaban localizados a menudo en un pueblo habitado o cerca de él. Por ejemplo, la versión de la Vida de San Pacomio en dialecto bohaírico del idioma copto señala que los monjes del monasterio de Tabennisi construyeron una iglesia para los habitantes de la cercana ciudad del mismo nombre incluso "antes de que construyeran una para ellos mismos".[3] Esto significa que los cenobitas estaban en contacto con otras gentes mientras que los eremíticos no eran muy sociables, sólo juntándose para orar ocasionalmente.

San Pacomio

Los cenobitas fueron también diferentes de sus predecesores, los eremitas o anacoretas, en sus viviendas. Mientras que éstos vivían solos en un monasterio que consistía exclusivamente en una cabaña o en una cueva (celda), los cenobitas vivían juntos en un monasterio que comprendía un complejo de uno o varios edificios, donde cada vivienda podía albergar alrededor de veinte monjes y dentro de la casa había habitaciones separadas o celdas que podían ser habitadas por dos o tres monjes.[4] Esta estructuración ha sido atribuida al mismo hombre al que se le reconoce como el padre del monacato cenobítico, San Pacomio. Esta idea de Pacomio puede que se debiera al haber vivido en cuartos como éstos cuando estaba en el ejército romano, ya que su estilo "recuerda a las barracas del ejército".[5]
No obstante, aunque a Pacomio (nacido entre 287 y 294 y fallecido entre 346 y 348) se le considera como el "padre del monacato cenobítico", es más seguro pensar en él como el "padre del monacato cenobítico organizado" ya que fue el primer monje que aprovechó pequeños grupos comunales que a menudo ya existían y los juntó en una federación de monasterios.[6]

Otro tipo de monasticismo

  • Hay otra forma de monasticismo posterior, que se encuentra generalmente en Oriente, que se llama skete.En Occidente hay monjes semi-anacoretas, entre cenobitas y ermitaños, como los cartujos y los camaldulenses.

El monasticismo cenobítico en otras religiones

El monasticismo cenobítico existe en varias religiones, aunque el budista y el cristiano son los más prominentes.

Referencias

  1. C.H. Lawrence, “Chapter 1: The Call of the Desert” in Medieval Monasticism, 3rd edition, (Toronto: Pearson Education Limited, 2001), 7. (En inglés)
  2. James E. Goehring, "Withdrawing from the Desert: Pachomius and the development of Village Monasticism in Upper Egypt," Harvard Theological Review 89(1996), 275. (En inglés)
  3. Goehring, "Withdrawing from the Desert," 282.
  4. Lawrence, 8; Marilyn Dunn, “Chapter 2: The Development of Communal Life” in The Emergence of Monasticism: From the Desert Fathers to the Early Middle Ages, (Malden, MA: Blackwell Publishers Incorporated, 2000), 30 (En inglés).
  5. Dunn, 29.
  6. Dunn, 26.

