viernes, 16 de agosto de 2013

Reinaldo de Concorégio, Beato


Obispo, 18 de agosto
 
Reinaldo de Concorégio, Beato
Reinaldo de Concorégio, Beato

Obispo

Martirologio Romano: En Ravena, en la Romaniola, beato Reinaldo de Concorégio, obispo, ilustre por su celo, prudencia y caridad (1321)
De la noble familia de los De Concorégio, nació en Milán entre los años 1240 y 1250; de su juventud no se sabe nada, lo encontramos ya en la universidad de Bolonia donde algunos ciudadanos de Lodi le proponen, que a partir de octubre de 1287, sea el profesor de Derecho en su ciudad; en el mayo de 1287, el obispo de Lodi le pide su opinión sobre algunos temas legales, esto nos hace entender que gozó de fama de jurisconsulto y en efecto tuvo el título académico de ´magister´ en 1295.

En 1289 entró en el equipo de trabajo del vice canciller de la Curia romana, el cardenal milanés Pietro Peregrosso, quien viendo los buenos resultados de varias misiones en Francia que llevó a feliz término, en 1295 lo designó entre sus herederos.

Continuó su labor en la Curia romana como secretario del cardenal Benedetto Gaetani y luego capellán del papa Bonifacio VIII. El 13 de octubre de 1296 el papa lo nombra obispo de Vicenza, sede que alcanzó de modo borrascoso, porque los vicentini1 eligieron otro obispo, pero al final la autoridad del papa prevaleció.

Tuvo en aquel período encargos diplomáticos especiales siendo arbitro en las contiendas que agitaron Francia e Inglaterra a propósito de Guinea; fue llamado por el papa a Florencia para apoyar a los ´Neri´, como vicario en la Romaña2 (1302), llegando a ser el Rector espiritual y temporal de la Región.

En esta función se encontró enredado en las conocidas turbulencias de esta zona que vivía en continuos conflictos, en Forlì, su sede, bajaba a la plaza para llevar la paz, pero fue atacado y herido gravemente, curó milagrosamente de las profundas heridas y continuó su labor pero sin éxito.

La "bofetada de Anagni"3 y la posterior muerte de Bonifacio VIII, 11 de octubre1303, determinó la caída de la autoridad pontificia en Romaña. En el mismo año, tras la muerte de Obizzo Sanvitale arzobispo de Ravena, el clero ignorando las disposiciones del anterior pontífice, que asumía el nombramiento de los sucesores episcopales, se reunió y dividido en dos grupos, eligieron cada uno un sucesor; el nuevo papa Benedetto XI, acogió la solicitud de quienes habían elegido a Reinaldo de Concorégio, quien después de haber sido reemplazado en la sede de Vicenza y en la rectoría de Romaña, en octubre de 1305 tomaba posesión de la nueva sede arzobispal.

En 1307 convocó un Concilio local, recompuso las relaciones con Roma, retomó la antigua práctica de las visitas parroquiales con un preciso ceremonial. Tuvo en 1309 un según concilio en Bolonia provincial y un tercero en Ravena en 1311.

Viajó mucho por los grandes e incómodos encargos que recibió tanto del Papa cuanto del rey de Francia; por encargo de Enrique VII, rey de Alemania, dio una vuelta por varias ciudades lombardas intentando lograr las reconciliaciones.

Fue artífice de la absolución a los Templarios italianos en el Concilio de Rávena, indagados y amenazados con la disolución de la orden por deseo de Felipe el Hermoso. Condenó junto a sus obispos coadjutores la tortura y la amenaza como medios para conseguir confesiones, no aceptándolas si eran obtenidas con estos métodos. En este tema discrepó con el Papa Clemente V.

Durante Concilio de Vienne, Francia, (1311 -1312), aunque la orden de los Templarios fue disuelta, el papa Clemente V, quien seguía consejos del rey de Francia, tuvo que admitir que ninguna de las acusaciones fueron probadas y Reinaldo, que participó en el Concilio, tuvo así una bonita confirmación a su recto actuar.

En 1314, convocó el cuarto Concilio diocesano en Argenta, con el objetivo de recobrar los bienes de la Iglesia, restablecer la disciplina del clero, de los fieles y del culto. Un quinto y último Concilio local se efectuó en Bolonia en 1317.

