viernes, 28 de febrero de 2014

Consagrémonos a la Virgen

 

 
“¡Consagraos a mi Corazón Inmaculado!
A quien se consagra a mi Corazón Inmaculado, vuelvo a prometerle la Salvación: la salvación del error en este mundo y la salvación eterna.
La obtendréis por mi especial intervención de Madre. Así impediré que podáis caer en las seducciones de Satanás. Seréis protegidos y defendidos por Mí misma; seréis consolados y robustecidos por Mí.”
“Es como una vacuna que, a título de buena Madre, os doy para preservaros de la epidemia del ateísmo que contamina a tantos hijos míos y los conduce a la verdadera muerte del espíritu.”

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