Enlaces externos



CENOBITISMO
 
  
Es en el s. IV cuando el fenómeno monástico del anacoretismo y del cenobitismo fue adquiriendo formas cada vez más institucionalizadas, convirtiéndose en una de las estructuras fundamentales de la comunidad cristiana. Cronológicamente, la experiencia anacorética de aislamiento (pensemos en san Antonio) precedió a la cenobítica (koinos bios - - vida común). Pero esta última logró imponerse como consecuencia del hecho de que a un anacoreta célebre se fueron asociando varios discípulos, deseosos de compartir su vida. Teniendo en cuenta los peligros inherentes a la vida solitaria y las ventajas que se derivan de una vida asociada, Pacomio (por el 292-347), después de una experiencia personal de vida eremítica, dio forma al cenobitismo, asentado en la convivencia, en la disposición a compartir los bienes, en la oración en común, en la observancia de la misma regla, en el trabajo manual y en la obediencia absoluta al abad.
Fundó entonces su primera comunidad en Tabennisi, en el alto Egipto, el año 323.
En poco más de veinte años las fundaciones pacomianas, dirigidas por una Regla de 194 artículos, comprendían 9 conventos de varones y 2 de mujeres. La experiencia innovadora de Pacomio, aunque animada de moderación y prudencia, no se veía libre de los peligros inherentes a unas comunidades numéricamente cada vez más elevadas.
Fue Basilio (por el 330-379) el que, basándose en las experiencias monásticas precedentes, aportó varias correcciones a las formas cenobíticas ya en acto. Impuso la convivencia comunitaria según un tipo de relaciones amistosas, convencido de que sólo la vida cenobítica garantizaba el ejercicio de la caridad.
«...La cohabitación de varios hermanos reunidos -declarará en las Regulae fusius tractatae VII, pár. 4- constituve un campo de pruebas, un hermoso camino de progreso, un continuo ejercicio, una meditación ininterrumpida de los preceptos del Señor. Y la finalidad de esta vida común es la gloria de Dios... Este género de vida en común está en conformidad con la que llevaban los santos que nos recuerdan los Hechos de los Apóstoles: «los fieles se mantenían unidos y lo tenían todo en común».
En conformidad con este planteamiento, Basilio limitó el número de los monjes que vivían juntos y situó los monasterios dentro del entramado social y eclesial, organizando en ellos escuelas, hospitales, orfanatos. También planificó el compromiso de trabajo manual, garantizando más espacio para la oración y el estudio.
Las experiencias cenobíticas orientales encontraron en los ss. IV-Y una rápida y amplia difusión en Occidente. Fue Jeronimo (por el 347-419) el que propagó esta forma de ascetismo, Pero no hay que ignorar las aportaciones originales que ofreció san Martín de Tours, que, aun siendo obispo (3701371), mantuvo su vida en común con sus discípulos, Una situación análoga se observa en el obispo Eusebio de Vercelli (por el 370), fundador de un cenobio para clérigos. Se afirma así una forma de cenobio episcopal que, privilegiando la vida en común del clero, se anticipa al nacimiento de los canónigos regulares, En África, Agustín promovió un monasterio episcopal (395), basado en una Regla que él compuso expresamente (Carta 2JJJ.
Alrededor del año 400 Honorato fundó el célebre monasterio de Lérins y Juan Casiano (por el 360-430), que con sus obras puso en contacto a Occidente con el cenobitismo oriental, dio vida en Marsella a dos monasterios.
La afirmación diversificada de estas formas cenobíticas en Occidente encontró una síntesis original en la Regla de san Benito (t por el 547), que, asimilando el pensamiento de Pacomio y la experiencia de Basilio, se impuso sobre las otras formas de vida religiosa asociada gracias a la determinación exacta de las diversas funciones, la sólida organización interior y la inserción en la 1glesia local.
L. Padovese
 
Bibl.: M. G, Bianco, Cenobio, cenobita, en DPAC, 1, 406-407" G. M, Columbás, El ,monacato primitivo, 2 vols" BAC, Madrid 1974-1975; C. J Peiffer, Espiritualidad monástica, Monte Casino, Zamora 1976.
 

Monasterio

 
Un monasterio es un edificio donde habita uno o varios monjes. Originalmente un monasterio era la célula de un anacoreta. Los monasterios cristianos son también llamados abadías, (regidas por un abad) o prioratos, (regidos por prior). La vida comunitaria de un monasterio se denomina cenobitismo, en contraposición con la vida anacorética de un ermitaño. La palabra "monasterio" también se utiliza para referirse a este tipo de comunidades de otras religiones.

 

Las distintas órdenes de monjes cristianos

La palabra "monasterio" procede del griego monasterion, de la raíz mono ("uno solo"), ya que originariamente todos los monjes cristianos eran ermitaños y muy solitarios.
La vida monástica para los cristianos empezó poco tiempo después de la muerte de Jesús. Los primeros cristianos compartían sus posesiones y llevaban una vida de entrega a Dios.
En el siglo III, san Antonio, un cristiano egipcio, —que vivió desde mediados del siglo III a del IV— reflexionó sobre las palabras de Jesús, Ve, vende todo lo que posees y dáselo a los pobres, y entonces él y sus seguidores abandonaron todas sus posesiones y marcharon al desierto de Egipto (en la llamada Tebaida) y Siria. De esta manera creían vivir más cerca de Cristo dedicándose a la oración y la contemplación.
Inicialmente vivieron solos, pero poco tiempo después decidieron unirse y habitar en cuevas o chozas construidas por ellos mismos, sencillas pero suficientes como para hacer su vida de oración en comunidad.
En el siglo VI san Benito creó una comunidad, y estableció reglas de convivencia que luego sirvieron de base para otras órdenes. Los seguidores de san Benito hacían tres promesas: abandonar todas sus posesiones personales (voto de pobreza), no mantener relaciones sexuales (voto de castidad), y seguir las reglas de la vida monástica obedeciendo al abad (voto de obediencia).
 