Con imponentes trabajos hizo restaurar la catedral de san Orso, incrementó la predicación en lengua vulgar. En 1314, ya inestable de salud, se estableció en el castillo de Argenta y gobernó la sede episcopal de Rávena por vicarios, alejándose paulatinamente de la acción política y limitándose a la dirección de la diócesis.

Murió el 18 de agosto de 1321, quizás en su castillo de Argenta, el culto a Reinaldo siempre ha sido una constante tradición de la Iglesia ravenesa; en un documento del 1340 le es atribuido el título de ´beato´; en el 1413 el franciscano Niccolò de Rimini escribe ´Actos y milagros´ relatando esos hechos; en el 1566 durante un reconocimiento, el cuerpo fue encontrado casi intacto y con una larga barba y así es representado.

Sus reliquias están en Lodi, Concorégio, Vicenza, lugares dónde incluso es venerado. El culto oficial fue concedido a la diócesis de Ravena y a las otras ciudades, por el papa Pío IX, el 15 de enero de 1852.

¡Felicidades a quien lleve este nombre!

 


1vicentini: gentilicio de Vicenza. arriba
2La Romaña es una región histórica de Italia central que actualmente forma parte de la región de la Emilia-Romaña. arriba
"3La bofetada de Anagni es un episodio sucedido en la ciudad de Anagni el 7 de septiembre de 1303. Actualmente se cree que no se trató propiamente de una bofetada materialmente dada, sino más bien a un golpe moral, aun cuando algunos historiadores atribuyen a Sciarra Colonna el acto de abofetear al Papa Bonifacio VIII: El episodio fue cantado por Dante Alighieri en su Divina Comedia (Purgatorio, Canto XX, 85-90).
El absolutismo monárquico del rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, teorizado por los romanistas de su corte, no admitía ningún poder exterior a su voluntad, por lo que chocó con la doctrina teocrática del papa Bonifacio VIII, que afirmaba el derecho pontificio sobre todos los hombres, incluso los soberanos. Para ello promulgó la bula "Unam Sanctam" (1302), que desató la tormenta entre los dos poderes, puesto que la acompañó poco después con la excomunión del rey. El canciller de Felipe IV, Guillaume de Nogaret, aconsejó al rey la acción directa contra el Papa. Con la calumnia, Nogaret indispuso los ánimos, al mismo tiempo que con sus tropas se presentó en la residencia papal de Anagni, forzó la guardia del castillo y en una escena violenta y humillante ultrajó al pontífice y se apoderó de su persona. Libre al día siguiente, con la ayuda de tropas romanas amigas, Bonifacio VIII no resistió la afrenta; al cabo de tres días murió en Roma (11 de octubre de 1303).
El ultraje causó la ira incluso de algunos adversarios de la política del Papa, como el mismo Dante, que consideró la ofensa como realizada contra Cristo mismo.arriba
Beato Reinaldo de Concorezzo, obispo
fecha: 18 de agosto
n.: c. 1250 - †: 1321 - país: Italia
otras formas del nombre: Rainald, Rinaldo
canonización: Conf. Culto: Pío IX 15 ene 1852
hagiografía: Santi e Beati
En Ravena, en la Romaniola, beato Reinaldo de Concorezzo, obispo, insigne por su celo, prudencia y caridad.

De la noble familia de los Da Concoregio, nació en Milán entre el 1240 y el 1250. De su juventud nada se sabe; se lo encuentra de nuevo recién en Bolonia, en la Universidad, donde algunos de Lodi vienen a proponerle enseñar Derecho en esa ciudad a partir de octubre de 1286. En mayo de 1287 el obispo de Lodi lo consulta por unos problemas legales, lo que hace pensar que gozaba ya fama de jurisconsulto; y de hecho obtuvo el título de «Magister» en 1295.

En 1289 había entrado en el séquito del vice canciller de la Curia Romana, el cardenal milanés Pietro Peregrosso, el cual, en vista de lso buenos resultados de algunas misiones en Francia que lo pusieron a prueba del límite de su capacidad, lo nombró a su muerte, en 1295, uno de sus herederos. Continuó su ascenso en la Curia Romana, llegando a secretario del Card. Benedetto Gaetani, y después capellán del papa Bonifacio VIII. El 13 de octubre de 1296 el papa lo designa obispo de Vicenza, sede que lo recibe entre borrascas, porque mientras tanto los vicencinos habían elegido su propio obispo, pero finalmente prevaleció la autoridad papal.