Monasterio Unser Lieben Frauen en Magdeburg, Alemania.
En la Edad Media, los monasterios evolucionaron completando su entorno con granjas, hospitales y otros edificios.
Más tarde aparecieron otras órdenes que establecieron sus propias como los cartujos o los cistercienses, monjes benedictinos de la estricta observancia conocidos como monjes blancos, debido a que utilizaban hábitos de lana sin teñir. Esta congregación fue fundada en 1098 por san Roberto de Molesmes, san Alberico y san Esteban Harding, en la Abadía de Citeaux, que da nombre a la orden. Uno de sus personajes de mayor repercusión es san Bernardo.
En la segunda década de siglo XIII se crearon dos nuevas órdenes: los franciscanos (1210), que se guiaban por las enseñanzas de san Francisco de Asís; y los dominicos (1216) seguidores de santo Domingo. Los franciscanos profesaban la pobreza y la ayuda a los semejantes, mientras que los dominicos combatían la herejía cátara. Ambos eran conocidos como "frailes".
Tras la Reforma Protestante, muchos monjes abandonaron los monasterios para seguir la doctrina de Lutero. Luego, durante las guerras de religión, muchos monasterios fueron saqueados y destruidos.
Más tarde se crearon nuevas órdenes, como la Compañía de Jesús, cuyos miembros eran conocidos como jesuitas y dedicaban su vida a misionar y predicar por todo el mundo, especialmente en las nuevas tierras descubiertas al oeste de Europa, donde se fundaron muchos e importantes monasterios.

Monasterios en Oriente

 
Monasterio Samye, en el Tíbet
Se denomina saniasi al hinduista que decide abandonar la vida familiar y dedicarse a la oración. Visten túnicas color azafrán y son ayudados por el común de las gentes, quienes los consideran hombres sabios. En los monasterios hinduistas, los monjes viven en construcciones de habitaciones sencillas y con grandes salones para la meditación. El equivalente al monasterio cristiano se llama áshram, aunque sus construcciones y modo de vida difiere en algunos puntos.
Los monasterios budistas (viharas) son similares a los hindúes. Antiguamente los monjes budistas solo pasaban en ellos los tres meses de lluvias. En ambos casos los monjes pueden abandonar el monasterio y llevar una vida familiar.
En China se encuentran algunos monasterios famosos, como los de Shaolin, donde los monjes eran muy honorables, espirituales y valientes, pero eran guerreros, aunque sus artes guerreras tiene origen en las filosofías pacifistas del budismo y el taoísmo. El primer monasterio Shaolin fue construido durante la dinastía Wei del Norte (386 - 534), durante el año 495, en la provincia de Henan (China).
El cristianismo ortodoxo contó desde antes del siglo XIV con un buen número de creyentes en las llanuras de Rumania (cristianizada por el apóstol San Andrés, según la tradición) tanto en Valaquia (al norte del Danubio y sur de los montes Cárpatos), en las montañas de Moldavia (al este los montes Cárpatos), como en las provincias de Transilvania (hasta la anexión austro-húngara, que conllevó la destrucción de muchos monasterios a cañonazos, por orden del general Buchow). Los monjes del monte Athos han contribuido a difundir el misticismo y la oración por estas tierras y habían fundado una serie de monasterios; los monasterios búlgaros fueron especialmente reconocidos en la ortodoxia cristiana, sobre todo los de la época bizantina. Un claro ejemplo de ello es el Monasterio de Rila en Bulgaria.