Tuvo en este período especiales encargos de diplomacia y arbitraje en los conflictos que agitaban a Francia e Inglaterra a propósito de Aquitania; fue nombrado por el rey Carlos de Valois (1270-1325), llamado por el papa a Florencia para apoyar a los «Neri», como vicario (1302) en Romagna, llegando a ser luego rector espiritual y temporal de la región. En estas funciones se vio envuelto en las turbulencias de una zona en perpetua guerrilla; puesta en Forlí su sede, salió a la plaza para pedir la paz, pero fue asaltado y herido de gravedad, curó milagrosamente de las profundas heridas, y continuó su tarea, pero sin éxito. La «bofetada de Anagni» y la sucesiva muerte de Bonifacio VIII (11 de octubre de 1303) decretaron la caída de la autoridad pontificia en Romagna. En el mismo año, muerto el arzobispo de Ravena Obizzo Sanvitale, el clero, ignorando las disposiciones del precedente pontífice que se reservaba el nombramiento de los sucesores, se reunió y dividió en dos partidos, y eligieron cada uno un sucesor; el nuevo papa Benedicto XI aceptó la propuesta de quienes habían designado a Rinaldo di Concorezzo, el cual, después de ser sustituido en la sede de Vicenza y como rector de la Romagna, en octubre de 1305 tomó posesión de la nueva sede arzobiscopal.

Ya en 1307 convoca un concilio provincial, recompone los conflictos con Roma heredados de su predecesor, y retomó la antigua práctica de las visitas parroquiales con un ceremonial preciso. Tuvo en Bologna un segundo concilio provincial en 1309, y un tercero en Ravena en 1311.

Viajó mucho a causa de los grandes y complicados encargos que recibía, sea del papa, sea del rey de Francia; anduvo por las varias ciudades lombardas procurando la paz, por cuenta de Enrique VII, rey de Alemania. Fue el artífice de la absolución de los templarios italianos en el Concilio de Ravena, investigados y amenazados con la disolución de la Orden por voluntad de Felipe el Hermoso. Condenó entre sus obispados sufragáneos el uso de la tortura y el terror como medio para obtener confesiones, no aceptándolas si habían sido obtenidas por esos métodos, en lo cual se opuso incluso a la voluntad del papa Clemente V, que quería la disolución de la Orden. Además, en el Concilio de Vienne (1311-1312), aunque disolvió por autoridad la Orden de los Templarios, el papa Clemente V, cautivo del rey de Francia, tuvo que admitir que ninguna de las acusaciones había sido probada, y Rinaldo, que participaba en el Conciilio, tuvo así una hermosa confirmación de su recto obrar.

En 1314 convocó el cuarto concilio provincial, en Argenta, con el propósito de recuperar los bienes de la Iglesia, y de reformar la disciplina del clero, de los fieles y del culto. Convocó un quinto y último concilio provincial en Bologna, en 1317. Con imponentes trabajos hizo restaurar la catedral de San Urso, e incrementó la predicación en lengua vulgar. Desde el 1314, ya maltrecho de salud, se estableció en el castillo de Argenta y gobernó la sede episcopal de Ravena a través de vicarios, alejado de la acción política y limitándose al cuidado de la diócesis.

Murió el 18 de agosto de 1321, tal vez en su castillo de Argenta. El culto de Rinaldo ha sido una tradición constante en la Iglesia de Ravena; en un documento de 1340 le viene atribuido el título de «beato». En 1413 el franciscano Niccolò da Rimini escribe los «Hechos y milagros»; en 1566, durante un reconocimiento de las reliquias, el cuerpo fue encontrado casi intacto y con una larga barba, tal como a veces es representado. Sus reliquias se encuentran en Lodi, Concorezzo, Vicenza, lugares donde es actualmente venerado. El culto oficial fue concedido a la diócesis de Ravena y a las otras ciudades por el papa Pío IX el 15 de enero de 1852.

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