Monasterio hispano

 
Monasterio de Santa María de El Paular, Rascafría, Madrid.
Son aquellos monasterios o cenobios que existieron en la Hispania peninsular desde los comienzos del cristianismo hasta bien entrado el siglo XII en que tanto los edificios como el modo de vida de los monjes y sus reglas se fueron sustituyendo por la liturgia y las reglas de Cluny, el monasterio benedictino que tanta influencia tuvo, durante la Edad Media desde el Imperio Carolingio, en la vida monacal de toda Europa.

Reglas monásticas

Las reglas eran las ordenanzas escritas que los monjes de las distintas órdenes monacales debían seguir. La primera regla para cenobitas de que se tiene constancia es la de san Pacomio, escrita para sus monasterios de la Tebaida en Egipto; estas reglas se iniciaron cuando los cenobios, o monasterios, crecieron en número de monjes y hubo necesidad de una cierta organización. Muchas de estas reglas se conservan y gracias a ellas se tiene noticia de la arquitectura y disposición de algunos monasterios ya desaparecidos. Figuras importantes de la Iglesia Católica fueron San Agustín, San Basilio (su regla se obedece en todo el monacato cristiano oriental), San Benito, San Bernardo, San Bruno, y otros más —aunque san Bernardo no escribió ninguna regla sino que comentó y reinterpretó la de san Benito; y san Bruno no escribió ninguna regla pero creó un nuevo estilo de vida monástico, semi-anacorético)—. Las reglas estaban compuestas por capítulos que solían leerse en los monasterios en la sala capitular. En ellos se iba dictando una serie de normas a seguir, tanto de carácter espiritual como práctico y sobre la vida de los monjes (vestuario, comida, horas de sueño, trabajo, etc.).

Órdenes religiosas de Occidente

Las órdenes religiosas están compuestas por grupos de personas cuyos individuos están unidos por una regla establecida por el fundador de dicha orden. Son la consecuencia del monacato en comunidad, de aquellos monjes que primero viven en soledad hasta que tienen que reunirse y compartir una vida religiosa porque el número de personas así lo requiere. Cada una de estas comunidades adoptó una regla de convivencia y un nombre. La aspiración común que tenían estas gentes era la de llevar una vida apostólica semejante a la de los discípulos de Jesús, bien siguiendo un modelo activo o bien contemplativo. Las órdenes tienen su esplendor desde finales del siglo VIII , haciendo de la regla de san Benito la oficial para todos los monasterios de Europa (lo que desembocará en la espiritualidad de Cluny), hasta finales del XVIII con la Revolución francesa.

Arquitectura de los monasterios cristianos

La construcción de un monasterio se compone de diversas partes y estancias que siguen por lo común un mismo esquema con algunas variantes. La estructura arquitectónica debe dar como resultado la autonomía de la comunidad, algo parecido a una pequeña ciudad donde el monje encuentre todo lo necesario para su existencia para vivir para Jesucristo.

Componentes arquitectónicos

La iglesia, lugar de oración, es el edificio principal. En torno a ella se iban alzando las dependencias necesarias. La iglesia se empezaba a construir por el ábside y tenía fácil comunicación con las celdas de los monjes a través del claustro.
El claustro era quizás el segundo elemento en importancia. Estaba construido generalmente junto a la nave sur de la iglesia, aunque hay bastantes modelos que lo presentan junto a la nave norte. La iglesia tenía una puerta de acceso al claustro. En este espacio estaban distribuidas las estancias de mayor uso para la vida de los monjes.
El claustro es de planta cuadrada y cada uno de los cuatro lados recibe el nombre de panda. En el centro suele haber un pozo y en el espacio restante, un pequeño jardín con cuatro caminos. Cada panda tiene una galería o corredor cubierto limitado por arcadas. En la panda este y cerca del cuerpo de la iglesia se halla casi siempre una pequeña estancia que servía como estudio o biblioteca, independientemente de la gran biblioteca que tenían algunos monasterios importantes. Este hueco se llamaba armariolum o armarium y en él se depositaban tanto los libros litúrgicos para los actos religiosos de cada día como los libros de lectura de los monjes. Cuando los monasterios acumularon una buena cantidad de libros y legajos, tuvieron necesidad de construir una biblioteca y el armarium quedó como un hueco obsoleto; en algunas ocasiones se utilizó para poner un altar de devoción. A continuación se hallaba la sala capitular, pieza que se consideraba de gran importancia y que generalmente se construía con rica ornamentación arquitectónica. Era el lugar de reunión de la comunidad, donde se leían los capítulos de la regla de la orden y donde el abad organizaba las distintas tareas a seguir por los monjes. En esta sala era donde se exponían posibles faltas de alguno de ellos para que el superior le reprendiese. Se decía llamar a capítulo.
En la panda sur solía estar el calefactorio, lugar caldeado donde podían ir los monjes de vez en cuando para descansar y entrar en calor. A su lado, el refectorio, que era el comedor y, colindante con él, la cocina. La panda oeste se solía llamar de legos o de conversos y tenía el callejón también de legos y la cilla con la bodega. Las celdas de los monjes o el gran dormitorio común (depende de la época y de las distintas órdenes) estaban en el piso superior.
A esta estructura fundamental se añadía la parte del scriptorium, el huerto, la enfermería, el locutorio y a veces, establos, lagares, molinos, talleres, etc. Y el cementerio se encontraba siempre en el terreno monacal.

Véase también

Bibliografía

  • Bango Torviso, Isidro. El monasterio medieval. Editorial Anaya, 1990. ISBN 84-207-3608-2
  • LABOA, Juan María (Ed). Atlas histórico de los monasterios. El monacato oriental y occidental. Editorial San Pablo. ISBN 84-285-2563-3
  • Varios autores. Fundación de Santa María la Real. Los grandes monasterios benedictinos hispanos de época románica. (1050-1200). ISBN 978-84-89483-36-1

Enlaces externos

 
 
 
EL MONACATO EGIPCIO
San Pacomio, fundador del cenobitismo
 
Recorramos un poco su historia:
Pacomio nació en Latópolis (Esneh) en torno al año 290, de padres paganos. Tras enterarse de la existencia de los cristianos en una prisión. Promete bautizarse al salir de esta y así es. Como desea hacerse monje se pone bajo la dirección espiritual del anciano Palamón que le inicia en la vida anacorética. Pacomio había descubierto la vida cristiana como amor y como servicio a los hombres pero después de su bautismo se orientó hacia la vida anacorética.
Tras una crisis vocacional entiende que: "La voluntad de Dios es que te pongas al servicio de los hombres para reconciliarlos con Él". Ensanchó su celda para acoger a más monjes y se les llamó los tabennesionitas porque la celda se encontraba en tabennisi. A los nuevos discípulos se les exige una renuncia absoluta de sus bienes, todo lo ponían en común. Así comienza una gran expansión: Pbow, Akhmin, thebiou, tsi, tsiminé... El primero albergó 600 monjes.
Tras su muerte en 351 llegaron a ser 2000 monjes sólo en Alejandría.
La comunidad como camino de encuentro con Dios:
En el anacoretismo había alejado el servicio de Dios del de los hombres. Pacomio lo une en la vida comunitaria. Quiso una koinonía al estilo de vida de la primera comunidad de Jerusalén. La vida comunitaria tenía tres pilares:

1- Ponían en común todos los bienes
2- Tenían una misión mutua
3- Fidelidad a la Regla
Cenobitismo: (koinos: común; Bios: vida)vida en común.
Vida en el monasterio de Pacomio:
Solo había una puerta que era vigilada por el portero designado por el superior. Celebraban la eucaristía con los laicos. La obediencia es el principio fundamental de la orden. El trabajo era fundamental así como la oración. Todo lo que debía hacer el monje estaba escrito en la regla.
Pero surge una reforma: La reforma de Schenute:
En Egipto hubo unos monasterios a parte, llamados "el monasterio blanco". El abad nació en 348. Tuvo 2200 varones y 1800 monjas. Le pareció que la regla de Pacomio era muy suave y la reformó con:
· Mortificaciones.
· Bastonazos por mentir. Tanto es así que un fraile se le murió.
· Obediencia absoluta.
. Hacía que los laicos participaran.

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